Cavero Pérez, José Nicolás. Huesca, 10.IV.1666 – Madrid, 3.III.1757. Mercedario (OdeM), teólogo, procurador, vicario general y escritor.
Nació en el último tercio del siglo xvii, de familia cuyo linaje era bien conocido, siendo sus padres Francisco y Francisca. Ya de niño destacó por su amor a los estudios, en los que va a sobresalir más tarde. El 10 de septiembre de 1679, a sus trece años y cinco meses de edad, fue recibido en el convento de la Merced de Huesca, donde vistió el hábito —a pesar de la corta edad, se supone que con “dispensa”—, y vivió un tiempo como prenovicio en su pueblo. Fue destinado a Daroca, para estudiar allí Artes y Filosofía, a la vez que cumplía su año de noviciado, profesando como religioso mercedario el 8 de mayo de 1682, a los dieciséis años recién cumplidos. Regresa a Huesca para cursar teología.
Sin que se pueda proclamarle “niño prodigio”, la verdad es que llamó la atención de sus contemporáneos por la capacidad manifestada en el estudio. Ya a sus veinte años es nombrado maestro de Artes en Calatayud. Sus exposiciones en esta materia brillaron a los ojos de todos. En la Universidad de Huesca y luego en la de Zaragoza alcanzó méritos suficientes para que la Orden le nombrase maestro de número en Teología, habiéndose doctorado en esta materia.
Desempeñó la cátedra de Teología en la Universidad de Zaragoza. Se le nombró, más tarde, decano. Él recogerá en una de sus obras de 1698, el dato de que otro mercedario, el padre Fray José González —que desde 1687 era obispo de Ciudad Rodrigo—, había defendido, en una de sus oposiciones a Teología, la tesis opuesta a un carmelita, que tuvo la osadía de impugnar las doctrinas mariológicas del maestro padre Silvestre de Saavedra, en la que obtuvo un triunfo muy sonado. Por su parte, el arzobispado dio al padre Cavero el título de examinador sinodal.
Vistas sus dotes intelectuales y la capacidad para el gobierno, es nombrado rector del Colegio de Zaragoza y regente de estudios. El año 1717, a los cincuenta y un años de edad, fue elegido provincial de Aragón. Pero renuncia al año siguiente, exactamente el 5 de junio de 1718. Pensaron que sería más útil en Italia, adonde se dirige como vicario general, a la vez que procurador general en Roma. Mantuvo estrecha relación con el Vaticano, ganándose la amistad del papa Clemente XI y de los curiales. A él se debe el que la Santa Sede otorgase algo que se venía solicitando, sin éxito, desde hacía mucho tiempo: El rezo a la Virgen del Pilar. No tiene, pues, más antigüedad que a partir del siglo xviii, gracias a este mercedario aragonés. Logró asimismo el rezo del beato Pedro de Arbués, y multitud de gracias. Dada su fama, tuvo la posibilidad de ascender a puestos relevantes en la Iglesia. Pero fray Cavero —se afirma— “había hecho voto de no admitir dignidad alguna”.
Regresa a España, y en Zaragoza recibe de parte del cabildo pruebas evidentes de admiración y gratitud.
Se retira —consecuente consigo mismo y sus principios— a su convento de San Lázaro. Allí es ejemplo para cuantos le tratan y conviven con él, a la vez que para los seglares que acuden a sus eucaristías y confesiones.
Fue, ante todo, un fraile ejemplar, en el que, si alguna virtud hubiera que destacar sería la de la humildad a toda prueba. Después de algún tiempo, en el que debió de consagrarlo a escribir e investigar, un buen día es comisionado por los superiores para ir a la Corte de Madrid, en cuyo convento de la Merced va a permanecer hasta el final de su vida. Tanto en Huesca como en Zaragoza, en Roma como en Madrid, se sintió siempre “en su casa”, y, a pesar de ser Madrid sede de la curia provincial de Castilla —que no era la suya—, y casa generalicia, no sólo fue bien recibido, sino que él mismo se sintió feliz con la compañía de aquellos religiosos, de quienes aprendía virtud y santidad. Los sabios aprenden a lo largo de su vida, y colaboran a crear en torno suyo un clima de paz y feliz emulación. Alcanzó una edad, para aquel tiempo, longeva, dada la media que rondaba los cuarenta y cinco años, más o menos. Si se tiene en cuenta que llega a cumplir los noventa y uno, se puede admirar su naturaleza robusta y el don que la Providencia le otorgó. La muerte viene a colmar, en el convento mercedario de Madrid, una vida llena de entrega a sus compromisos religiosos y a su actividad cultural.
Fallece el 3 de marzo de 1757.
