Jiménez, Donato. Jaén, 1846 – Madrid, 2.VII.1910. Actor.
De notable familia de raigambre aristocrática y sólido patrimonio, renunció a estudiar Medicina, como pretendían sus progenitores, con quienes acabaría rompiendo relaciones para vivir una cierta bohemia como actor, que era su afición desde su temprana juventud.
Perteneció a la escuela teatral de Joaquín Arjona, de quien fue destacado discípulo durante tres años.
Al salir del Conservatorio fue contratado en la compañía del actor Dardalia, con la que recorrió España, siendo protegido por Antonio Zamora, entonces primer actor y director de esta compañía. Después pasó en 1871 a trabajar en la compañía de Rafael Calvo en el teatro Español, de Madrid, donde fue su primer actor de carácter. Quienes ostentaban esta especialidad teatral eran conocidos asimismo como “actores de barba”, en relación con los adminículos capilares que utilizaban para caracterizarse de personajes de mayor edad o para patentizar rasgos solemnes y severos.
Representó numerosas obras de José de Echegaray, siendo uno de sus mayores triunfos teatrales el obtenido con el papel de Pedro III el Grande en su drama En el seno de la muerte. Pero, con aplomo y seguridad interpretaba toda serie de teatro antiguo, aquél en el que tenía que hacer el papel de reyes y nobles, personajes que, por su ascendencia familiar y también por su talante, le eran muy queridos, con los que se lucía en escena. Fue protagonista de El semejante a sí mismo, comedia de Ruiz de Alarcón (1877); asumió el papel de Clotaldo en La vida es sueño; el padre guardián de Don Álvaro o la fuerza del sino, del duque de Rivas; o, el personaje de don Lucas del Cigarral en la comedia de Francisco de Rojas Entre bobos anda el juego.
Muerto Rafael Calvo, en octubre de 1888, aceptó Donato Jiménez la jefatura de Antonio Vico, pero al separarse éste de la compañía del teatro Español, pasó Jiménez a codirigirla con Ricardo Calvo.
A partir de la temporada de 1898-1899 figuró en la compañía del teatro de la Comedia de Madrid, donde obtuvo sonados triunfos como actor de carácter. La última de sus representaciones teatrales acaeció en 1910, representando El alcalde de Zalamea, que constituyó un acontecimiento teatral en Oviedo, donde acabó su vida de actor.
Había sido presidente de las juntas directivas y de gobierno de la Asociación y del Círculo de Actores de España. El Ministerio de Instrucción Pública lo había nombrado profesor de Declamación del Conservatorio de Madrid cuando vivía en la pobreza, después de una vida que le había sido próspera en lo económico y artístico. Pero sus negocios teatrales fueron a la deriva y se arruinó. No llegó a tomar posesión de aquel puesto en el Conservatorio, pues se le adelantó la muerte.
Bibl.: “Muerte de Donato Jiménez”, en La Correspondencia de España (Madrid), 3 de julio de 1910, pág. 6; L. Calvo Revilla, Actores célebres del teatro del Príncipe, Madrid, Imprenta Municipal, 1920, págs. 245-246; M. Gómez García, Diccionario del Teatro, Madrid, Ediciones Akal, 1997, pág. 435.
Manuel Román Fernández
