Pabón y Suárez de Urbina, Benito. Sevilla, 25.III.1895 – Panamá, 28.VIII.1954. Abogado y político.
Nació en una familia socialmente alta, culta y religiosa. Estudió el bachillerato en el Colegio de San Luis Gonzaga de El Puerto de Santa María, donde ya se manifestó su carácter inquieto y beligerante. Se licenció en Derecho por la Universidad de Sevilla en 1915 con la calificación de sobresaliente. Pronto ejerció la abogacía con éxito, dedicándose especialmente a los más necesitados, a la vez que se iba inclinando a la actividad política con una tendencia anarco-izquierdista, muy alejada de los principios en que se había educado. En febrero de 1936 fue elegido diputado por el Frente Popular (Partido Sindicalista Independiente), por Zaragoza. Sus intervenciones, de gran relevancia, están recogidas en los Diarios de Sesiones de la época. Fue nombrado presidente de la Comisión Asesora del Ministerio de Justicia. La correspondencia oficial atestigua su relación con figuras de primer orden como Indalecio Prieto, Antonio Fernández Bolaños, Juan Negrín, Julián Zugazagoitia, etc., así como en otro aspecto, su disposición a asistir a cuantos le solicitaban su apoyo. Especialmente entrañable fue la ayuda que prestó a sus hermanos, José Manuel, catedrático de Universidad, y sobre todo a Jesús, también catedrático de Universidad, éste en situación especialmente difícil por haber sido diputado de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA). En julio de 1936 recibió el nombramiento de la Junta de Gobierno de diputado del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid.
En enero de 1937 fue nombrado secretario general del Consejo de Aragón. En sus declaraciones políticas eran puntos fundamentales “estructurar y vigorizar la economía”, “recoger el afán colectivista respetando al pequeño industrial y al campesino”, así como años más tarde, colaborar con el Gobierno frente a los “nacionales”.
En junio de 1937 fue requerido por sus correligionarios como abogado más competente para defender a Andreu Nin, fundador del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), detenido y prisionero de forma ilegal y fraudulenta por los servicios comunistas dependientes de Stalin. Por esta actividad de letrado le amenazaron de muerte los estalinistas y se fue de España, en primer lugar a Marsella y de allí, unos meses más tarde, a Filipinas.
En Manila, tras duros comienzos, ejerció como jurista con gran reconocimiento, y continuó su actividad política a través de conferencias y escritos contra el fascismo. El secretario de la Corte Suprema de Filipinas le propuso, dejando su cargo, abrir un bufete con él, trabajo que no llegó a aceptar. Sí colaboró durante estos años, en torno a 1940, con el abogado de más nombre de Filipinas. En 1941 fue consejero en la Oficina Legal de la Corporación del Gobierno.
Al invadir Filipinas las fuerzas japonesas fue hecho prisionero con otros españoles refugiados allí, siendo él quien recibió el castigo más terrible y prolongado de todos. Las tropas norteamericanas, a su llegada a Manila, fueron las que al fin le liberaron del campo de concentración en otoño de 1942. De Manila se trasladó a Panamá, en cuya Universidad ejerció como profesor de Ciencias Sociales, mientras que desde Manila le seguían encomendando trabajos de tipo jurídico. En estos años volvió, al menos en parte, a los principios religiosos de su infancia como lo demuestra alguno de sus escritos.
Las secuelas de la prisión en Filipinas minaron su salud y le llevaron a la muerte, sin que consiguiera realizar su gran sueño de volver a España. Siempre se negó a cambiar su nacionalidad española, a pesar de las angustias y privaciones que ello le supuso. El pesar por su desaparición quedó de manifiesto en la prensa y en distintas declaraciones de varias instituciones.
Fuentes y bibl.: Congreso de los Diputados, Diario de sesiones de Cortes, I, 1936; Archivo General de la Guerra Civil (Salamanca), secc. Político-social, leg. 1392, Correspondencia inédita del diputado anarquista Benito Pabón y Suárez de Urbina (1937).
Nosotros (portavoz de la Federación Anarquista Ibérica órgano de la Federación Regional de Grupos Anarquistas de Levante), 29 de julio de 1937; J. Mac Govern, “El terror comunista en España”, en La révolution prolétarienne, 263 (1938), págs. 1-10; I. Iglesias, Un episodio de la Revolución Española: El proceso contra el POUM, París, Ruedo Ibérico, 1974; M. Peláez Albendea, “Correspondencia inédita del diputado anarquista Benito Pabón y Suárez de Urbina (1937)”, en Cuadernos Informativos de Derecho Histórico Público, Procesal y de la Navegación (Barcelona), 15-16 (1993), págs. 3803-3828; “El diputado anarquista Benito Pabón y Suárez de Urbina”, en Cuadernos Republicanos, 41 (2000), págs. 109-116; J. Gorkin, El sacrificio de Andrés Nin, ed. digital, 2002 (en Fundación Andrés Nin, http://www.fundanin.org/gorkin6.htm); “Consejo de Aragón (Hist. Contemp.)”, en Gran Enciclopedia Aragonesa (en http://www.enciclopedia-aragonesa.com/).
Carmen Teresa Pabón de Acuña