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Juan Fernández de Heredia

Biografía

Fernández de Heredia, Juan. Munébrega (Zaragoza), c. 1310 – Aviñón (Francia), III.1396. Maestre de la Orden Militar de San Juan entre 1377 y 1396, y promotor de una obra literaria y artística de gran interés.

Juan Fernández de Heredia nació en Munébrega hacia 1310. Sus orígenes familiares eran relativamente modestos. Su padre, García Fernández de Heredia, era un caballero de la pequeña nobleza aragonesa que estaba al servicio del rey Jaime II. Siendo todavía muy joven, en 1328, Juan Fernández de Heredia se hizo caballero de la Orden Militar internacional de San Juan u Orden del Hospital. En dicha Orden enseguida empezó a ocupar cargos importantes. Inicialmente estuvo destinado en la encomienda hospitalaria de Villel, pero en 1333 aparece ya como lugarteniente del comendador de Alfambra. En 1337 ascendió a comendador titular de la misma encomienda sanjuanista.

Entre 1338 y 1339 consiguió compatibilizar este puesto con el de comendador de Villel. Simultáneamente, empezó a manifestarse como un estrecho colaborador del rey Pedro IV de Aragón, quien lo nombró consejero suyo hacia 1337-1338. Confiando en su influencia sobre el Monarca, Juan Fernández de Heredia intentó hacerse con el cargo de castellán de Amposta, es decir, prior provincial de la Orden de San Juan en Aragón, desplazando a su entonces titular, Sancho de Aragón, en 1341. Sin embargo, este último era un pariente del Rey, por lo que Pedro IV impidió su destitución. Heredia tuvo que esperar hasta la muerte de Sancho de Aragón en 1346 para obtener el puesto de castellán de Amposta. Además, al año siguiente (1347), el maestre de la Orden del Hospital lo nombró lugarteniente suyo en España.

Durante su ejercicio del cargo de castellán de Amposta, Heredia se manifestó como un fiel apoyo del rey Pedro IV de Aragón. Entre 1347 y 1348 ayudó al Monarca a reprimir la rebelión de “La Unión” en Aragón y Valencia. Después, también colaboró militarmente en la ocupación definitiva del reino de Mallorca por Pedro IV en 1349. En cuanto a su labor de administración del patrimonio de la Orden de San Juan en el reino de Aragón, la iniciativa más destacada de Heredia fue la confección de un monumental Cartulario Magno de la Castellanía de Amposta, compuesto de seis volúmenes y en el que se copiaron unos tres mil documentos. De esta forma se facilitó la gestión y el control de las posesiones hospitalarias en Aragón. Otra iniciativa de Heredia muy interesante fue su política de ayuda financiera a la formación jurídica de algunos estudiantes en las universidades. El fin era poder contar posteriormente con juristas que colaborasen en la defensa del patrimonio y privilegios de la Orden en Aragón ante los tribunales.

A partir de 1351, Heredia se desplazó a Aviñón, en el sur de Francia, con el fin de defender los intereses de Pedro IV en la Corte pontificia, que entonces se encontraba instalada en dicha ciudad. Se sabe que cumplió eficazmente su cometido, pero además supo atraerse el apoyo del papa Inocencio VI, a cuyo servicio entró. Gracias al Pontífice, Heredia empezó a acumular la posesión simultánea de varios prioratos europeos de la Orden del Hospital, sin dejar de ser castellán de Amposta. Primero obtuvo el priorato sanjuanista de Castilla y León, en 1356, y posteriormente consiguió el priorato de San Gil, en el sur de Francia, en 1357. Además, también recibió el título de lugarteniente del maestre de la Orden en todo el occidente europeo. De esta forma y gracias al apoyo pontificio, a mediados del siglo xiv, Heredia se había convertido de hecho en un verdadero poder rival del maestre de la Orden del Hospital dentro de la Orden de San Juan en Europa.

En contrapartida, se sabe que prestó numerosos servicios militares y diplomáticos al papa Inocencio VI.

En 1356 participó en una embajada pontificia que intentó evitar el enfrentamiento entre Francia e Inglaterra en vísperas de la batalla de Poitiers, durante la Guerra de los Cien Años. Posteriormente, en 1357 y 1358 dirigió la defensa del señorío del Papa en Aviñón frente a las incursiones de las compañías de mercenarios sin trabajo, durante un período de tregua en el citado conflicto bélico.

