Castro Gil, Manuel. Lugo, 20.I.1891 – Madrid, 1963. Pintor y aguafortista.
Nacido en el barrio lucense de la Puente, era hijo de Gertrudis Gil Arias y de José Castro González, archivero municipal en el ayuntamiento de la ciudad.
Fue allí donde desarrolló sus primeros estudios, en el Instituto y en la Escuela de Artes y Oficios, donde entra en contacto con el mundo del arte, practicando inicialmente el dibujo, la caricatura y el paisaje.
Sus primeros éxitos como artista, tras obtener el título de maestro, los consigue a través de las caricaturas y sobre todo por los paisajes al óleo, que llegará a exponer en algunos de los comercios de la ciudad que lo vio nacer.
Con apenas dieciséis años consigue una beca de la Diputación Provincial que le permitirá completar su formación artística en la capital de España, donde se instalará de forma definitiva. Comienza a asistir al estudio de Alejandro Ferrant y paralelamente a las clases de la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, donde tomará contacto, por primera vez y a través del grabador Carlos Verger, con el arte del grabado calcográfico, al que desde entonces se dedicará en cuerpo y alma.
Después de trabajar durante algún tiempo en talleres particulares y más tarde en los industriales del austríaco Richard Gans, conseguirá ingresar en la Casa de la Moneda, donde llegará a ser el jefe de Proyectos Artísticos.
A partir de los años veinte e incluso un poco antes, se hará habitual su presencia como colaborador en las revistas más destacadas del momento: La Esfera, Blanco y Negro, ABC, Nuevo Mundo o las gallegas Alfar, Nós o Ronsel, donde saldrán publicados muchos de sus trabajos. Esta actividad la compaginará con la participación en las exposiciones de carácter regionalista que entonces se celebraban en su tierra y también en los certámenes de ámbito nacional; en 1930 logró alcanzar la medalla de oro por la obra Catedral de Malinas.
A este reconocimiento se unirán el premio nacional de grabado, la medalla del Círculo de Bellas Artes y la medalla de oro del trabajo. A ello hay que añadir la bolsa que en 1925 le concedió la Junta de Ampliación de Estudios y que le permitió viajar a París, donde vivirá una temporada y expondrá parte de sus aguafuertes. Viajará también a Inglaterra y los Países Bajos; en Bélgica es donde adquiere el interés por el aguafuerte coloreado, muy extendido en Europa.
La actividad creativa y expositiva la compaginará con la docencia en la Escuela Nacional de Artes Gráficas, donde iniciará a jóvenes artistas en el arte del grabado.
A partir de 1941, después del obligado paréntesis por la Guerra Civil, continuará con sus grandes exposiciones y sus trabajos, destacando entre otros laserie Estampas de España, presentada en Barcelona en 1941, o la exposición de Zaragoza de 1950, que dio lugar a la carpeta de grabados Aguafuertes de Castro Gil en Zaragoza.
Esta actividad constante, mermada en los últimos años por enfermedad, continuará hasta su muerte en 1963.
Dedicado por completo al arte del grabado, que ejecutó mayoritariamente con la técnica del aguafuerte y exclusivamente con la temática de paisaje y reproducción de monumentos —especialmente ruinas y viejas iglesias con vegetación—, centró su producción en dos grupos de obras. Por un lado, y de forma mayoritaria, los grabados sueltos, de tamaño medio, con los que nutría sus exposiciones. Por otro, y como complemento de los anteriores, las carpetas de grabado y aquellos que sirvieron para ilustrar invitaciones, programas, felicitaciones o libros.
Su producción, que se estima en un número cercano a los cuatro mil grabados, está repartida fundamentalmente en colecciones particulares e instituciones nacionales y gallegas. Entre las últimas destacan el Museo Provincial de Lugo, quizá la más extensa en número de planchas y estampas, el Museo Quiñones de León, el Museo de Orense y el de Pontevedra con un total de noventa y tres. A éstos se unen la Calcografía Nacional y la Biblioteca Nacional, donde además se pueden encontrar libros ilustrados por el propio Castro Gil.
Obras de ~: Ruinas de un hospital clínico, 1939; Ciudad castellana, s. f.; Catedral de Malinas, s. f.; Claustro de San Francisco, Lugo, s. f.; Plaza de la Leña, s. f.; Puente de Toledo, s. f.; Plaza del Progreso, Madrid, s. f.; Tempestad, s. f.; Casa del hidalgo, Portomarín, s. f.; Castillo de Coca, Segovia, s. f.; Santillana del Mar, s. f.; Monasterio de Carboeiro, s. f.; El puente del diablo, s. f.; Laguna de los pájaros, s. f.; Ría de Arousa, s. f.; Catedral de Santiago, s. f.
Bibl.: Marcenio, “Castro Gil y su obra de aguafortista”, en Gaceta de Bellas Artes (Madrid), n.º 236, 15 de marzo de 1924; E. M. Aguilera, Manuel Castro Gil: su vida, su obra, su arte, Madrid, M. Aguilar, 1948; F. Pablos, “Castro Gil 1891-1961”, en Pintores gallegos del novecientos, La Coruña, Fundación Pedro Barrié de la Maza, 1981; J. Castro Arines, Manuel Castro Gil, exposición homenaje, Madrid, Caja de Ahorros, 1984; M.ª B. Castejón Rodríguez, “Grabado gallego del siglo xx en el Museo de Pontevedra: Catalogación”, en El Museo de Pontevedra (EMP), t. XLI (1987), págs. 407- 619; E. López Gil, “Manuel Castro Gil grabador”, en EMP, t. XLV (1991), págs. 219-238; Buján, “Castro Gil”, en A. Pulido Novoa (dir.), Artistas gallegos, pintores (regionalismo II), Vigo, Nova Galicia Edicións, 1998, págs. 168-205.
Natalia Fraguas Fernández