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Nicasio Domingo

Biografía

Domingo, Nicasio. El Abuelo. Zaragoza, 1859 – 9.II.1933. Obrero y periodista anarquista, líder anarcosindicalista en Aragón.

Como figura señera del anarquismo y obrerismo del primer tercio del siglo xx en Aragón, Nicasio Domingo fue un eslabón directo con el obrerismo de la primera Internacional. Fue un activista anarquista destacado que tuvo relieve en Zaragoza durante los años de 1890: cuando su nombre apareció encargándose de correspondencia en revistas como El Eco del Rebelde y El Invencible de Zaragoza (1895).

Participó en el congreso local de sociedades obreras de 1901 y adquirió proyección reconocida en los medios libertarios al participar en la campaña nacional de propaganda en 1903, junto a Antonio Ojeda y González Sola de Sevilla. Fueron años en los que trasciende algo de su vida familiar, al tener noticias por El Productor de Barcelona de que estaba unido a María Galve y de que el 5 de abril de 1905 la pareja inscribió un niño en el Registro Civil con el nombre de Germinal. También había sido, desde principios de siglo, miembro y principal animador del grupo Vía Libre de la capital aragonesa, —que con el mismo título durante 1906 publicó un periódico quincenal— y uno de los principales artífices de la consolidación de las sociedades obreras de la capital aragonesa, en su belle epoque urbana a partir de la gran Exposición Hispano-Francesa de 1908.

Domingo fue fundador —junto a su grupo— y redactor de Cultura y Acción, el órgano de la federación local de sociedades obreras zaragozanas, que aparecido en 1910 se convertiría en el decano —a través de distintas épocas, hasta 1938— del obrerismo aragonés.

Este periódico quincenal, también órgano del Centro de Estudios Sociales, con sede en la casa de los sindicatos de la zaragozana calle Agustín, fue dirigido por el joven líder Manuel Buenacasa y tenía como redactores —junto a Domingo— a prominentes figuras del obrerismo zaragozano, como Ángel Lacort, Nicolás Guallarte y la maestra racionalista Antonia Maymón.

Mientras, se constituye en Barcelona la Confederación Nacional de Trabajadores (CNT), en cuyo congreso fundacional de 1910 están presentes delegados aragoneses de sociedades obreras, así como la federación local zaragozana; que en su primer congreso constituyente de septiembre de 1911 afiliaba ya a unos 2.261 obreros zaragozanos —incluida una agrupación femenina: La Ilustración de la Mujer, con cien asociadas— y en el congreso de 1919 alcanzó los 25.852 afiliados en Aragón.

Nicasio Domingo participó en aquel primer rodaje orgánico de la CNT zaragozana y vivió los avatares, tanto represivos como expansivos, de ese sindicato durante los años de la década de 1920. Junto a sus hijos, Antonio —delegado obrero al Congreso Nacional de la CNT, en 1919, del Teatro de la Comedia en Madrid— y Juan, Nicasio Domingo pasó a ser uno de los referentes cenetistas del movimiento anarcosindicalista zaragozano durante las dos décadas siguientes bajo el apodo de el Abuelo. Su actividad no le evitó inculpaciones y represalias —como la condena a cadena perpetua por el atentado a tres funcionarios municipales en Zaragoza, el 23 de agosto de 1920, que realizado por un asturiano, desconocido de los medios obreros, pudo resultar un verosímil montaje para anular la red sindical— con comprometidas acciones, como su fuga del manicomio donde fue internado.

Como integrante del grupo Vía Libre, Domingo fue uno de los organizadores —junto con Manuel Buenacasa y Francisco Goñi— del congreso de grupos anarquistas celebrado en mayo de 1923 en Madrid.

Durante la dictadura de Primo de Rivera permaneció en Zaragoza, y aún figuraba en julio de 1930 al frente de la organización local cuando fue convocada una reunión de militantes, para reorganizar la federación local de la CNT, formando parte de su primer comité en la nueva etapa.

A fines de 1932, la contribución de los ahorros de toda una vida de Nicasio Domingo —junto a los de otro militante panadero de la CNT de Zaragoza, Agustín Ferreruela— permitió coronar un viejo proyecto sindical desde 1922: el de dotar económicamente una escuela “racionalista” —del tipo de la Escuela Moderna de Ferrer y Guardia— a disposición de los sindicatos zaragozanos. Aparte de su experiencia y veteranía sindicales, transmitidas a la organización aragonesa de comienzos de la Segunda República, aquél fue el legado final de Domingo, quien murió apenas iniciado el año 1933.

 

Bibl.: M. Buenacasa, El movimiento obrero español, 1886- 1926 (Historia y crítica), pról. de M. Nettlau, Barcelona, Impresos Costa, 1928, págs. 94, 191-196 y 203; E. Fernández Clemente y C. Forcadell, Aragón Contemporáneo. Estudios, Zaragoza, Guara, 1984, págs. 199-203; G. Kelsey, Anarcosindicalismo y Estado en Aragón: 1930-1938, Madrid, Fundación Salvador Seguí-Institución Fernando el Católico, 1994, págs. 45-46, 193, 216 y 229; A. R. Díez Torre, Orígenes del cambio regional y Turno del Pueblo. Aragón, 1900-1938, vol. I (Confederados), Madrid, UNED-Prensas Universitarias de Zaragoza, 2003, págs. 33-34, 84, 110, 115 y 279-280.

 

Alejandro R. Díez Torre