Reyero González, Juan. Baltasar de Lodares. Lodares (León), 6.V.1858 – Duaca (Venezuela), 4.IV.1936. Capuchino (OFMCap.), historiador y misionero.
Juan Reyero González nació en el pueblo leonés de Lodares el 6 de mayo de 1858. Tomó el hábito en el convento de Masamagrell (Valencia) el 19 de marzo de 1884. Un año más tarde hace su profesión simple y cambia su nombre de bautismo por el de Baltasar de Lodares, que le acompañará ya el resto de su vida. Los años siguientes los dedica a su formación intelectual, con los estudios de Filosofía y Teología, conducentes a la ordenación sacerdotal. Cuatro años más tarde, el 25 de marzo 1888, hace su profesión solemne.
Curiosamente, dos años antes, el 27 de agosto de 1886, había sido ordenado sacerdote, hecho un poco precipitado en aquellos momentos difíciles de la restauración de la vida conventual en España, saltándose los cánones tradicionales de formación de la Orden capuchina. En 1889, por disposición del comisario apostólico para España, padre Joaquín María de Llevaneras, es destinado como misionero a Chile, a la misión de la Araucanía que, por decreto del 11 de abril de 1889, había sido encomendada a los capuchinos españoles. Embarcó para Chile el 14 de junio de dicho año, y llegó a Concepción el 22 de julio. Fueron notables sus predicaciones en distintos lugares de aquel país, donde desarrolló una intensa actividad especialmente entre los obreros.
En 1894 es trasladado a Venezuela, hacia donde se embarca en julio de aquel año, y llega a Caracas el 7 de agosto. Allí es nombrado superior de la Misión y superior de Caracas, cargo que ostentará durante doce años.
Como superior de la Misión a él se debe la fundación de las casas de Maracaibo, Barquisimeto y San Cristóbal.
Su labor más singular durante estos años fue durante la peste de viruela, en 1898, ofreciéndose con todos sus religiosos a asistir a los apestados, lo que le granjeó una gran simpatía popular. Al cesar la epidemia, se les quiso rendir público y oficial homenaje por parte de las autoridades, pero el padre Lodares lo rechazó.
En mayo de 1906 se traslada a San Juan de Puerto Rico, y pasa un año más tarde nuevamente a Chile, donde permanece hasta 1909. Estuvo más tarde en Puerto Rico, de donde regresó a España para desempeñar el cargo de superior de los conventos de Vigo, León y Bilbao. En 1921 llega nuevamente a Puerto Rico de paso para Venezuela, donde desempeñará otra vez el cargo de superior de diversas fraternidades.
Su apostolado, tanto en el púlpito como en el confesionario, viene marcado por un carácter firme, así como un apasionado amor por el trabajo. Dejó en todas partes huella imborrable de austeridad, penitencia y desprendimiento, y su figura ha pasado a ser en toda Venezuela la encarnación del auténtico capuchino. Los últimos años de su vida los dedica a escribir y compilar tres voluminosos libros sobre la historia de los capuchinos en aquella República. La primera edición sale de la imprenta en el año 1922, pero siete años más tarde publicará una nueva edición corregida y aumentada, donde ofrecía muchos documentos más.
Dicha obra fue muy bien acogida por la crítica histórica nacional, tanto en Venezuela, como en el ámbito internacional, puesto que era el primer intento de una historia de las misiones capuchinas, a partir del uso directo de las fuentes documentales. Murió a los setenta y ocho años de edad en el pueblo de Duaca, en el Estado Lara, cuando se entregaba a la predicación durante la Semana Santa. A pesar de la distancia y de lo intransitable del camino, su cadáver fue trasladado a Caracas, donde se le rindió tributo público.
Obras de ~: Documentos oficiales sobre la erección del Vicariato Apostólico del Caroní (Venezuela), Madrid, Industria Gráfica, 1928; Los Padres Franciscanos Capuchinos en Venezuela. Documentos referentes a las misiones franciscanas en esta República, Caracas, Empresa Gutenberg, 1929-1931, 3 vols.
Bibl.: C. de Carrocera, Cincuenta años de apostolado de los PP. Franciscanos Capuchinos, Caracas, Escuelas Gráficas Salesianas, 1941, págs. 328-331; Necrologio de los Frailes Menores Capuchinos de la Provincia de Castilla, Madrid, Mensajero Seráfico, 1943; “Lodares, Baltasar de”, en Q. Aldea Vaquero, J. Vives Gatell y T. Marín Martínez (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. 2, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1972, pág. 1334.
Miguel Anxo Pena González, OFMCap
