Ayuda

Francisco Javier Laso de la Vega y Orcajada

Biografía

Laso de la Vega y Orcajada, Francisco Javier. Cartagena (Murcia), 1785 – Cádiz, 1836. Médico.

Estudió en el Colegio de Medicina y Cirugía de Cádiz, donde obtuvo sucesivamente los grados de licenciado en Cirugía (1806), bachiller en Medicina (1811), licenciado en Medicina (1817) y doctor en- Cirugía (1825). Durante la Guerra de la Independencia, participó en varias acciones como cirujano militar y trabajó en los servicios sanitarios del puerto de Cádiz. En 1813 fue nombrado profesor sustituto de Medicina Práctica en el colegio gaditano, estando el frente de sus enseñanzas clínicas hasta 1820. Ocupó después otros puestos docentes hasta ser designado en 1831 catedrático de Historia de la Medicina y Bibliografía Médica. El principal escenario de la actividad científica de Laso fue, sin embargo, la Sociedad Médico- Quirúrgica de Cádiz. Fue “Primer Socio Fundador” y secretario de la misma, así como director y principal redactor de su Periódico, que con él llegó a ser la revista médica española más importante del primer tercio del siglo xix.

Laso y la Sociedad Médico-Quirúrgica gaditana protagonizaron la introducción en España de la nueva medicina anatomoclínica procedente de la escuela de París. La numerosa producción escrita de Laso incluye trabajos originales y traducciones, así como noticias y revisiones críticas acerca de la más importantes novedades médicas europeas. Se ocupó de los más diversos campos médicos, pero el núcleo de su obra fue lo que hoy se llama Medicina Interna.

El más notable de sus trabajos originales es, sin duda, una monografía sobre la fiebre amarilla (1821), detenido estudio de la clínica, la anatomía patológica y la terapéutica de esta afección. Incluye como apéndice unas “Inspecciones anatómicas”, en las que Laso expone veintiséis casos propios, correspondientes a la epidemia de 1819. En cada uno de ellos ofrece la historia clínica y los datos de interés epidemiológico, un informe minucioso de la autopsia y un comentario, relacionando los resultados de ambas. En sus años juveniles, Laso había estado influido por un autor de transición como Philippe Pinel. Por el contrario, cuando realizó este trabajo su mentalidad era ya la de un anatomoclínico sensu stricto, en la línea de la escuela parisina de la Charité, encabezada por Jean N.

Corvisart y René T. H. Laennec. No resulta extraño que fuera el introductor de la auscultación mediata como medio diagnóstico habitual. André Mazet, médico francés amigo suyo, le envió un “pectorilocuo” a finales de 1820 o a comienzos de 1821, es decir, al año siguiente de la primera edición del tratado de Laennec. A comienzos de 1822, el Periódico de la sociedad gaditana publicó un amplio resumen de este último, seguido ya del anuncio de un constructor local del nuevo instrumento. Seis años más tarde, el propio Laso pudo afirmar que se había convertido en algo habitual “en nuestras salas clínicas y en los aposentos de nuestros enfermos particulares”. Sin nombrar sus otros trabajos sobre temas de Medicina Interna, se anota únicamente que tradujo el tratado de François Lallemand sobre la anatomía patológica del encéfalo (1824-1826), el mejor texto neurológico de la escuela de París.

Laso dedicó también gran atención a la terapéutica.

Entre sus artículos dedicados a esta materia destaca el titulado “Consideraciones sobe el uso médico de la quinina y cinconina” (1822), en el que resumió y comentó, por primera vez en España, los trabajos de Pierre Joseph Pelletier y Joseph B. Caventou, así como las investigaciones que François Magendie y otros autores habían realizado sobre dichos alcaloides. Asimiló estas aportaciones iniciales de la farmacología experimental desde los resultados de su propia experiencia y se preocupó de difundir en su ambiente la obtención de los nuevos principios químicos activos.

