Aldonza. ?, c. 1130 – V.1207 post. Condesa.
Dama de discutido origen, segunda esposa del conde Lope Díaz de Haro I, señor de Vizcaya. Según las genealogías tradicionales, era hija de Rodrigo Fernández de Castro y su esposa Elo Álvarez, aunque esto no es sino una suposición del conde Pedro de Barcelos (siglo xiv) carente de fundamento. La historiografía actual, si bien refuta tal argumentación, presenta algunas variantes, aunque todos coinciden en asumir que se trata de una dama de origen gallego.
Así, para Salazar Acha era la hija del conde Rodrigo Vélaz, mientras que Canal la supone nieta de éste e hija del conde Gonzalo Fernández de Traba.
Sea como fuere, desposaron a mediados de siglo, probablemente en el marco de las negociaciones sobre la división de Castilla y León, pues una hermana de Gonzalo Fernández de Traba, de nombre Teresa, casó por entonces con otro magnate castellano, el conde Nuño Pérez de Lara, y Guiomar de Traba, hija de Rodrigo Pérez, desposó con Diego Jiménez de los Cameros.
Su marido fue un conde destacado en la política y los acontecimientos militares de mediados del siglo xii y, por ende, colaborador de los Lara, regentes de Castilla durante la minoridad de Alfonso VIII, quien ya tenía varios hijos de un enlace anterior.
Junto a él interviene en varias actuaciones documentales de la década de los sesenta, como la otorgada a favor del monasterio de Santa María de La Vid o la fundación del monasterio de Cañas. Viuda en 1170, comenzó a dejarnos mayor constancia documental, como cuando interviene en beneficio de los cenobios de Meira, en Galicia, y San Prudencio de Monte Laturce, en la Rioja, a principios de los años ochenta.
Sin embargo, sus atenciones se volcaron en Santa María de Cañas, donde parece que residió durante largas temporadas, hasta que entrado el siglo xiii se trasladó junto a su hija Urraca al recién fundado monasterio burebano de Santa María de Vileña, en el que falleció. Estas y otras actuaciones documentales evidencian su parentesco con los Traba y la posesión de cierto patrimonio en tierras gallegas, herencia y genealogía que se suman a la pervivencia de ciertos contactos e influencia en la corte leonesa. Además, fruto de sus esponsales y de las atenciones de su marido y del Rey fueron las propiedades repartidas por Vizcaya, la Rioja y Castilla la Vieja, algunas de las cuales acabaron integrando el patrimonio de diversos centros religiosos.
De su matrimonio con Lope Díaz de Haro I nacieron Diego López de Haro II, que heredó los dominios vizcaínos y la jefatura de su parentela, Rodrigo, García, Urraca, Mencía, Estefanía, Aldonza, Elvira y Toda López. De ellos, aparte del mencionado sucesor, destacó Urraca López de Haro, reina de León por su matrimonio con Fernando II, con honda influencia en aquella corte durante los años ochenta. Mencía López fue la esposa del conde Álvaro Pérez de Lara y primera abadesa de San Andrés de Arroyo, y Estefanía debió desposar con el conde Gonzalo Rodríguez de Bureba, mientras que del resto apenas se tienen algunos datos biográficos.
Bibl.: L. de Salazar y Castro, Historia genealógica de la Casa de Haro, Madrid, Real Academia Española, 1920-1959; J. González González, El Reino de Castilla en la época de Alfonso VIII, Madrid, Centro Superior de Investigaciones Científicas, 1960; E. de Labayru Goicoechea, Historia general del señorío de Vizcaya, Bilbao, La Propaganda, 1897; M. Recuero Astray, Alfonso VII Emperador, León, Centro de Estudios San Isidoro, 1979; J. de Salazar Acha, “Una familia de la Alta Edad Media: Los Velas y su realidad histórica”, en Estudios Genealógicos y Heráldicos, 1 (1985), págs. 19-64; J. Canal Sánchez-Pagín, “La casa de Haro en León y Castilla durante el siglo xii. Nuevas conclusiones”, en Anuario de Estudios Medievales, XXV/1 (1995), págs. 3-37.
Antonio Sánchez de Mora
