Sarratea y Altolaguirre, Manuel de. Buenos Aires (Argentina), 11.VIII.1774 – Limoges (Francia), 21.IX.1849. Político, diplomático y militar independentista.
Fue hijo del vasco Martín Simón de Sarratea e Idígoras, nativo de Oñate (Guipúzcoa), y Tomasa de Altolaguirre y Pando Patiño. Uno de sus hermanos, Juan Crisóstomo José de Sarratea, fue un influyente comerciante de la época que contribuyó desde su actividad a las campañas del Ejército de los Andes. Fue enviado a estudiar al Seminario de Vergara y vivió en España muchos años, hasta que regresó a Buenos Aires con el fin de intervenir en una misión diplomática. Participó de la “Revolución de Mayo” de 1810 y por consejo de Belgrano fue embajador ante Lord Strangford en Río de Janeiro, donde tuvo poco éxito.
En 1811, al hacer caer los morenistas la primera Junta y a su presidente Saavedra, fue designado miembro del primer Triunvirato, con Chiclana y Juan José Paso (23 de septiembre). Presidió el triunvirato y cesó el 8 de octubre de 1812, A finales de ese año fue enviado por el segundo Triunvirato a la Banda Oriental (Uruguay) para vigilar a José Gervasio Artigas (1764-1850), ante su actitud rebelde contra el gobierno de Buenos Aires, con el cargo de comandante en jefe del ejército de esa región. Chocó con Artigas, no distinguiéndose Sarratea por su tacto. En enero de 1813 ambos, con sus respectivas fuerzas, comparecieron ante Montevideo, sitiado por José Rondeau (1773-1844), quien puso fin al conflicto, obligando a retirarse a Sarratea. Pertenecía a la Logia Lautaro, como casi todos los prohombres argentinos de la época. En 1814 el director Posadas lo envió con Belgrano y Bernardino Rivadavia (1780-1845) a Europa con la misión de gestionar un monarca para el Río de la Plata. En mayo de 1815 desembarcan los diplomáticos en Falmouth. Rivadavia se dirige a Madrid, y Belgrano a Londres, donde encontró a Sarratea. Ambos se entrevistaron con las autoridades competentes inglesas de acuerdo con las instrucciones recibidas, pero nada de provecho se obtuvo. Fue entonces, al parecer, Sarratea el autor del plan de ofrecer la corona al infante Francisco de Paula (1794-1865), para que Carlos IV lo patrocinara y se enfrentara con Fernando VII, plan que no tuvo consecuencias. Sarratea se apersonó a Carlos IV, que a la sazón vivía en Roma, para requerir su aprobación y ayuda, pero éste rehusó hacerlo pues su otro hijo, Fernando VII, acababa de ser restaurado en el trono español y no quería tomar parte en ninguna acción desfavorable para el soberano y la Corona. Sarratea, que incluso había pensado en raptar al infante y llevarlo a América, fue disuadido por Belgrano y Ribadavia de llevar adelante el proyecto luego del rechazo de Carlos IV. Todos regresaron a Buenos Aires convencidos de que la determinación de Fernando de reconquistar sus colonias americanas tornaba inevitable la lucha por la independencia. Las gestiones en Londres fracasaron; Rivadavia, atendido duramente en Madrid, debió salir, en términos perentorios, del territorio de la Península. El gobierno del Plata llamó a sus representantes. En noviembre de 1815 se embarcó Manuel Belgrano; Rivadavia permaneció unos años aún en Europa.
En 1817 el director Juan Martín de Pueyrredón (1776-1850) ofreció a Sarratea el Ministerio de Gobierno y Relaciones Exteriores, que rehusó. Tras la batalla de Cepeda (1820), los caudillos Estanislao López y Francisco Ramírez anularon el sistema directorial y cada provincia quedó entregada anárquicamente a sí misma. En Buenos Aires, Sarratea fue elegido primer gobernador el 16 de febrero de 1820 y firmó el tratado del Pilar con dichos caudillos, previendo un nuevo Congreso que estableciera el régimen federal; se establecía la libre navegación del Paraná y del Uruguay para sus respectivas provincias y se entregaría a Ramírez la escuadrilla del Paraná, armamento y 250.000 pesos. Fue rechazado el tratado por la opinión bonaerense y Juan Ramón Balcarce derribó a Sarratea, pero el ejército federal intervino y restauró a Sarratea (11 de marzo de 1820). Logró éste vencer el motín de Alvear, pero hubo de dimitir al poco tiempo (1 de mayo), al elegirse adversarios suyos para la legislatura provincial el 27 de abril. Al respecto redactó “Castigar los crímenes de la anterior administración” en el juicio contra los miembros del Directorio y del Congreso en 1820. El gobernador de Buenos Aires, Manuel de Sarratea, instruyó en 1820 un proceso contra los miembros del Directorio y del Congreso, quienes habían ejercido el poder político en un contexto de “provisionalidad permanente”. El juicio analiza el formato judicial y el tipo de delito imputado a los acusados, los conflictos jurisdiccionales y las disputas entre las autoridades políticas involucradas. Condensa los dilemas que caracterizaron a la crítica coyuntura de 1820: el cuestionamiento de autoridades y la superposición de sujetos soberanos.
En 1825, durante la presidencia de Rivadavia, representó a la Argentina en Inglaterra, a donde fue enviado por el ministro Manuel José García. En noviembre de ese año se presentó al ministro George Canning, solicitando la intervención de Su Majestad Británica entre Buenos Aires y el Imperio del Brasil, enfrentados por la Banda Oriental (Uruguay). Como respuesta a las gestiones de Sarratea, a principios de 1826, ya declarada la guerra con Brasil, Gran Bretaña designó a John Ponsonby como mediador entre Buenos Aires y Río de Janeiro. El nombramiento de Ponsonby revelaba que Gran Bretaña estaba interesada en resolver pacíficamente la crisis oriental. Para el enviado británico, el único camino posible para una paz duradera en la región rioplatense era la independencia de la Banda Oriental, pues juzgaba que los orientales no aceptarían ni la autoridad imperial ni la porteña.
En 1838 Sarratea fue embajador en el Brasil y en 1841 en Francia, donde murió.
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Antonio Astorgano Abajo