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Francisco Carmitg

Biografía

Carmitg, Francisco. Barcelona, 1641 – Seu de Urgel (Lérida), 24.VIII.1677. Agustino (OSA), catedrático y escritor místico.

Fueron sus padres Juan Carmitg y María. A los diez años de edad concluyó los estudios de latín y era con­siderado como gramático y humanista. Este niño su­perdotado, dada su portentosa memoria e inteligen­cia, al quedar huérfano de padre y madre por causa de la peste de 1651, vistió el hábito agustiniano en el convento San Agustín de Barcelona cuando tenía once años, si bien no profesó de religioso hasta el 15 de marzo de 1657, en manos de Benito Albaspi, una vez que había cumplido la edad exigida en las Constituciones de la Orden agustiniana.

Estudió Artes y Teología en el convento San Agus­tín de Barcelona. A los veinte años, la Provincia de Aragón le dio el título de lector, y acto seguido se fue a la Universidad de Tarragona, donde obtuvo por oposición la cátedra de Filosofía, que regentó durante tres años. También consiguió por oposición la misma cátedra en la Universidad de Barcelona. En ella leyó tres años, al tiempo que se graduaba de maestro en Artes y doctor en Teología.

En 1673, una vez finalizados los doce años de pro­fesor universitario, fue nombrado rector del Colegio San Guillermo de Barcelona, y desde entonces se de­dicó al estudio de la Teología mística y a la medita­ción de la pasión de Jesucristo. Manifestó gran admiración y devoción por la Virgen María, san José y santa Teresa de Jesús. Fue prior del convento San Agustín de Seu de Urgel (Lérida), y predicador de la catedral de esta diócesis.

Por algunos sucesos que predijo, como la condena de Miguel de Molinos (1628-1696) y su obra Guía espiritual (1675), o cuándo había de morir él mismo, afirman sus biógrafos que tuvo el don de profecía. Se distinguió por las virtudes cristianas y la práctica de la mortificación y de la penitencia.

Con el fin de rebatir las doctrinas heréticas de Mo­linos, y las vertidas en otro libro titulado De concor­dia mystica, que también pasó a la Inquisición, escri­bió una voluminosa obra, Tractatus, quisnam sit actus Mysticae et perfectissimae contemplationis quo altissime et perfectissime ducatur viator at perfectissimam et mysticam unionem cum Deo. En ella intenta diferenciar el verdadero del falso misticismo desde la fijación de principios espirituales ortodoxos. Otros escritos de Teología espiritual dejó inéditos por motivo de su prematura muerte. Una carta de Carmitg, en con­testación a un religioso que le consultaba su opinión para ir de misionero a las Indias, se encuentra publi­cada en el Compendio historial, de Massot.

La figura y la obra de Francisco Carmitg se recuer­dan por haber sido uno de los primeros teólogos en situarse críticamente ante la doctrina mística que pro­clama Molinos: una espiritualidad de contemplación, de silencio y ausencia de conceptos. El resultado será una oración de quietud y espiritualidad individual. Esta nueva espiritualidad resultaba sospechosa a los ojos de Carmitg, cuando el mismo término “mística” comenzaba a cambiarse por “ascética”. El agustino barcelonés combatió a su adversario refutando algunos conceptos fundamentales propuestos por Molinos: aniquilación, recogimiento, muerte mística, oración de quietud, o lo que es lo mismo, la suspensión de la palabra, del entendimiento. Contra la nueva corriente de espiritualidad, luego conocida como quietismo, fue contra lo que arremetió el agustino Carmitg.

 

Obras de ~: “Carta. Seu de Urgel, 14 de abril de 1676”, en J. Massot, Compendio historial de los Hermitaños de nues­tro P. San Agustín, del Principado de Cataluña, desde los años de 394, que empeçó San Paulino à plantar monasterios en dicho Principado, y de los que después se han plantado; como también de los varones ilustres, que han florecido, así en letras, puestos y virtudes, hasta los años de 1699, Barcelona, Imprenta Juan Jo­lis, 1699, págs. 343-345; Tractatus, quisnam sit actus Mysticae et perfectissimae contemplationis quo altissime et perfectissime ducatur viator at perfectissimam et mysticam unionem cum Deo, s. f. (inéd.); De peccato originali, s. f. (inéd.); De poena parvulo­rum absque baptismo decedentium, s. f. (inéd.); De Conceptione B. Mariae Virginia, s. f. (inéd.); De canonizatione Sanctorum, s. f. (inéd.); De concursu Dei cum creaturis, s. f. (inéd.).

 

Bibl.: J. Massot, Compendio historial de los Hermitaños de nuestro P. San Agustín, del Principado de Cataluña, desde los años de 394, que empeçó San Paulino à plantar monasterios en dicho Principado, y de los que después se han plantado; como tam­bién de los varones ilustres, que han florecido, así en letras, puestos y virtudes, hasta los años de 1699, Barcelona, Imprenta Juan Jolis, 1699, págs. 338-345; F. Torres Amat, Memorias para ayudar a formar un diccionario crítico de los escritores catalanes y dar alguna idea de la antigua y moderna literatura catalana, Barcelona, Imprenta J. Verdaguer, 1836, pág. 164; G. de San­tiago Vela, Ensayo de una Biblioteca Ibero-Americana de la Orden de San Agustín. Obra basada en el Catálogo bio-biblio­gráfico agustiniano de Bonifacio Moral, I, Madrid, Imprenta del Asilo de Huérfanos del Sagrado Corazón de Jesús, 1913, págs. 612-613; I. Monasterio, Místicos agustinos españoles, II, Real Monasterio de El Escorial (Madrid), Editorial Agusti­niana, 21929, págs. 154-156; G. Díaz Díaz, Hombres y Docu­mentos de la Filosofía Española, II, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1983, págs. 153-154.

 

Rafael Lazcano González