Espinosa Echevarría, Andrés. Amorebieta (Vizcaya), 17.X.1903 – Bilbao, 16.V.1985. Alpinista y aventurero.
Andrés Espinosa representa una de las figuras más sorprendentes del panorama alpino de la primera mitad del siglo xx. Personaje de carácter introvertido y sensible, pero dotado de una fortaleza física y anímica extraordinaria, Andrés Espinosa se adelantó a su tiempo abordando aventuras alpinas en montañas lejanas siempre en solitario. Así, en 1927 superó en una sola jornada los ascensos al Veleta y al Mulhacén, mientras al año siguiente alcanzaba la cumbre del Teide, partiendo a pie desde la Orotava. Ese mismo año logró completar la escalada al Naranjo de Bulnes, siendo el primer ascensionista no montañés que lo lograba en solitario.
Los techos de sus ambiciones aventureras se elevarían en 1929 hasta las alturas de los Alpes. Tras un ascenso sin pausa iniciado en las mismas calles de Chamonix, a las nueve de la noche del 14 de julio, Espinosa ponía pie sobre la cima del Mont Blanc. Unos crampones y un piolet comprados el día anterior, una chaqueta de paño y unas abarcas de goma formaban su precario equipamiento. Era el primer hombre que llegaba en solitario hasta la cota más elevada del macizo alpino. Pocos días más tarde, de la misma forma audaz, escaló la cima del Cervino. De estas experiencias, como sobre todas las que posteriormente acometió, Espinosa dejó escritos unos relatos de un alto nivel literario, rebosantes de sensibilidad hacia la montaña.
Tras la incursión en los gigantes alpinos, Europa se le quedó pequeña para sus ansias de aventura y en 1930 alcanzó la cumbre del Sinaí, después de cruzar sin guía ni rumbo el desierto partiendo del puerto de Tor, en el canal de Suez. Viajando siempre en condiciones económicas extremadamente precarias, unas semanas más tarde arribó al puerto de Mombasa, desde donde penetró en tren en el continente africano hasta llegar al pie del Kilimanjaro. Tras un peregrinaje de varios días cruzando la selva sin ninguna ayuda, Espinosa alcanzó la cumbre del techo de África el 17 de septiembre de 1930, siendo el primer ascenso solitario que se registraba a esta montaña. Esta impactante trayectoria le hizo merecedor a múltiples reconocimientos públicos, entre ellos los de socio de honor del Club Alpino Español, la Real Sociedad Peñalara y del histórico Alpine Club británico.
Nuevamente en 1931 emprendió una larga singladura por el Mediterráneo y el océano Índico, cuyo destino era el lejano Himalaya. Desembarcó en Calcuta y atravesó India en tren hasta llegar a Darjeeling. Pero sus pretensiones de aproximarse al Kangchenjunga se verían frustradas por la oposición tajante de las autoridades británicas a concederle la necesaria autorización para internarse en los valles del Himalaya. Sin ceder en su espíritu aventurero, en 1932 alcanzó, en su habitual esquema de ascensos solitarios, la cima del Toubkal, la máxima elevación del Alto Atlas. Sería su última incursión en las montañas del mundo. El estallido de la Guerra Civil marcó un cambio radical en su camino de aventuras. La afectación de las consecuencias del conflicto bélico en su espíritu le llevó a refugiarse en una postura de introspección. Nunca más volvió a respirar el aire de las grandes alturas ni a realizar viajes a tierras lejanas. Tras llevar una vida anónima, una de las figuras más relevantes de nuestro alpinismo moría en Bilbao el 16 de mayo de 1985, a los ochenta y un años de edad.
Obras de ~: “La Sierra de San Cristóbal (Camero Nuevo)”, en Pyrenaica (Bilbao), n.º 5 (1927), págs. 42-45; “Sierra Nevada. Mulhacén y Veleta”, en Pyrenaica (Bilbao), n.º 6 (1927), págs. 73-79; “Castilla. Por los campos del Mío Cid”, en Pyrenaica (Bilbao), n.º 9 (1928), págs. 51-55; “Islas Canarias. Tenerife”, en Pyrenaica (Bilbao), n.º 10 (1928), págs. 73-84; “Picos de Europa. Mi escalada al Urriello”, en Pyrenaica (Bilbao), n.º 10 (1928), págs. 85-89; “Villas de ensueño. Santillana del Mar”, en Pyrenaica (Bilbao), n.º 12 (1929), págs. 17-23; “Alpes franceses. Solo en el Macizo de Mont Blanc”, en Pyrenaica (Bilbao), n.º 14 (1929), págs. 83-116; “A mi querido maestro”, en Pyrenaica (Bilbao), n.º 14 (1929), pág. 82; “Alpes suizos. El Cervino (Matterhorn)”, en Pyrenaica (Bilbao), n.º 14 (1929), págs. 117-137; “En la selva”, en Pyrenaica (Bilbao), n.º 16 (1930), págs. 36-45; “Las ascensiones al Mont Blanc y al Cervino”, 16 arts. en Euzkadi (Bilbao), 18 de octubre-8 de noviembre de 1929; “¡Arriba! ¡¡Muy arriba!!”, en Boletín Club Deportivo Eibar, 1930, págs. 12-13; “Hacia el Sinaí y el Djebel Khaterin. Solo por la Arabia Pétrea”, 14 caps. en El Sol (Madrid), 10 de noviembre-14 de diciembre de 1930; “El Kilimanjaro. En las soledades del Gigante Africano”, 16 arts. en El Sol (Madrid), 16 de diciembre de 1930-24 de febrero de 1932; “Hacia las cumbres del Himalaya”, 21 caps. en Excelsior (Bilbao), 1931-1932; “Busquemos la verdad”, en Boletín Club Deportivo Eibar, 1936, pág. 27; “Urbión es una cimera”, en Torrecerredo, n.º 3 (1953); “Shebe Peña Albizu, mi buen hermano” y “Al mismo tiempo que Hillary y Tenzing”, en Tolosa, 1953.
Bibl.: M. de la Sota, “La bella aventura de Andrés Espinosa”, en Pyrenaica (Bilbao), n.º 14 (1930), págs. 77-81; J. R. Lueje, “Andrés Espinosa, un ejemplo”, en Peñalara (Madrid), n.º 30 (1966), págs. 203-210; G. López de Guereñu, “Andrés Espinosa y el Kilimanjaro, dos realidades, un deseo y una idea”, en Pyrenaica (Bilbao), n.º 106 (1977), págs. 52 y 53; A. Iturriza, “Andrés Espinosa ya es una leyenda”, en Egin (San Sebastián), 23 de mayo de 1985, pág. 29; L. P. Peña Santiago, “Réquiem por un alpinista legendario”, en Diario Vasco (San Sebastián), 26 de mayo de 1985; G. López de Gereñu, “Andrés Espinosa Echevarría”, en Pyrenaica (Bilbao), n.º 139 (1985), págs. 282 y 283; A. Iturriza, “Una leyenda llamada Espinosa”, en Biografía sentimental del montañismo vasco, Bilbao, Orain, 1996; L. Alejos, El montañero y aventurero Andrés Espinosa (1903-1985), Bilbao, BBK, 2002; A. Iturriza, “Una leyenda llamada Espinosa”, en Historia testimonial del montañismo vasco, t. I, Bilbao, Pyrenaica, 2004, págs. 163-182; M. Titos, “Andrés Espinosa, una leyenda del montañismo vasco en Sierra Nevada en 1927”, en Revista del Centro de Estudios Históricos de Granada y su Reino (Granada), 2005.
Antxón Iturriza Ollókiegui