Obras de ~: Solis humano-angelici tenebras ignorantiae depellentis, errorumque caliginis fugantes [...], Caesar Augustae, Ex Typograph. Gasparis Thomae Martinez de Morentin, in Sedis Platea, 1692; Oración fúnebre predicada en las exequias que con asistencia de la Universidad celebró el Gravísimo Colegio de S. Vicente Ferrer del Orden de San Domingo de la ciudad de Zaragoza. Por la muerte del Rmo. P. Maestro Fray Andrés de Maya y Salaberría, su regente de Estudios [...], Zaragoza, por Manuel Román, 1692; Discurso sobre la “Disertación del martirio de Santo Domingo de Val”, escrita por el Arcediano Doctor D. Diego Josef Dormer, y en ella incluido, Zaragoza, 1698; Anti-Agredistae Parisienses Expugnati, sive Apologeticae Disertationes adversus quosdam Parisienses, censuris infectatos complures Propositiones, a Venerabili Matre Maria a Jesu vulgo de Agreda, Sua prima Parte Mysticae Civitatis dei assertas, Caesar Augusti, In Officina Diminici Gascon, Regí Nosocomii de Gratia Typographia, Didacus de Larrumbe, Typographus exc udebat, 1698; Oración fúnebre que en las solemnes exequias que el convento de San Lázaro del Real Orden de Nuestra Señora de la Merced redención de Cautivos, de la Ciudad de Zaragoza, celebró A la inmortal memoria del Ilustrísimo, y reverendíssimo Señor D. Fray Iosep Linás, Arzobispo de Tarragona, Primado de las Españas, Dixo el P.M. Fray [...], Zaragoza, por Diego de Larrumbe, 1711; Responsum Theologicum ad Animadversiones R.P.D. Promotoris Fidei in causa Beatificationis V. Servi Dei Rodulphi Aquaviva et Sociorum, de Societate Jesu, Romae, 1720; Responsio ad postremas Animadversiones R.P.D. Promotoris Fidei in causa V. Servi Dei R. Aquaviva [...], Romae, 1721; Un opúsculo latino que presentó en Roma como Postulador del rezo de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza, Roma, 1723; Oración fúnebre en las Solemnes Exequias que el Convento de San Lázaro del Real Orden de N. Señora de la Merced, Redención de Cautivos, de la Ciudad de Zaragoza, celebró a la inmortal memoria del Reverendíssimo P. Maestro Fray Pantaleón García Troncón, Ex General de la Religión [...], Zaragoza, por los herederos de Diego de Larrumbe, 1725; Carta del R. P. Fray Joseph Nicolás Cavero, Doctor de Teología, y catedrático que fue de la Universidad, Vicario General de Italia, y Procurador General de su Religión, en Roma, Provincial de Aragón, Examinador Synodal del Arzobispado, etc., en la qual condoliéndose por el fallecimiento del Ilustrísimo Señor Arzobispo, con un amigo suyo, y Familiar de su Ilustrísima, haze el siguiente Elogio de sus Virtudes, Zaragoza, 1727; Informe de la Verdad, por el Real y Militar Orden de Nuestra Señora de la Merced, Redención de Cautivos. Sobre que Su Majestad se digne declarar que el conocimiento de la Causa sobre el Derecho Privativo de Redención en los Reynos de la Corona de Aragón, toca a su Real Cámara de Castilla, y no al Consejo, por ser el Orden de la Merced de su Real Patronato, Madrid, 1730; Novenario de el glorioso Padre San Pedro Nolasco, Patriarca del Real, y Militar Orden de Nuestra Señora de la Merced Redención de Cautivos. Adaptado por ~, Madrid, Imprenta de la Merced, 1741; Novenario de el gorioso San Pedro Nolasco [...], Nueva Guatemala, por D. Manuel Arévalo, 1813 (reimpr.); Cuatro sermones predicados en Roma con el título de “Orationes recitatae in Capella Pontificia die Assumptionis Beatae Mariae Virginis, anno 1719, 1720, 1721 et 1722”, s. l., s. f.; Authéntica respuesta que da El Convento de Zaragoza, del Real Orden de Nuestra Señora de laMerced, Redención de Cautivos, A dos Memoriales publicados y divulgados por los RR.PP. Trinitarios, s. l., s. f.; Resolución sobre si pueden los Examinadores Sinodales recibir propinas de los examinados, y ellos dárselas, s. l., s. f.; Oración panegírica sagrada a la Pureza Original de María Sma [...], Zaragoza, Herederos de Pedro Lanaja, s. f.; Disertatio de Patria Sancti Petro Nolasco eiusque Nativitatis anno, s. l., s. f.; Disertación contra Flavio Josefo y otros, sobre el marido de Herodías y su nombre (inéd.) [en vida de Garí se conservaba ejemplar en el Archivo de la Merced de Barcelona, ms.]; Tratado de lo que han padecido los Redentores de cautivos cristianos, ms. (inéd.); In opera divi Petri Paschasiii Ordinis B.M.V. de Mercede de Redemptione Captivorum, ms; Chronicon de los Maestros Generales de la Realo y Militar Orden de Nuestra Sra. De la Merced, hasta el Reverendísimo Cebrián exclusive [es decir, 1627], ms. (inéd.); Commentariorum de Magistris Generalibus Ordinis B.M.V. de Mercede, libs. I y II, s. l., s. f.; Cuadernos sobre las Actas de San Ramón [ms. que se guardaba en la Merced de Madrid, G. Placer].
Bibl.: J. A. Garí y Siumelll, Biblioteca Mercedaria, o sea Escritores de la Celeste, Real y Militar Orden de la Merced, redención de Cautivos [...], Barcelona, Imprenta de los Herederos de la Viuda de Pla, calle de la Princesa, 1875; G. Vázquez, “El Ilmo. Padre José González, † 1698”, en La Merced, enero de 1936, págs. 5-7; G. Placer, Bibliografía Mercedaria, t. I, Madrid, Publicaciones del Monasterio de Poyo, Edita Revista Estudios, 1963; R. Sanlés, “Cavero Pérez, José Nicolás”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de la Historia Eclesiástica de España, vol. IV, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1975, págs. 392.
Luis Vázquez Fernández, OdeM