Lizaso y Azcárate, Domingo. Tudela (Navarra), 4.VIII.1841 – 20.XII.1913. General de brigada de Ingenieros.
Ingresó en la Academia de Caballería en enero de 1857, finalizando los estudios como alférez, en junio de 1860. Con posterioridad, ingresaba en la Academia de Ingenieros de Guadalajara en julio de 1862, saliendo de la misma como teniente, después de terminar los estudios reglamentarios el 16 de agosto de 1867, siendo destinado al 2º Regimiento de Ingenieros. Lizaso prestó diversos servicios militares, entre los que merece especial mención el haber tomado parte con su compañía en la batalla de Alcolea, a las órdenes del marqués de Novaliches, quien, fiel a Isabel II, fue batido en el puente de Alcolea el 28 de septiembre de 1868.
A finales del último año citado pasó a la situación de supernumerario a petición propia, para ocuparse de los trabajos de construcción del ferrocarril de Villena a Alcoy. Incorporado Lizaso otra vez al 2° Regimiento del arma en 1869, se integró en la columna encargada de perseguir a las facciones carlistas del Maestrazgo, siendo recompensados sus servicios en estas operaciones con una cruz de 1.ª clase del Mérito Militar roja.
En enero de 1870 era destinado, como capitán de Ultramar, a la Dirección Subinspección de Filipinas (al ser destinados a ultramar, recibían el grado inmediatamente superior, que perdían al volver a la Península), quedando afecto a la Comandancia de Manila desde que desembarcó en aquellas islas, el 16 de septiembre del referido año. Permaneció en Manila hasta el 15 de diciembre del siguiente año, en que pasó a Balabac, donde continuó prestando sus servicios como ingeniero de obras hasta septiembre de 1873, fecha en la cual regresó a Manila, por haber permanecido en Balabac más tiempo del que se exigía por las condiciones del clima. Por la formación del proyecto, planos y presupuestos de un polvorín para la citada isla de Balabac, mereció que se le dieran las gracias de real orden.
Mandó en Manila el capitán Lizaso la sección de obreros y después pasó a desempeñar el cargo de secretario de la Dirección Subinspección del arma en Filipinas, en el que continuó al ascender al empleo de comandante de Ejército el 15 de julio de 1874 (los Cuerpos facultativos, Estado Mayor, Ingenieros y Artillería, podían ascender por méritos, hasta en dos escalas distintas, grado en el Ejército y el empleo fijo en el mismo, y solo por antigüedad en el suyo).
Cumplido el plazo reglamentario de permanencia en el Ejército de Filipinas, Lizaso regresó a la Península en agosto de 1877, prestando sus servicios en el 3.er Regimiento hasta primeros de enero del siguiente año, en que pasó a mandar una compañía de Minadores del 4° Regimiento, de guarnición en Pamplona, ocupándose en los trabajos de fortificación del fuerte de San Cristóbal, así como en el camino militar de Pamplona a las citadas fortificaciones. El castillo de San Cristóbal está integrado por cuatro obras enlazadas entre sí. La primera de las edificaciones en construirse fue el Fuerte Viejo, ubicado en el límite occidental del monte. Consta de un cuerpo de casamatas con capacidad para dieciséis piezas de artillería y una caponera situada un poco más abajo. Ambas están comunicadas por un túnel y rodeadas por un foso. La obra principal, o reducto central, es un heptágono irregular que incluye dos edificios que cumplen funciones de cuartel. La obra del oeste se comunica con la obra principal por un puente levadizo de madera que salva el foso. Finalmente, la obra del este, o cuartel de gola, es la de menor importancia militar. Contiene la principal puerta de entrada a la fortaleza.
Todas las estructuras del castillo están diseñadas para que queden camufladas con el contorno del monte, ocultas a la vista desde el exterior.
Promovido a comandante del Cuerpo el 21 de noviembre de 1879, pasó destinado como jefe de la Comandancia de Ingenieros de Melilla, donde, además, ejerció como ingeniero de la Junta de Arbitrios desde el 16 de marzo de 1880 al 27 de junio de 1881. En esa época cooperó en las obras de construcción correspondientes a las torres “neomedievales”, de San Lorenzo, Camellos y Cabrerizas Bajas, dentro del llamado cuarto recinto defensivo de Melilla. En esa plaza firmaba el 16 de marzo de 1880, el proyecto del primer ensanche correspondiente al barrio del Mantelete, siguiendo parcialmente el planeamiento que el capitán de Ingenieros Francisco Roldán y Vizcayno había formado entre 1865 y 1868.
