Alfonso Froilaz. ?, 912-913 – Ruiforco de Torío (León), c. 931. Rey de León.
Hijo primogénito de Fruela II, al que sucedió en el trono en agosto de 925 hasta febrero de 926. Cuarto monarca en el ciclo histórico leonés, es tan desconocido que no ha hallado la dignidad ordinal que se debe a su nombre, descolgado oficialmente del limbo regio entre el tercero y cuarto Alfonso al ser expulsado de él, en los primeros días de febrero de 926, por sus primos, los Ordóñez, hijos de Ordoño II encabezados por Sancho, el primogénito —que gobernará como rey de Galicia (926-929), junto con la poderosa familia mozárabe de los Olmundez—, y por Alfonso (IV) además de Ramiro (II) que habían sido excluidos de la vida pública desde el fallecimiento de su padre y relegados a un cierto confinamiento que, pese al corto tiempo del reinado de Fruela, no dejó de suscitar una manifiesta repulsa por parte de sectores sociales influyentes, especialmente de Galicia y Portugal, que aportaron a la contienda valiosos grupos de gentes de guerra procedentes de ambas regiones.
La personalidad de este infante está marcada por la cortedad de datos y rasgos históricos que le conciernen y se plantea incluso si debe considerársele, siquiera por tiempo mínimo, como verdadero rey de León. La nómina regum legionensium, inserta en el texto Rotense, buena referencia como documento de autoridad tanto por su contigüidad a los hechos —es redactada en 931— como por una cierta semioficialidad, incluye su nombre como verdadero rey de León, lo que hace que su principal biógrafo, J. Rodríguez Fernández, en un primer momento de sus trabajos, lo incluya entre los monarcas leoneses, pese a su infortunio. Alfonso Froilaz parece poseer cierto temple y estimables condiciones de dirección y de mando, pues no sería fácil de otro modo sostener cerca de medio año la integridad de su herencia paterna frente a las fuerzas mucho más numerosas de sus rivales; sin embargo, el citado biógrafo al analizar, en sus últimos estudios, las razones de su legitimidad y las condiciones determinantes para ser rey que exigen la necesaria unción sagrada, la coronación, la investidura religiosa o, al menos, un cierto consenso de las gentes en orden a conferirle o reconocerle la suprema dignidad, concluye taxativamente que “lo hemos de excluir de la nómina de reyes leoneses”.
Lo cierto es que durante breve tiempo gobernó el reino, aunque quizás no llegó a ser ungido ni coronado como verdadero rey, pues, derrotado Alfonso Froilaz por Alfonso Ordóñez y sus hermanos, huye primero a Astorga y poco después a las tierras orientales de Asturias —las llamadas Asturias de Santillana— donde siguió alimentando sus pretensiones y ensueños de rey, como muestra un documento de 927. Y aquí continuó, pues, como dice Claudio Sánchez- Albornoz “Adefonsus Froylani refugiado en la zona montañosa y costera del antiguo solar del reino de Asturias, donde reinaba su tío don Ramiro se habría titulado rey en 929 al morir este cuarto hijo de Alfonso III”. Al abdicar Alfonso IV y entrar como monje en Sahagún, habría querido Alfonso Froilaz hacerse de nuevo con el reino pero entonces Ramiro II, en 931, lo aprisionó con todos sus hermanos —hijos de Fruela II— y los hizo cegar a todos en el mismo día.
El desgraciado príncipe, de quien no consta haber casado ni dejado descendientes, debió de arrastrar en el monasterio de Ruiforco sus últimos días de ceguera, juntamente con sus dos hermanos y falleció poco después.
Bibl.: M. Risco, Historia de la ciudad y corte de León y de sus reyes, Madrid, Tipografía de M. Carzo, 1792; J. Rodríguez Fernández, “La monarquía leonesa de García I a Vermudo III (910-1037)”, en El reino de León en la Alta Edad Media III. La monarquía astur-leonesa. De Pelayo a Alfonso VI (718-1109), León, Centro de Estudios e Investigación San Isidoro, 1995, págs. 129-413; García I, Ordoño II, Fruela II, Alfonso IV, Burgos, Ed. La Olmeda, 1997 (Col. Corona de España, vol. 28, Serie de Reyes de León y Castilla); M. Torres Sevilla, “La monarquía astur-leonesa (711-1037)”, en C. Álvarez Álvarez (coord.) La Historia de León. Edad Media, León, Universidad de León, 1999, págs. 17-39.
César Álvarez Álvarez