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Alonso de San Vitores de la Portilla

Biografía

San Vitores de la Portilla, Alonso de. Burgos, 1580 – Zamora, 11.VII.1660. Benedictino (OSB), abad, obispo y comentador de la Regla de San Benito.

Hijo del matrimonio Alonso de San Vitores y Susana Fransarsens, naturales de Burgos y de Amberes, respectivamente, los dos de sangre noble. Su padre fue durante años administrador de la Casa de la Moneda y regidor de la ciudad de Burgos. Tras estudiar Cánones en Salamanca, tomó el hábito benedictino en el Monasterio de San Juan Bautista de Burgos el 10 de mayo de 1596. Después de cursar los estudios eclesiásticos en el propio monasterio y ordenarse sacerdote, siguió la carrera del púlpito, siendo predicador de diversos monasterios: Santa María la Real de Nájera (1607-1610), San Juan de Burgos (1610- 1613) y Santa María la Real de Irache, donde residió también como definidor y predicador general (1625- 1629). El capítulo general de 1617, para premiar sus estudios, le concedió el título de “Paternidad”. Luego fue abad del Colegio Máximo de San Vicente de Salamanca (1629-1633), donde acabó la iglesia y adornó el monasterio con pinturas del monje Juan Andrés Ricci, de quien fue protector y mecenas. Luego fue elegido abad general de la Congregación de Valladolid (1633-1637), en cuyo cargo propició los estudios, haciendo Colegio de Artes el Monasterio de San Juan de Poyo (Pontevedra), y de Teología el de San Andrés de Espinareda, además de acrecentar la comunidad del Monasterio de San Martín de Madrid, donde luego fue abad (1645-1649), mejoró los edificios, hizo una nueva sacristía, y prosiguió las obras de la iglesia de San Marcos, que embelleció con pinturas del padre Ricci.

Acabado su cuatrienio de abadiato, permaneció en Madrid, ocupado en los cargos de vicario de las benedictinas de San Plácido (1649-1651), predicador del rey, miembro de su Real Consejo y calificador de la Inquisición. Con el padre Manuel Anglés, preparó el propio de los santos de la Congregación y en 1635 mandó imprimir el Ceremonial monástico de la misma. Intervino en la polémica que tuvo la Congregación con los monjes basilios, por el uso exclusivo de la cogulla negra con mangas anchas y para ello publicó con el título: El Sol de Occidente, unos comentarios a la regla benedictina, que al decir del padre Argaiz, que le conoció y trató, “causaron admiración” y “fueron recibidos, estimados y buscados con gracia y aplauso”. De hecho la Congregación los hizo suyos, pues el capítulo general de 1645 le dio 600 ducados para pagar el primer volumen. En 1647 publicó el segundo, y en 1649 estaba preparando el tercero, porque el capítulo general de este año le dio 400 ducados para pagar a un escribiente, aunque de los cinco volúmenes previstos para la obra, sólo se imprimieron los dos mencionados. El primero contiene la vida de san Benito y en él trata del lugar y tiempo en que el santo compuso su Regla, asegurando que fue inspirada por el Espíritu Santo, que es la más perfecta, la primera aprobada por la Iglesia y que el santo no guardó otra regla que la suya, al tiempo que enumera las congregaciones que la guardan y demuestra que la cogulla “ampla et manicata” y con pliegues, es el hábito propio de los benedictinos, dando e catálogo de los santos, reyes, papas benedictinos y de los comentadores de la Regla. El segundo volumen contiene el texto de la Regla, con sus paráfrasis y explicación literal de sus cuatro primeros capítulos. Además, dejó manuscritos algunos comentarios bíblicos, diversas biografías, notas históricas del obispado de Orense y diversos sermones, algunos de ellos impresos.

Felipe IV el 11 de julio de 1651 le presentó para el obispado de Almería. Fue preconizado el 28 de octubre siguiente, consagrado en Madrid y tomó posesión de la diócesis por procurador el 3 de febrero de 1652, donde se preocupó del Seminario Conciliar, para el cual aprobó nuevos estatutos. Fue propuesto para la diócesis de Orense el 1 de junio de 1653 y preconizado el 1 de septiembre del mismo año. Allí restauró el palacio episcopal afectado por un incendio y erigió el Monte de Piedad, además de reformar algunas ceremonias y el canto de la catedral, visitó la diócesis, evitó pleitos, procuró buenos predicadores y trató de renovar la disciplina eclesiástica y las costumbres cristianas. Para ello reunió sínodo el 15 de abril de 1657, propuso la fundación del Seminario Conciliar, que no pudo llevar a cabo por su traslado a Zamora el 25 de enero de 1659, donde murió al año siguiente, dejando un recuerdo imborrable de su humildad, paciencia y caridad, y con tal opinión de santidad, que el Cabildo no permitió que sus restos fueran llevados a su Monasterio de San Juan de Burgos, como era su deseo y al que dejó bienes, ornamentos, dinero y su biblioteca particular. Y así, fue enterrado en la capilla mayor de la catedral, junto al obispo Juan de la Serna, sin epitafio alguno, elogiado por propios y extraños, como buen escritor, piadoso y ejemplar.

 

Obras de ~: Officia propria de la Congreación, mandó imprimir en 1635 el Ceremonial de la misma; El Sol de Occidente, Nuestro Glorioso Pare S. Benito, Madrid, 1645 y 1647, 2 vols.; comentarios bíblicos (ms. desapar.); diversas biografías de varones ilustres (ms. desapar.); noticias del obispado de Orense, (ms. desapar.); algunos sermones (ms. desapar.).

 

Bibl.: G. de Argaiz, La Perla de Cataluña. Historia de Nuestra Señora de Monserrate, Madrid, Andrés García de la Iglesia, 1677, págs. 249-250; La soledad laureada por San Benito y sus hijos, t. I, Madrid, José Fernández de Buendía, 1675, fols. 209v.-210r.; t. V, pág. 240; M. Martínez Añíbarro, Intento de un diccionario biográfico y bibliográfico de autores de la provincia de Burgos, Madrid, Manuel Tello, 1889-1890, pág. 468; E. Zaragoza, “El libro de los bienhechores del monasterio de San Juan de Burgos”, en Studia Silensia, IV (1977), pág. 687; Los generales de la Congregación de San Benito de Valladolid, IV, Silos, Abadía, 1982, págs. 133-146, 450; “Abadologio del monasterio de San Juan Bautista de Burgos (siglos xi-xix)”, en S. López Santidrian (dir.), San Lesmes en su tiempo, Burgos, Facultad de Teología del Norte de España, 1997, pág. 368.

 

Ernesto Zaragoza i Pascual