Cuadrado Benéitez, Eugenio. Carbellino de Sayago (Zamora) 14.XI.1855 – Zamora, 6.II.1915. Sacerdote, catedrático de Física y Química, destacado científico e inventor.
Sacerdote, profesor de Matemáticas, Latín y catedrático de Física y Química, nació, en el seno de una familia humilde, en Carbellino de Sayago (Zamora), era hijo de Julián Cuadrado y Leoncia Benéitez, siendo bautizado en la iglesia de San Miguel, de la citada villa, según consta en el Libro de Bautismos que se encuentra en el archivo parroquial.
A los 12 años, en 1867, ingresa como alumno externo, en el Seminario de San Atilano de Zamora, pasando a ser interno en el año 1873.
Durante sus estudios en el Seminario, fue un alumno destacado, mostrando una inclinación muy especial por las artes, la técnica y las ciencias físicas, por lo cual, al terminar el curso académico de 1879-1880, fue llamado por el Rector para que se encargara de organizar un gabinete de Física-Química, que una vez terminado se convirtió en el primer museo de Ciencias del centro durante muchos años, y que también podía ser visitado, previa petición, por todos los zamoranos.
Su ordenación sacerdotal, por el obispo Tomás Belestá y Cambeses, también zamorano, que había sido rector de la Universidad de Salamanca, tuvo lugar el 12 de noviembre de 1882.
El citado prelado le nombró muy pronto profesor de latín del colegio que había fundado en Alcañices, docencia que ejercería durante un año. Posteriormente le nombraría catedrático de Física-Química y Matemáticas del Seminario de San Atilano de Zamora.
En la Semana Santa de 1885 llevó a cabo un experimento novedoso, con gran éxito, en el que utilizó por primera vez la luz eléctrica en la capital zamorana, iluminando durante unos instantes, con unos potentes focos cuya energía la obtenía con unas pilas hidro-eléctricas, la procesión de Nuestra Madre subiendo por la calle de Balborraz, hecho que causó gran impresión entre los asistentes. Su fama y sabiduría hizo que la Corporación Municipal de la capital le encomendara la iluminación de la Plaza Mayor y calles adyacentes en determinadas fiestas. La Corporación le solicitó, en varias ocasiones, su dirección pericial para la instalación del alumbrado público, nombrándole su perito en los conflictos surgidos entre los intereses municipales y los de las Compañías concesionarias.
En 1899 colaboró con el joven ingeniero civil madrileño, afincado en Zamora, Federico Cantero Villamil, en la fundación de la sociedad ‘El porvenir de Zamora’, con la intención de explotar la presa hidroeléctrica de San Román, cerca de Zamora, cuya construcción se prolongaría hasta 1903, y que sería el primer salto de agua de España que generara energía eléctrica.
En ese mismo año, inició unas de sus investigaciones más importantes en las que aplicó sus conocimientos de Física para la obtención de Rayos Roetgen (precursores de los Rayos X), para lo cual construye un generador electrostático, siguiendo la tecnología de Wimshurst (James Wimshurst 1832-1903, ingeniero inglés inventor del generador para crear cargas eléctricas por inducción electrostática conocido como Máquina de Wimshurst) que el padre Cuadrado llamaría ‘Excitador Eléctrico Universal’, que posteriormente fue bautizado con el nombre de ‘Centella’, siendo el primer científico en España que creó este tipo de generadores, para investigar y realizar experiencias sobre la creación de cargas eléctricas.
El desconocimiento que se tiene en nuestro país, y en el resto del mundo, de las investigaciones del padre Eugenio Cuadrado, como ha ocurrido con muchos de los científicos españoles, se debe principalmente a la poca difusión que han tenido sus trabajos en revistas científicas de prestigio internacional, en este caso por la carencia de medios económicos, que también limitaron poder ampliar las investigaciones sobre el tema.
Sus trabajos de investigación y los logros conseguidos no fueron ignorados por las autoridades zamoranas, por lo que la Diputación de Zamora le concedió una beca para que pudiera asistir y poder presentar su máquina, en la Exposición Universal de París de 1900 (se celebraría entre los días 12 de abril y 12 de noviembre). Acudió a la Exposición acompañado por el ingeniero civil, Federico Cantero Villamil.