Posteriormente era designado para el mando de la Comandancia del Cuerpo en Málaga, donde permanecería hasta marzo de 1882 en que se le destinaba como jefe del detall de la Comandancia de Pamplona, plaza en la siguió trabajando en las obras de construcción del fuerte de San Cristóbal y de la carretera a su paso por el puerto de Velate, cooperando, además, en la formación del plano de Tudela, siendo premiado en octubre de 1884 con el grado de teniente coronel de Ejército. En 1885 realizó el proyecto de reconstrucción del hospital militar de Pamplona y de un edificio para intendencia y factoría.
En 1888, ya como teniente coronel de Ingenieros (había ascendido el 22 de diciembre del año anterior), era destinado a Cádiz donde elaboró una Memoria sobre la defensa marítima de la plaza y el estudio del proyecto para mejora del servicio de municiones de las baterías de la “Soledad” y de la “Cortadura” de Cádiz, acciones por las que recibió en 1889 las gracias de real orden. También por una R.O. de 24 de diciembre de 1895 se le concedía la Cruz de 3ª clase del Mérito Militar, con distintivo blanco, por su obra Manual para el empleo del material de puentes modelo danés.
En 1890 pasó a la situación de “excedente”, incorporándose al siguiente año al Regimiento de Pontoneros en Zaragoza. Ascendió a coronel de Ingenieros en 1891, siendo designado como jefe del citado Regimiento. Hasta mayo de 1902 continuó el coronel Lizaso mandando la misma unidad, fecha en la que ingresó en la Sección de reserva del Estado Mayor del Ejército, con el empleo de general de brigada, donde permaneció hasta su fallecimiento.
Entre las importantes comisiones que desempeñó, además de las ya referidas, merecen especial mención la que se le confirió para recibir el material de puentes militares del sistema danés; el haber formado parte de la Junta provincial de Sanidad de Zaragoza y haber sido presidente de la Comisión de mediciones, deslindes y demás operaciones para inscribir en los Registros de la Propiedad los inmuebles pertenecientes al Estado y usufructuados por el ramo de Guerra.
Respecto al puente danés, en 1889 se nombró una comisión para sustituir al antiguo material de puentes “Birago” que venía prestando servicios desde mediados de siglo. Después de realizar un estudio comparativo de todos los puentes europeos se eligió el del Ejército de Dinamarca. Hasta 1892 no se aprobaron los créditos para su compra, construyéndose la primera unidad de puentes en Dinamarca y Alemania y, posteriormente, otras siete en Guadalajara.
Estaba en posesión de las siguientes condecoraciones: Cruz del Mérito Militar por servicios especiales; Cruz de la misma clase por servicios de guerra, Cruz de caballero de Isabel la Católica, Cruz blanca de 2.ª clase del Mérito Militar; Cruz sencilla y placa de San Hermenegildo; Encomienda de Isabel la Católica; Cruz blanca do 3.ª clase del Mérito Militar sin pensión, y otra pensionada y Gran Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco.
Obras de ~: “Andamio volante para un solo hombre”, en Memorial de Ingenieros del Ejército, 41, 1 (1886), págs. 7-11; “Material de puentes modelo danés”, en Memorial de Ingenieros, 50, 4 y 5 (abril y mayo de 1895), págs. 125-127 y 158-165, respect.; con A. Mayandía y Gómez, Manual para el empleo del material de puentes modelo danés, Madrid, Imprenta del Memorial de Ingenieros, 1895.
Fuentes y bibl.: Estados (Escalillas) del Cuerpo de Ingenieros de Ejército, 1867-1894; “Cuerpo de Ingenieros del Ejército”, en Revista del Memorial de Ingenieros del Ejército, 51, 1 (enero de 1896), passim; “ABC en Chile. Discurso de un general”, en ABC, 16 de febrero de 1921, pág. 6; W. E. Retana, Breve Diccionario Biográfico de los Ingenieros Militares que han estado en las Islas Filipinas, Madrid, Memorial de Ingenieros, 1923; Índice Analítico de las Memorias, Artículos y Noticias del Memorial de Ingenieros, desde el año 1846 al 1920, Madrid, Imprenta del Memorial de Ingenieros del Ejército, 1925; A. Bravo Nieto, La ciudad de Melilla y sus autores. Diccionario Biográfico de arquitectos e ingenieros (finales del siglo XIX y primera mitad del XX), Melilla, Consejería de Cultura, Educación, Juventud y Deporte, 1997; J. Carrillo de Albornoz y Galbeño, Abriendo Camino. Historia del Arma de Ingenieros, Madrid, Imprenta Grafoffset, 1997; A. Bravo Nieto, “Las nuevas fronteras españolas del siglo XIX: la arquitectura de los fuertes neomedievales de Ceuta y Melilla”, en Actas de las I Jornadas de Estudio sobre fortificaciones, Ceuta, Foro del Estrecho, 2004, págs. 119-154.
Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño