Ayuda

Felipe de Hutten

Biografía

Hutten, Felipe de. Birkenfeld (Alemania), 1511 – El Tocuyo (Venezuela), 1546. Último gobernador alemán de Venezuela, realizó una exploración hasta la Alta Amazonía buscando el mito de El Dorado.

Fue llamado Uttre y Urre por los españoles y nació en Birkenfeld, en el seno de una familia noble alemana formada por Bernhard von Hutten y Gertrude von Ebersburg. En su adolescencia fue paje en la Corte de Carlos V, donde estuvo al cuidado del conde Heinrich von Nassau. Fue compañero del príncipe Fernando, que luego sería emperador del Sacro Imperio. Hutten se interesó por el Nuevo Mundo al llegar a la juventud, cuando circulaban por Alemania noticias fantásticas sobre las conquistas y la riquezas de México y de Tierrafirme, y se enroló en la expedición de Jorge Espira, que partió para la gobernación alemana de Venezuela en 1534. A poco de arribar a Coro, decidió participar en la expedición organizada por el gobernador Espira para encontrar a Nicolás de Federmann, que deambuló perdida por los llanos durante tres años interminables, desde 1535 hasta 1538, sin lograr su objetivo. En 1539 escribió a su padre informándole que pensaba regresar a Alemania, pues estaba desilusionado de Venezuela. Cambió pronto de parecer, sin embargo, como lo notificó poco después a su hermano mayor. La causa del cambio de opinión fueron las noticias sobre el descubrimiento del país de los Chibchas por Federmann, Jiménez de Quesada y Benalcázar. Al morir Espira el 11 de junio de 1540 regresó a Barquisimeto con la esperanza de ser nombrado gobernador de Venezuela, pero la Audiencia de Santo Domingo designó para el cargo al obispo Rodrigo de Bastidas (1540). Este último nombró a Hutten capitán general de la provincia de Venezuela, cargo que ratificó la Audiencia dominicana aquel mismo año y la Corona al siguiente (1541).

Hutten siguió recopilando noticias sobre el mito de El Dorado y preparó una gran expedición para encontrarlo. Salió de Coro el 1 de agosto de 1541 con cien jinetes y alguna infantería. Le acompañaban muchos personajes, como Pedro de Limpias, que había estado con Federmann y era uno de los que habían difundido el mito a su regreso del Nuevo Reino de Granada, así como también Bartolomé Welzer, hijo de Bartolomé Welzer el Viejo, propietario de la banca del mismo nombre, Sebastián de Amasena, Martín de Arteaga, etc. Siguió la ruta de Espira y alcanzó la Burburata, Barquisimeto y los Llanos. Atravesó luego varios afluentes del Orinoco y llegó al lugar donde luego se erigió el pueblo de Nuestra Señora, cerca de Papamene, término de la exploración de su predecesor. Allí encontró las huellas de una expedición española. Castellanos dijo que había ido derecho a este objetivo, pues escribió que “quiso ver otra vez el Papamene”. El rastro encontrado era de la hueste de Hernán Pérez de Quesada, hermano de Gonzalo Jiménez de Quesada, que había bajado hasta allí desde Bogotá buscando el mismo mito. Hutten siguió luego por el pie de la cordillera andina y se desvió al sureste, entrando en la Alta Amazonía, donde sufrió infinitas calamidades, sobre todo al cruzar los afluentes del Amazonas. Llegaron las grandes lluvias y tuvo que acogerse a una pequeña serranía. Aquí oyó hablar de un pueblo indígena, llamado los Omaguas, famoso por su riqueza de oro. Pensó que era El Dorado y se dirigió al mismo. En las orillas del río Guaviare fue bien recibido por el cacique Macatoa. Les acompañó parte del camino y les confirmó, según Aguado, “que junto a cierta cordillera que en días claros de allí se divisaba, había grandísimas poblaciones de gentes muy ricas y que poseían innumerables riquezas; que le parecía que no debía ir a ellas con tan poca gente como llevaba”. Otro cacique les condujo hasta el pueblo de los Omaguas, pero los naturales le recibieron hostilmente. Se produjo una batalla y los españoles tuvieron que retirarse con numerosos heridos. El propio Hutten fue uno de ellos y tuvo que curarle el físico Diego de Montes. Tras esto, los expedicionarios regresaron a Nuestra Señora, donde se estudió la situación. El alemán deseaba regresar a los Omaguas, pero necesitaba refuerzos. Abandonó el territorio a fines de 1544 y fue dejando cuatro campamentos como apoyo de la próxima penetración. Al aproximarse a la costa remitió a Coro a Welzer y Limpias, pero éstos tuvieron diferencias. El último abandonó a su compañero y se dirigió directamente a Coro. Hutten forzó su regreso cuando lo supo. La expedición había durado cerca de cinco años.

