Mascareñas, Ignacio. Inácio Mascarenhas. Montemos- o-Novo (Portugal), 1606 – Lisboa (Portugal), 1669. Profesor jesuita (SI) y embajador del rey Juan IV.
Era hijo de los condes de Santa Cruz y entró en la Compañía de Jesús en febrero de 1622. Entre 1626 y 1629 estudió Filosofía en la Universidad de Évora, pasando después al Colegio de Jesús de la ciudad universitaria de Coimbra para escuchar las disciplinas propias de la Teología, entre 1631 y 1635. El período que existió entre ambas etapas de formación —que no probación— estuvo dedicado a la enseñanza de la Lengua Latina, como era habitual entre los jesuitas, antes de pasar a las disciplinas mayores, aunque esta vez en el Colegio das Artes de Coimbra. Otra cosa fue la tercera probación en Lisboa, antes de pronunciar los últimos votos en febrero de 1644. Desde 1636, reinició su período de vida docente, siendo profesor de Filosofía en el colegio de Braga, entre 1636 y 1639, pasando posteriormente a Évora, entre 1639 y 1640.
Hasta entonces, Portugal se encontraba integrada en la Monarquía hispánica, en virtud de los derechos dinásticos con los que contaba Felipe II y habían continuado su hijo Felipe III y su nieto Felipe IV. Sin embargo, siempre había existido un grupo opositor a esta circunstancia política que se prolongó por espacio de sesenta años. El duque de Braganza era el que la lideraba y habría de proclamarse como Rey con el nombre de Juan IV, habiendo contraído matrimonio con la española Luisa de Guzmán, hija de los duques de Medina-Sidonia. Desde la conspiración de Évora en 1635, aunque los superiores rogaron a los jesuitas que mantuviesen una actitud política neutral, algunas individualidades habían prestado su apoyo a la causa de la independencia de Portugal. Juan IV nombró al padre Mascarenhas como embajador suyo en Cataluña, siendo acompañado por el también jesuita portugués Paulo da Costa. Cataluña era otro de los territorios de la Monarquía hispánica que se había sublevado contra la autoridad representada por Felipe IV y por su valido, el conde duque de Olivares, el cual había propuesto la Unión de Armas. Ambos jesuitas llegaron a Barcelona el 24 de enero de 1641, la jornada previa a que la Ciudad Condal fuese atacada por los ejércitos castellanos. No solamente vencieron los catalanes, sino que el jesuita, en su condición de diplomático y embajador del nuevo monarca portugués, animó a cuantos militares formasen parte del ejército de Castilla, a regresar a su reino natal, pues existía un nuevo Monarca al cual servir.
Ante la situación tan delicada que estaba viviendo Cataluña y la necesidad de contar con refuerzos, el padre Mascarenhas se ofreció a visitar Francia para negociarlos ante su Monarca. Las corrientes y accidentes marítimos —en este caso una tormenta— retrasó la petición y motivó que la nao que le transportaba arribase a Génova, aunque desde aquel puerto envió la petición hasta Marsella y obtuvo el socorro militar que deseaba. En la ciudad italiana, el jesuita podía correr peligro de manos de los partidarios de Castilla, pero, con todo, pudo conseguir que un barco de ayuda zarpase hacia Lisboa. Prosiguió su trayecto hacia Francia, donde habría de ser recibido apoteósicamente, continuando a Barcelona, donde pudo reunir al grupo de portugueses que le habían reclamado. Los condujo a Burdeos, con intención de encaminarles hacia su tierra natal. Los portugueses hostiles a Castilla y que formaban parte de su ejército prosiguieron acudiendo a Barcelona, donde el compañero del padre Mascarenhas, el mencionado Paulo da Costa, les puso de camino hacia el refugio que prestaba Francia.
Con todos ellos, se embarcó el jesuita embajador, opositor a Castilla. Habían zarpado desde La Rochela, alcanzando Lisboa con éxito.
Tras los acontecimientos que le ocuparon entre 1640 y 1641, prosiguió siendo profesor en el colegio de Sâo Antâo de Lisboa, pasando en 1657 a la casa profesa de San Roque, donde destacó muy especialmente como predicador. Como era de suponer, si Fernand Braudel apostaba por Lisboa como capital de la que habría de ser Monarquía dual en detrimento de Madrid, una ciudad abierta al océano Atlántico, ésta siempre había sido para los jesuitas no solamente un núcleo de importantes domicilios sino también una puerta abierta hacia sus nuevos horizontes, los misioneros. El padre Mascarenhas fue superior de la comunidad desde 1668 hasta su fallecimiento un año después.
Obras de ~: Relaçaô do sucesso, quo teve na jornada que fez a Catalunha por orden de S, Majestade El Rey D. Jôao IV, N. Senhor, Lisboa, por Lorenzo de Anuers, 1641; Justicia del inclyto D. Juan el 4 de Portugal, Arbol de los Reys Portugueçes y Caça de Bragança. Leys de Lamego, Barcelona, por Jacques Romeu, 1642; Oraçaô exhortatoria aos fieis e pios Christaôs do Reyno de Portugal pela devoçaô de ajudar no proximo na agonia da morte; offereca à Irmandade dos Agonizantes sita na Igreja de Santo Ignacio do Collegio de Santo Antaô da Companhia de Jesus, Lisboa, na Officina Crasbeckiana, 1656; Relación del suceso que el P. Maestro Ignacio Mascareñas, de la Compañía de Jesús, tuvo en la jornada que hizo á Cataluña por mandado de SM el Rey Don Juan IV, nuestro señor, á los 7 de enero de 1641, impreso en Lisboa en portugués y traducido en castellano por el P. Rafael Pereyra el año de 1643 que vino á sus manos, Memorial histórico español, Madrid, 1862, vol. XVI, págs. 138-156.
Bibl.: Apologetico contra el Tirano y rebelde, Venganza y conjurados Arzobispo de Lisboa y sus parciales en respuesta a los doce Fundamentos del padre Mascareñas, Zaragoza, por Diego Dormir, 1642; L. de Meneses, História de Portugal Restaurado, Lisboa, 1751, págs. 158-160; C. S ommervogel, Bibliothèque de la Compagnie de Jesús, vol. V, Bruxelles, O. Schepens, 1894, pág. 663; E. P restage, “A embaixada a Catalunha em 1641”, en O Instituto, 73 (1926), págs. 573-603; J. Vaz de Carvalho, “Mascarenhas, Inácio”, en Ch. O’Neill y J. M.ª Domínguez, Diccionario Histórico Compañía de Jesús, vol. III, Roma-Madrid, Institutum Historicum Societatis Iesu, Universidad Pontificia Comillas, 2001, pág. 2553.
Javier Burrieza Sánchez
