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Francisco Arjona Reyes

Biografía

Arjona Reyes, Francisco. Currito. Madrid, 20.VIII.1845 – Sevilla, 16.III.1907. Matador de toros.

Hijo del importantísimo torero Curro Cúchares, su padrino de bautismo fue el no menos famoso Juan León. Currito, estudiante todavía en un colegio de Carabanchel (Madrid), toreó en 1858 una becerrada informal organizada por el marqués de Villaseca. Prosiguió sus estudios en el colegio sevillano de San Fernando, e incluso llegó a ingresar en la universidad, si bien fue más dado a frecuentar las capeas de los pueblos cercanos y los tentaderos en las ganaderías que a zambullirse en los libros de texto. No hubo conocimiento paterno de esas primeras correrías taurinas, como tampoco hubo influencia en el estilo, pues el de Currito era, según Cossío, “movido, juguetón, alegre y muchas veces caricaturesco”, mientras que el de Cúchares era “de maneras reposadas, severas y precisas, aprendidas sin duda del maestro Manuel Domínguez [Desperdicios]”. No en vano, al toreo se le conoce como “el arte de Cúchares”.

En 1863, Currito se incorporó a la cuadrilla de su padre, del que recibió las oportunas lecciones y que, en ocasiones, le cedía la muerte de un toro, como sucedió durante el año 1866. Tomó la alternativa en Madrid, el 19 de mayo de 1867, de manos de su padre y en compañía de José María Ponce. El toro de la ceremonia fue, como todos los demás, de la ganadería del marqués de Hontiveros (u Ontiveros, según otros autores). En 1870 hizo temporada en Madrid.

El 16 de mayo, toreando con Cayetano Sanz y Frascuelo, el toro Rebollo le infirió una cornada no grave en la zona escrotal y anal. Se recuperó pronto, y el 2 de junio regresó a la plaza de la capital de España para torear la Corrida de Beneficencia.

Según Cossío, “Currito no aceptó la competencia en que quisieron ponerle frente a Lagartijo, dando prueba de su entendimiento prudente. Prefirió verse catalogado entre los toreros de segunda fila a medir sus fuerzas artísticas, que reconocía menores, con los dos genios de la tauromaquia”. A este respecto añade Don Ventura: “De figura arrogante y simpática y con envidiables aptitudes de torero y estoqueador, estas cualidades le valieron no pocos partidarios. Pero su indolencia, su apatía, su falta de estímulo, no le permitieron rivalizar con nadie, y habiendo podido ser competidor de Lagartijo y Frascuelo, prefirió acogerse a la ley del menor esfuerzo, que siempre es más cómodo”.

En 1872 y 1873 pisó las principales plazas de toros, situado siempre en un segundo plano con respecto a las figuras antes citadas. En los años siguientes tuvo éxitos en Sevilla y Madrid. En este último coso toreó mucho: en 1880 actuó en veintitrés ocasiones; en 1881 toreó veinticinco corridas; en 1883 hizo nada menos que treinta paseíllos, por los veintisiete de Fernando El Gallo; en 1884 actuó en veintidós corridas, siendo sólo superado por Lagartijo, que toreó veinticinco; en 1887 pisó doce veces el ruedo madrileño. Ese año viajó a La Habana junto a Guerrita, ciudad en la que torearon catorce corridas. A partir de ahí, su nombre aparece en mucha menor frecuencia en la temporada madrileña: en 1888 toreó cuatro corridas de toros; una vez actuó en 1890 y otra 1892, la última en esta ciudad, el domingo 24 de abril, mano a mano con Lagartijo, lidiando toros de Juan Vázquez. En ese momento, con casi cuarenta y siete años de edad, Currito se encontraba apurando sus últimos momentos como torero. Sobre este festejo, Pérez López reseña en su soberbio libro: “Currito en el segundo estuvo desconfiado y tuvo silencio. En el cuarto, breve y afortunado con la espada, algunas palmas. En el quinto, muy movido y desconfiado, mató de mala manera y tuvo muchos pitos y naranjazos. En brega y quites tuvo escasa participación y acierto”. El último toro que lidió en Madrid se llamaba Pescadero. Y dice Cossío: “Al ocurrir en 1894 la trágica muerte del Espartero [en Madrid, el 27 de mayo de 1894, cogido por el toro Perdigón, de Miura], se retiró oficialmente Currito del toreo sin dar corridas de despedida”.

 

Bibl.: J. Velázquez y Sánchez, Anales del toreo. Reseña histórica de la lidia de reses bravas. Galería biográfica de los principales lidiadores: Razón de las primeras Ganaderías españolas, sus condiciones y divisas, obra dirigida por Francisco Arjona Guillén “Cúchares”, escrita por José Velázquez y Sánchez e ilustrada por D. Teodoro Aramburu, Sevilla, Imprenta y ed. de Juan Moyano, 1868; J. Sánchez de Neira, El Toreo. Gran diccionario tauromáquico, Madrid, Imprenta de Miguel Guijarro, 1879 (Madrid, Turner, 1988, págs. 211-213); Feria y toros en Málaga. Biografías de los célebres diestros Currito y Caraancha. Reseña del ganado que se ha de lidiar en las dos corridas de los días 12 y 15 de junio de 1879 y la historia de la ganadería, Málaga, 1879; J. Guillén Sotelo, Francisco Arjona Reyes (Currito), Madrid, Imprenta Ginés Carrión, 1913 (Biblioteca Sol y Sombra, XVII); J. M. Cossío, Los toros. Tratado técnico e histórico, vol. 3, Madrid, Espasa Calpe, 1943, págs. 62-66; Don Ventura [seud. V. Bagués], Historia de los matadores de toros, Barcelona, Imprenta Castells-Bonet, 1943 (Barcelona, De Gassó Hermanos, 1970, pág. 68); F. López Izquierdo, Plazas de toros de la Puerta de Alcalá (1739-1874), Madrid, Unión de Bibliófilos Taurinos, 1988; F. Claramunt, Historia ilustrada de la Tauromaquia, Madrid, Espasa Calpe, 1989; D. Tapia, Historia del toreo, vol. 1, Madrid, Alianza Editorial, 1992; N. Luján, Historia del toreo, Barcelona, Destino, 1993 (3.ª ed.); V. Pérez López, Anales de la plaza de toros de Madrid (1874-1934), t. I (vols. 1 y 2), Madrid, Unión de Bibliófilos Taurinos, 2004.

 

José Luis Ramón Carrión