Al llegar a Barquisimeto supo que se habían producido algunos cambios importantes en el gobierno de Venezuela. La Real Audiencia de Santo Domingo había nombrado gobernador y capitán general de Venezuela a Juan de Frías, que se ausentó de la capital y dejó en su lugar a Juan de Carvajal, relator de la Audiencia (1545). Este último era un hombre muy ambicioso. Falsificó los documentos y se hizo nombrar gobernador, tras lo cual emprendió la fundación de El Tocuyo. Hutten reclamó desde Barquisimeto y fue invitado a ir a El Tocuyo para presentar sus reclamaciones. El alemán fue a dicha ciudad y exigió a Carvajal que le entregara el gobierno. Discutieron, pero no hubo acuerdo. Hutten se dirigió a Coro, con intención de ir a Santo Domingo, pero en el camino fue aprendido por las fuerzas de Carvajal, siendo ejecutado en mayo de 1545, junto con Bartolomé Welzer, Diego Romero y Gregorio Plasencia. Sobre el lugar de la ejecución de Hutten hay varias versiones. Algunos historiadores piensan que se realizó en la plaza de El Tocuyo y otros que fue en la serranía de Coro, en los llanos de Carora o en la sierra de los Jirajaras. En todo caso la muerte de Hutten marcó el fin de la gobernación de Venezuela por los alemanes. En cuanto a Carvajal, fue acusado ante la Audiencia dominicana, que envió al juez Juan Pérez de Tolosa para resolver el asunto en 1546. Fue a Coro y luego a El Tocuyo, capturando a Carvajal. Le sometió a juicio. Fue encontrado culpable, condenado a muerte y ahorcado en dicha ciudad el 17 de septiembre de 1547. A partir de entonces todos los gobernadores de Venezuela fueron ya españoles.

 

Bibl.: J. Oviedo y Baños, Historia de la conquista y población de la Provincia de Venezuela, Madrid, 1723; J. M. Groot, Historia Eclesiástica y Civil de la Nueva Granada, escrita sobre documentos auténticos, Bogotá, M. Rivas & Cía., 1890, 5 ts.; E. Posada, “Los Welser”, en Boletín de Historia y Antigüedades (Bogotá), vol. VII, n.º 84 (mayo de 1912), págs. 727-730; K. Panhorst, Los alemanes en Venezuela durante el siglo xvi: Carlos V y la Casa Welser, Madrid, Editorial Voluntad, 1927; J. de Castellanos, Elegías de varones ilustres de Indias, Bogotá, Editorial ABC, 1955; P. Aguado, Recopilación Historial, Bogotá, Empresa Nacional de Publicaciones, 1956; G. Fernández de Oviedo, Historia General y natural de las Indias, Madrid, Atlas, 1959; J. Friede, Los Welzer y la conquista de Venezuela, Madrid, Ediciones EDIME, 1961; P. Simón, Noticias historiales de la conquista de Tierrafirme en las Indias Occidentales, Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, 1963; D. Ramos Pérez, La revolución de Coro de 1533 contra los Welser y su importancia para el régimen municipal, Caracas, Archivo General de la Nación, 1965; J. M. Henao y G. Arrubla, Historia de Colombia, Bogotá, Academia Colombiana de la Historia, 1967; H. Rúpprich, Philipp von Hutten en Venezuela, Darmstadt, 1972; D. Ramos Pérez, El mito del Dorado. Su génesis y proceso, Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1978; J. Humbert, La ocupación alemana de Venezuela en el siglo xvi: período llamado de los Welser (1528-1556), Caracas, Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia 1983; P. Cieza de León, Obras completas, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), 1984; VV. AA., Diccionario de Historia de Venezuela, Caracas, Fundación Polar, 1988, 3 vols.; B. de las Casas, Obras completas. De unico vocationis modo, ed. de P. Castañeda Delgado y A. García del Moral, Madrid, Alianza Editorial, 1990.

 

Manuel Lucena Salmoral