La concentración de tanto poder de la Orden de San Juan en Europa en manos de Heredia provocó varios enfrentamientos con los maestres de la Orden Roger des Pins y Ramón Berenguer. En general, Heredia salió bastante bien parado de ellos gracias al constante respaldo de los sucesivos papas Inocencio VI, Urbano V y Gregorio XI. No obstante, tuvo que renunciar a los prioratos hospitalarios de Castilla y de San Gil en 1369. En compensación, obtuvo el priorato sanjuanista de Cataluña en 1372, mientras seguía conservando el puesto de castellán de Amposta.

Heredia continuó al servicio del pontificado, haciéndose cargo de la defensa de Aviñón durante la mayor parte del período comprendido entre 1357 y 1376, época de gran inseguridad en la zona, debido a las circunstancias ocasionadas por el desarrollo de la Guerra de los Cien Años, de modo que la labor de Heredia fue de gran utilidad para el Papa. Paralelamente, Heredia continuó realizando estancias concretas en Aragón para prestar servicio al rey Pedro IV. En especial, participó activamente en diversos episodios de la llamada “guerra de los dos Pedros”, que enfrentó a Pedro I de Castilla con Pedro IV de Aragón entre 1356 y 1369.

A partir de 1372 un nuevo pontífice, Gregorio XI, empezó a planear la realización de una expedición armada contra los turcos. El Papa encomendó su materialización a la Orden Militar de San Juan, y Heredia fue el encargado de organizarla desde occidente.

Con este motivo, presidió una asamblea de los principales dignatarios de la Orden en occidente en 1375. Cuando la expedición estaba a punto de partir, el maestre del Hospital, Robert de Juilly, falleció y el pontífice Gregorio XI aprovechó la oportunidad para nombrar maestre de la Orden a Juan Fernández de Heredia en 1377.

La primera actividad de Heredia como maestre fue la dirección de la esperada incursión armada de los hospitalarios en los Balcanes, finalmente llevada a cabo en 1378. Sin embargo, dicha expedición terminó siendo un fracaso y el propio Heredia fue hecho prisionero por los albaneses. Tras el pago de un cuantioso rescate, fue liberado en 1379 y se instaló seguidamente en la isla griega de Rodas, donde se encontraba el convento principal de la Orden de San Juan. La estancia de Heredia en Rodas, que se prolongó hasta 1382, fue muy importante, ya que el maestre puso fin al tradicional predominio francés dentro de las estructuras de gobierno de la Orden. Heredia confió entonces relevantes cargos del convento central a hospitalarios españoles, italianos y alemanes. La influencia francesa siguió siendo muy importante dentro de la Orden de San Juan, pero ya no tan abrumadora como lo había sido antes del maestrazgo de Heredia.

En 1382, Juan Fernández de Heredia volvió a Aviñón, donde permaneció hasta su muerte. El motivo era que el desencadenamiento del Cisma de Occidente, con la existencia simultánea de dos papas diferentes en Roma y en Aviñón, había ocasionado graves problemas a la Orden de San Juan. En concreto, había disminuido peligrosamente los envíos de ayuda al convento central de Rodas desde las posesiones europeas de la Orden. Para solucionar el problema, Heredia se volvió a instalar en Aviñón y desde allí desarrolló una labor muy importante. Consiguió que el Cisma terminara en la Orden de San Juan mucho antes que en el pontificado. Logró que los prioratos europeos de la Orden siguieran realizando sus envíos de recursos a Rodas, independientemente del papa al que obedecieran. Otra faceta muy destacada de esta segunda estancia de Heredia en Aviñón fue la interesante actividad literaria y artística que promovió.

En efecto, el maestre del Hospital impulsó entonces la confección de un conjunto de manuscritos de extraordinario valor: algunos eran interesantes traducciones de obras griegas; otros tenían un notable valor historiográfico; varios estaban ornamentados con miniaturas de elevada categoría artística, donde con frecuencia el propio maestre aparecía retratado; además, todos fueron redactados en un interesante dialecto romance aragonés.

Juan Fernández de Heredia murió en Aviñón en marzo de 1396. Sus restos fueron enterrados en el convento sanjuanista que el propio Heredia había fundado en Caspe. A pesar de su teórico voto de castidad como caballero hospitalario, se sabe que tuvo cuatro hijos, pero ninguno vivió durante mucho tiempo. Sin embargo, es conocido que Heredia favoreció a otros muchos familiares suyos otorgándoles cargos destacados dentro de la Orden de San Juan en Aragón y en Castilla. El resultado fue una notable elevación de su linaje nobiliario, el de los Heredia, que pasó de ser un linaje de la baja nobleza a configurarse en lo sucesivo como una de las familias más destacadas de la alta aristocracia aragonesa.

