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Antonio de Rocabertí de Dameto y Veri

Biografía

Rocabertí de Dameto Veri, Antonio. Conde de Zavellà (X). Palma de Mallorca (Islas Baleares), 19.XII.1831 – Peralada (Gerona), 13.III.1887. Benefactor.

Hijo de Francisco Javier de Rocabertí Dameto Cotoner Crespí de Valldaura (Valencia, 1802 - París, 26.III.1875), y de Margarita Verí, Salas (? - Palma, 7.VII.1846). Fue el primogénito del matrimonio, sin embargo, a la muerte de su padre cedió los títulos nobiliarios —conde de Peralada, vizconde de Rocabertí y marqués de Bellpuig— a su hermano Tomás, reservándose para sí el título de conde de Zavellà.

Residió en París, y la estancia en la capital francesa influyó en su formación y en su obra cultural posterior. Estudió jurisprudencia, aunque don Antonio ha pasado a la historia por su obra benefactora en la villa a donde se trasladó, Peralada. Ésta experimentó un gran cambio al establecerse los herederos y últimos representantes de los Rocabertí en el último cuarto del siglo XIX, gracias al inicio de una serie de reformas en su residencia particular, el castillo, y en una de las dependencias recientemente recuperada —después de años de litigios derivados del proceso de desamortización—: el Convento del Carmen (siglo XIV). Don Antonio rehabilitó los edificios del conjunto monumental, restauró el castillo a la manera de un château, contando con la colaboración del arquitecto francés Ch. Grand y dotó al entorno de jardines, encargando al ingeniero francés François Duvillers (1801 - 1887) su distribución. Para el convento, en cambio, optó por la restauración en estilo neogótico.

Su espíritu filantrópico, sus inquietudes y sus obras, coincidieron con el movimiento vigente en Cataluña, denominado la Renaixença. A él se debe la creación de la Escuela de Primeras Letras (1882) —en la que se daba especial énfasis a la enseñanza musical, y de donde surgieron numerosas vocaciones que dotaron a orquestas de distintos lugares de Cataluña, además de fundar la reconocida cobla-orquesta La Principal de Peralada— , y de la Biblioteca —que contó con unos 20.000 volúmenes—, ambas instaladas en el antiguo Convento del Carmen, así como el inicio de una parte de las colecciones de mobiliario y pinacoteca del Castillo de Peralada. Como deferencia a su rango, recibió diversos permisos eclesiásticos para la tenencia de libros prohibidos, el primero en 1857, del papa Pío IX, y el segundo en 1881, del papa León XIII.

Entabló amistad con historiadores y juristas como José Pella y Forgas y literatos como Jacinto Verdaguer; con miembros de la Associació Catalanista d’Excurcions Científiques; potenció, además, las actividades culturales de la zona y colaboró en diversos certámenes literarios como el organizado por el Centro Artístico Industrial Figuerense de Figueras (Gerona), o la Associació Literària de Girona. Fue socio, entre otros, del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid (desde el 22 de mayo de 1861), y recibía regularmente, por suscripción, las mejores publicaciones periódicas, tanto de la capital de España como del país vecino.

En definitiva, su presencia supuso un revulsivo para el futuro de la capital del condado.

Bibl.: I. Padrosa Gorgot, “L’esperit de la Renaixença i el mecenatge dels comtes”, en La Principal de Peralada, Peralada, Ayuntamiento, 1990, págs. 25-40.

Inés Padrosa Gorgot