El padre Cuadrado tuvo ocasión de comprobar, con enorme satisfacción, el reconocimiento de su esfuerzo, y la auténtica calidad de su proyecto ‘La Centella’, así como los resultados de sus investigaciones que fueron internacionalmente reconocidos, siendo galardonados con Medalla de Oro.
Cuando regresaron a Zamora, acordaron la creación de un taller de experimentación en materia de electricidad y aerodinámica. Lamentablemente la sociedad ubicada en la capital zamorana fue disuelta un año más tarde, por encontrarse el ingeniero Cantero en proyectos de gran envergadura, que no le permitían dedicar el tiempo suficiente al proyecto, y el padre Cuadrado no pudo mantener el taller en marcha por carecer de medios económicos.
En 1902, a petición del insigne político zamorano Federico Requejo Avedillo, fue propuesto, por el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, y nombrado maestro de taller, en la especialidad de electricidad y electrostática, de la Escuela de Artes y Oficios e Ingeniería de Zamora, a los dos años le encargaron también las clases de mecánica.
A partir de esos años se dedicó a la docencia, sin que se le conocieran otros trabajos de investigación, repartiendo sus obligaciones entre los citados centros y sus clases en el Seminario, sin olvidar en ningún momento sus deberes pastorales.
El Padre Cuadrado falleció joven, a la edad de 59 años, concretamente el 6 de febrero de 1915, en su domicilio de la calle de San Ildefonso de la capital, a las tres de la tarde, según consta en el certificado de fallecimiento facilitado por el Registro Civil de Zamora. El periódico El Correo de Zamora del día 8 publicó un artículo necrológico, en el que indica que su cadáver fue expuesto en una sala, junto a su máquina ‘La Centella’, para que sus amigos y parientes pudieran darle el último adiós. A las tres de la tarde del día siguiente se ofreció, en la iglesia de San Ildefonso, un funeral por su alma, con una asistencia concurridísima entre la que figuraban las personas más distinguidas y representativas de la sociedad zamorana. Presidieron el duelo los señores rector y vicerrector del Seminario, el capellán del señor obispo Dativo Rodríguez en representación del prelado, el hermano del finado Antonio Cuadrado, así como gran número de sacerdotes y todos los profesores y alumnos del Seminario Conciliar, que acompañaron el traslado del cadáver hasta el cementerio de San Atilano donde recibió cristiana sepultura, en una tumba situada en el cuartel de Ntra. Sra. de la Concha.
En el año 1916, como reconocimiento a su gran labor, fue colocada una placa conmemorativa de bronce –que fue realizada por el escultor zamorano Enrique Lorenzo Salazar (1813-1928)– financiada mediante suscripción popular, en la fachada principal del seminario Menor de San Atilano de Zamora.
Bibl.: I. Calvo Madroño, Descripción geográfica, histórica y estadística de la provincia de Zamora, Madrid, Imp. Librería Gral. de Victoriano Suarez, 1914, págs. 312-314; “Necrológica”, en El Correo de Zamora-Diario Tradicionalista, 8 de febrero de 1915, págs. 1-2; A. Cruz Martín, Galería de zamoranos ilustres, Zamora, Ediciones Monte Casino, 1983, págs. 65-66; J. A. Casquero Fernández, “Comercio e Industria de Zamora en el tránsito del siglo XIX al XX”, en Nec Otium, (2007), págs. 311-312: H. Ramón, “Eugenio Cuadrado Benéitez. Investigador de Carbellino, inventor de la máquina electrostática”, en La opinión de Zamora, 29 de agosto de 2009 [en línea], disponible en: https://www.laopiniondezamora.es/opinion/2009/08/29/eugenio-cuadrado-beneitez-1523321.html; A. Belaústegui Fernández, “El científico olvidado”, en La Opinión de Zamora (dominical) 23 de julio de 2017;
Alejandro Belaústegui Fernández