 

Obras de ~: Plutarco, Vidas de hombres ilustres, trad. de ~, c. 1380 (inéd.) [A. Álvarez Rodríguez, “Plutarco romanceado en el siglo xiv. Suerte e importancia de la traducción aragonesa”, en Cuadernos de Filología Clásica, 3 (1984), págs. 143-156]; P. Orosio, Historiarum Adversus Paganos Libri Septem, trad. de ~, 1385-1393 (inéd.); Aristóteles, Secreta secretorum, trad. de ~, 1385-1393 (inéd.); Tucídides, Historia de la Guerra del Peloponeso, trad. de ~, c. 1393 (inéd.) [L. López Molina, Tucídides romanceado en el siglo xiv. Anejos del Boletín de la Real Academia Española, 5, Madrid, Aguirre Torre, 1960]; G. delle Colonne, Crónica Troyana, trad. de ~, c. 1393 (inéd.) (ed. crítica de R. T. Dunstan, tesis doctoral, Universidad de Wisconsin, 1928); Libro de los fechos e conquistas del principado de la Morea, trad. de ~, Ginebra, Imprenta Jules- Guillaume Fick, 1885; La Grant Cronica de Espanya, ed. crítica de R. Geijerstan, Uppsala, Bengt Hasselrot, 1964; J. Zonaras, Libro de los emperadores que fueron en Grecia, trad. de ~, Michigan, 1975, y Corónica de los conquiridores, trad. de ~, Madison, 1976; Eutropio, ed. de P. P. Conerly, tesis doctoral, Chapel Hill, University of North Carolina, 1979; Flor de las Historias de Orient, Chicago, 1934; Libro de Marco Polo, trad. de ~, ed. de J. Nitti, Madison (Wisconsin), Hispanic Seminary of Medieval Studies, 1980; Concordances and texts of the fourteenth-century aragonese manuscripts of Juan Fernández de Heredia, transcrip. de J. Nitti y Ll. Kasten, Madison (Wisconsin), Hispanic Seminary of Medieval Studies, 1982; Rams de flores o libro de actoridades, ed. de C. Guardiola Alcover, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 1998; Cronicón mundi, s. f. (inéd.).

 

Bibl.: K. Herquet, Juan Fernández de Heredia, Grossmeister des Johanniterordens (1377-1396), Mühlhausen, Adolf Foerster, 1878; M. Serrano y Sanz, Vida y escritos de D. Juan Fernández de Heredia, Gran Maestre de la Orden de San Juan de Jerusalén, Zaragoza, La Editorial, 1913; J. Vives, Juan Fernández de Heredia, gran maestre de Rodas, Barcelona, Balmes, 1927; A. Luttrell, Juan Fernández de Heredia at Avignon: 1351-1367 [Bologna], Real Colegio de España, 1972; The Hospitallers in Cyprus, Rhodes, Greece and the West, 1291-1440, vol. XIX, London, Variorum, 1978, págs. 289-316; vol. XX, págs. 401-407; vol. XXI, págs. 235-243; M. Cortés Arrese, “Juan Fernández de Heredia, gran maestre de la Orden de San Juan de Jerusalén: una aproximación a su imagen”, en Anuario de Estudios Medievales, 13 (1983), págs. 327-337; A. Luttrell, The Hospitallers of Rhodes and their Mediterranean World, vol. XVII, Aldershot, Variorum, 1992, págs. 237-244; A. Egido y J. M. Enguita (eds.), Juan Fernández de Heredia y su época. IV Curso sobre lengua y literatura en Aragón, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 1996; J. M. Cacho Blecua, El gran maestre Juan Fernández de Heredia, Zaragoza, Caja de Ahorros de la Inmaculada de Aragón, 1997; E. Sarasa Sánchez, M. I . Muñoz Jiménez y A. Sanmiguel Mateo, Juan Fernández de Heredia, Zaragoza, Centro de Estudios Bilbilitanos, 1999; J. M. Nieto Soria, “Las inquietudes historiográficas del Gran Maestre hospitalario Juan Fernández de Heredia (m. 1396): una aproximación de conjunto”, en En la España Medieval, 22 (1999), págs. 187-211; C. de Ayala Martínez, “La Orden de San Juan en la Península Ibérica durante el Maestrazgo de Juan Fernández de Heredia”, en Revista de las Órdenes Militares, 2 (2003), págs. 197-219.

 

Carlos Barquero Goñi

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