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Juana Dávila

Biografía

Dávila, Juana. Señora de Navamorcuende, Cardiel y Villatoro. Ávila, p. s. xv – s. m. s. xv. Noble.

Fernán Gómez Dávila, V señor de Navamorcuende, Cardiel y Villatoro y maestresala de Juan II, casó dos veces: la primera con María Blázquez, de la que tuvo dos hijos: Gonzalo, casado con Ana de Bracamonte, hija del mariscal Álvaro Dávila y Bracamonte, pero muerto en vida de su padre sin dejar sucesión, y Juana; de su segundo matrimonio con Isabel González Dávila tuvo a Juan Dávila, quien, de acuerdo con los supuestos sucesorios de los mayorazgos de 1294 y 1328, heredó los citados señoríos. A ello se opuso su hermanastra Juana, alegando que su padre casó en segundas nupcias con “su parienta en grado prohibido” estando el asunto “pendiente de pleito de legitimidad en la Corte de Roma”. En 1441 murió Juan Dávila sin sucesión y Juana le sucedió en la tenencia de los señoríos, creando un grave problema de translineación a favor de hembra que, sobre todo, el mayorazgo de Villatoro de 1328 no tenía en consideración.

Juana Dávila casó en 1428 con Pedro González de Valderrábano, miembro de una de las familias más relevantes de la nobleza abulense. Ambos fundaron un nuevo mayorazgo sobre los bienes heredados por la dama —Navamorcuende, Cardiel y Villatoro y sus respectivas aldeas— más los lugares y heredamientos de Naharros del Puerto, Herreros y las heredades que tenían en Muñana y Villagarcía “con las casas mayores que nos avemos en la dicha ciudad de Ávila, que salen sobre el castillo”, a lo que parece aportados por Pedro González. Lo fundaron previa facultad regia de 17 de mayo de 1442, seguramente en un intento de solucionar los problemas ocasionados por la translineación en favor de hembra. Pues se trataron de un mayorazgo nuevo y no de una agregación, en el que modificaban el sistema de sustitución sucesoria e introducían una serie de elementos nuevos.

Las reacciones en contra de la translineación a favor de hembra no se dejaron esperar. Partieron de los Dávila, señores de San Román y Villanueva de Gómez, en concreto de Gómez Dávila, VI señor y guarda mayor de Enrique IV, y de su hermano Gonzalo Dávila, del Consejo Real de Enrique IV y maestresala de los Reyes Católicos, ambos descendientes de Fernán Blázquez, II señor de Navamorcuende, III de Cardiel, I de San Román y fundador de su mayorazgo.

Pero sendas sentencias del Real Consejo y de la Chancillería, ambas de 1461, fueron favorables a Juana Dávila.

Los descendientes de Pedro González y Juana Dávila, de acuerdo con lo establecido en el mayorazgo por ellos fundado, se fueron sucediendo de forma regular hasta el XI señor, Enrique Dávila, quien fue el detonante de una situación conflictiva, ya que en 1591 conspiró contra Felipe II juntamente con otros nobles, y el crimen de lesa majestad lo considera el mayorazgo de 1449 como causa de pérdida de los bienes vinculados, que pasan al siguiente en grado. Pero, además, en el caso de Enrique Dávila se daba la circunstancia de que el siguiente en la línea sucesoria era una mujer: su hija ilegítima María, pues otra legítima, Isabel Dávila, murió sin descendencia en enero de 1592, año en que se inició un largo proceso a resultas del cual se segregó Villatoro del patrimonio del linaje. Los protagonistas principales del conflicto fueron Gómez Dávila y Toledo, II marqués de Velada, señor de San Román y Villanueva de Gómez, quien el 2 de junio de 1592 puso demanda a Enrique Dávila, y a Diego Dávila, sobrino del anterior. Tanto el marqués de Velada como Diego Dávila reclamaban los señoríos de Enrique Dávila, pues se consideraban los descendientes varones con mayor derecho.

Tras un largo pleito, “a postrero de iunio de 1607 se votó el pleito, y se adjudicaron al marqués de Velada la villa de Villatoro con todos los vienes anejos y pertenecientes al dicho mayorazgo, con los frutos y rentas desde la contestación de la demanda, conforme a la sentencia de vista. Y al dicho don Diego Dávila las villas de Navamorcuende y Cardiel con todo lo anejo y perteneciente a los dichos mayorazgos”.

La solución fue la adecuada, porque el problema lo planteaba, ya desde la quiebra del orden sucesorio por Juana Dávila, sobre todo el mayorazgo de Villatoro, de agnación rigurosa, y por ello se lo adjudican a Gómez Dávila “como varón descendiente de barones de Fernán Blázquez... terzero llamado por el señor obispo don Sancho, fundador...”; en tanto que los primitivos mayorazgos de Navamorcuende y Cardiel y el de 1449 no planteaban problema sobre el llamamiento de hembras, aunque en último lugar, por lo que no es de extrañar que se lo adjudicaran a Diego Dávila, sobrino de Enrique Dávila, descendiente de hembra.

 

Fuentes y bibl.: Archivo del Instituto de Valencia de Don Juan, Memorial del pleito de Villatoro, sign. 46.5.

L. Ariz, Historia de las grandezas de la ciudad de Ávila, Alcalá de Henares, 1607 (ed. facs. de la Obra Cultural de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Ávila, 1978); J. I. Moreno Núñez, “Los Dávila, linaje de caballeros abulenses. Contribución al estudio de la nobleza castellana en la Baja Edad Media”, en En la España medieval. Estudios en memoria del profesor D. Salvador de Moxó, II (1982), págs. 157- 172; “Mayorazgos arcaicos en Castilla”, en En la España medieval, IV, Estudios dedicados al profesor don Ángel Ferrari Núñez, II (1984), págs. 695-708; J. Sánchez Gil, El señorío de Navamorcuende hasta finales del siglo xvi, Toledo, Diputación Provincial y Ayuntamiento de Navamorcuende, 2003; S. Martínez Fernández, Don Gómez Dávila y Toledo, II marqués de Velada, y la Corte en los reinados de Felipe II y Felipe III (1553-1616), tesis doctoral dirigida por don Fernando Bouza Álvarez, Madrid, Universidad Complutense, Servicio de Publicaciones (recurso electrónico), 2004; J. I. Moreno Núñez, “Los señoríos de Navamorcuende, Cardiel y Villatoro, bienes vinculados. La quiebra del orden sucesorio y el mayorazgo de 1449”, en Documenta & instrumenta, V (2007).

 

José Ignacio Moreno Núñez

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