Resulta muy significativo que, dos años después, un farmacéutico, miembro de la sociedad, publicara en el Periódico un método que había ideado “para elaborar con mayor economía la quinina”. Laso introdujo asimismo el tratamiento iódico del bocio y se ocupó de otros muchos recursos terapéuticos, entre ellos la electroterapia y las moxas de origen chino.

La higiene pública fue otra disciplina que mereció su atención. Trabajó sobre la vacunación antivariólica y fue un temprano difusor de la obra de un higienista tan significativo como Louis René Villermé. Bajo su directa influencia, el Periódico de la sociedad gaditana publicó una “Clave” (1820) para redactar topografías médicas e incluyó regularmente tablas con datos termométricos, barométricos e higrométricos de cada día del trimestre, así como una “constitución epidémica” del mismo, con exposición de las enfermedades dominantes y estadísticas de los fallecimientos, especificando causas de muerte, edades y sexos. La tradición hipocrática y las incipientes tendencias médicosociales coincidieron, en suma, en este aspecto de su actividad. Del resto de su producción escrita, hay que recordar su biografía de José Celestino Mutis (1828).

Durante las dos décadas que siguieron a su muerte, la orientación anatomoclínica que Laso había dado a la Escuela de Cádiz fue continuada por médicos como José de Gardoqui, Manuel José de Porto y Antonio Gracia Álvarez. Era un grupo que se consideró explícitamente seguidor de la“gloriosa tradición de Gimbernat, Mutis y Laso”.

La mayoría de los artículos de Laso apareció en los cuatro volúmenes del Periódico de la Sociedad Médico- Quirúrgica de Cádiz, Cádiz, Imprenta de la Casa de Misericordia, 1820-1824, y en el volumen quinto, publicado con el título de Actas y Memorias de la Real Academia Médico-Quirúrgica de Cádiz, Cádiz, Viuda e Hijo de Bosch, 1829.

 

Obras de ~: “¿Debe considerarse como una fiebre esencial el afecto que conocemos con el nombre de fiebre amarilla?”, en Periódico de la Sociedad Médico-Quirúrgica de Cádiz (PSMQC), 2 (1821), págs. 225-270; Inspecciones anatómicas concernientes a la historia de la fiebre amarilla verificadas en el Hospital Militar de esta plaza, durante la epidemia que reinó el año 1819, Cádiz, Imprenta de la Casa de Misericordia, 1821; “Descripción y uso del pectorilocuo inventado por M. Laennec”, en PSMQC, 3 (1822), págs. 36-65.

 

Bibl.: V. J. Quesada Sanz, “Francisco Javier Laso de la Vega y Orcajada. Semblanza breve de un famoso y olvidado médico murciano”, en Anales de la Universidad de Murcia (1944), págs. 325-339; J. M. López Piñero, “Francisco Javier Laso de la Vega y la introducción de la auscultación en España”, en Archivo Iberoamericano de Historia de la Medicina, 11 (1960), págs. 157-167; J. M. López Piñero,“La escuela de Cádiz y la introducción en España de la medicina anatomoclínica”, en Medicina Española, 70 (1973), págs. 125-133; J. M. López Piñero, F. Bujosa y M. L. Terrada, Clásicos españoles de la anatomía patológica anteriores a Cajal. Spanish Classics on Pathology before Cajal, Valencia, Cátedra e Instituto de Historia de la Medicina, 1979, págs. 30-33 y 127-129; J. M. López Piñero, “Francisco Javier Laso de la Vega”, en Investigación y Ciencia, n.º 56 (1981), págs. 4-5; “Laso de la Vega y Orcajada, Francisco”, en J. M. López Piñero, T. F. Glick, V. Navarro y E. Portela (dirs.), Diccionario histórico de la ciencia moderna en España, Barcelona, Península, 1983, págs. 515-517.

 

José María López Piñero

Relación con otros personajes del DBE

Personajes similares