Quintana y de la Quintana, Elena de la. Londres (Reino Unido), c. 1839 – Madrid, 20.III.1898. Benefactora.
Hija de Pedro de la Quintana y de Felipa de la Quintana, adinerados comerciantes dedicados a negocios con América, de origen vasco por nacimiento pero muy vinculados a Toledo.
Se casó con Juan Nepomuceno de Peñalosa y Contreras residiendo desde entonces en los números 78 y 112 la Calle Mayor de Madrid. El matrimonio mantenía relaciones con miembros de la nobleza y poseía una considerable fortuna en tierras y bienes. Elena de la Quintana ha pasado a la historia por la donación de sus pertenencias para la construcción del Convento- Colegio que las Hijas de María Nuestra Señora tienen en Talavera de la Reina. Muerta su única hija a la edad de seis años, los esposos decidieron invertir lo que hubiese sido la herencia de la niña en una institución educativa que beneficiase a muchas niñas a lo largo del tiempo. Fue así como solicitaron la fundación a las monjas popularmente conocidas como de “La Enseñanza” de Tudela (Navarra). Mientras se realizaban los trámites Juan Nepomuceno falleció y su viuda tuvo que cumplir en solitario el proyecto de ambos.
Compró en Talavera el edificio que había sido Convento de los dominicos hasta la Desamortización de Mendizábal y que su nuevo propietario, Tomás de Villarejo, había transformado en fábrica de tinajas.
Emprendió una costosa obra de restauración del inmueble que encomendó al arquitecto de la Real Academia de Bellas Artes San Fernando, Francisco Rabanal y Fariña. La reforma del edificio fue enorme tanto por el grado de abandono en el que se encontraba como por la necesidad de adaptarlo a las normas constructivas que santa Juana de Lestonnac, fundadora de la Orden que iba a establecerse allí, había ideado para sus casas. Elena sufragó las obras de remodelación del Convento e iglesia de Santo Domingo, con su bóveda perteneciente al gótico final (c. 1520), y los sepulcros de estilo plateresco de la familia Loaysa-Mendoza que ahí se encuentran; compró los terrenos adyacentes y edificó el Colegio, que comenzó su actividad docente en 1899, y donó a la casa todos sus bienes personales que han enriquecido el patrimonio artístico de la ciudad de Talavera: los muebles y la colección de pinturas se conservan en el Colegio Compañía de María. La magnífica custodia realizada con sus joyas era la que se empleaba en la procesión del Corpus Christi de la ciudad, pero fue sustraída en 1936.
Elena de la Quintana había muerto poco antes de que las religiosas procedentes de Navarra llegasen a Talavera, pero la fundación se llevó a término por el sentido de responsabilidad de sus albaceas testamentarios: el abogado Manuel Melgar, el sacerdote Ángel Quijada y los marqueses de Montalvo, Vadillo y La Solana.
Bibl.: M.ª J. Bravo Rodríguez (ONS), “El Colegio Compañía de María en Talavera de la Reina. Fundación (1899)-Guerra Civil (1939)”, en Revista Cuaderna (Talavera de la Reina), n.os 9 y 10 (2002), págs. 69-90; J. Nicolau Castro, El Monasterio Dominico de Talavera de la Reina y la Colección de pinturas de la Familia Peñalosa-Quintana, Talavera de la Reina, Ayuntamiento, 2004.
María Teresa Rados Martín del Río, ONS
