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Pedro López de Luna

Biografía

López de Luna, Pedro. ?, p. m. s. xii – 1179. Primer castellán de Amposta o maestre provincial de la Orden Militar de San Juan de Jerusalén, Rodas y Malta con jurisdicción efectiva sobre Aragón y Cataluña.

Pedro López de Luna aparece testimoniado en las fuentes entre los años 1147 y 1179. Procedía de una de las ramas de la familia Luna, la cual llegó a ser uno de los linajes nobiliarios más importantes del Aragón medieval. Su padre fue Lope Iñigones de Luna, noble aragonés a quien se encuentra documentado entre los años 1136 y 1158. Fue precisamente con este personaje cuando el señorío de la villa de Luna dejó de ser una “honor” o tenencia temporal concedida por los reyes de Aragón y pasó a convertirse en una dominación hereditaria en el seno de esta familia. En efecto, tras la muerte de su padre, Pedro López se convirtió en señor de Luna.

Pedro López de Luna fue una persona de cierta relevancia política en Aragón entre los años 1158 y 1162. Participó en varios de los acuerdos y acontecimientos importantes del gobierno del conde de Barcelona y príncipe de Aragón, Ramón Berenguer IV. Por ejemplo, estuvo presente en la concordia establecida entre el conde y el rey Sancho III de Castilla acerca de la posesión de Zaragoza y otras localidades aragonesas. Además, figuró como testigo en la infeudación del castillo de Juslibol al obispo de Zaragoza en 1160. Finalmente, también aparece en el testamento otorgado por el conde de Barcelona poco antes de su muerte.

Curiosamente, Pedro López de Luna deja de aparecer en la documentación entre los años 1162 y 1172. Durante dicho período incluso la tenencia del señorío de Luna pasó a su hermano Lope Ferrench. Según Antonio Ubieto, el motivo fue que Pedro López de Luna se encontró entre los partidarios de un falso Alfonso I el Batallador que surgió en Aragón por aquellos años. Consecuentemente, caería en desgracia a los ojos del sucesor de Ramón Berenguer IV y Monarca legítimo, Alfonso II. Sin embargo, la profesora María Luisa Ledesma Rubio descarta esta posibilidad. En su opinión, la causa más probable de la desaparición de Pedro López de la documentación durante estos años fue que marchara como cruzado a Oriente.

Tras la muerte de su hermano Lope Ferrench, Pedro López de Luna volvió a hacerse cargo del señorío de Luna. Entre los años 1172 y 1177 reaparece como tenente de la villa en varios documentos reales. Sin embargo, por entonces, se sabe que atravesaba por una díficil situación económica. Fue en ese momento cuando tuvo su primer contacto con la Orden Militar de San Juan, también conocida como Orden del Hospital. Pedro López contrajo varias deudas y tuvo que pedir un préstamo. Se lo solicitó a la Orden de San Juan, que por aquella época también era una destacada institución financiera. En mayo de 1175 la Orden le concedió la respetable suma de 2.300 maravedís. Pedro López puso como garantía de la devolución del préstamo sus honores de Alazar y Rebol, en las cercanías de Zaragoza.

La situación económica de Pedro López de Luna no mejoró. Al final, la solución que encontró para sus problemas fue hacerse miembro de la propia Orden de San Juan. En 1177 entró en dicha Orden Militar internacional. Para que la Orden recuperase el dinero que Pedro López adeudaba (cantidad que por entonces ascendía a 4.000 maravedís), el noble hizo entrega del castillo de Albocavo y de la heredad de Padules. Una vez que la Orden de San Juan hubiera obtenido la suma debida con estos bienes, tendría que devolverlos a los hijos de Pedro López de Luna.

La entrada de Pedro López de Luna en la Orden de San Juan supuso un hito importante en la trayectoria de la Orden en Aragón. Era la primera vez que un noble de primera fila se hacía miembro de la Orden en dicho reino. No es de extrañar que rápidamente Pedro López ascendiera en la jerarquía sanjuanista. De hecho, antes de terminar el año en el que había ingresado en la Orden, 1177, aparece ya documentado como maestre provincial de la Orden de San Juan en Aragón y Cataluña.

Dicho cargo también era nuevo en el organigrama sanjuanista. En concreto, Pedro López fue la primera persona que lo desempeñó. Desde mediados del siglo xii y hasta ese momento, la Orden de San Juan había estructurado sus posesiones en el Oriente de la Península Ibérica en dos grandes provincias: Por una parte, las propiedades sanjuanistas en Cataluña dependían de un prior provincial conocido con el nombre especial de “castellán de Amposta”. Por otro lado, las casas hospitalarias en el valle del Ebro eran administradas por un prior de Aragón y Navarra. Con Pedro López de Luna se produjo un cambio importante en la organización administrativa de la Orden, adaptándola a la división política vigente en la época. Todas las posesiones sanjuanistas existentes en la Corona de Aragón pasaron a depender del castellán de Amposta, que se convirtió así en el maestre provincial de la Orden en Aragón y Cataluña. Pedro López de Luna fue el primer castellán de Amposta que tuvo aquel ámbito territorial de jurisdicción.

El mandato de Pedro López de Luna como castellán de Amposta o maestre provincial del Hospital en Aragón y Cataluña fue muy breve. Apenas abarcó dos años, desde 1177 hasta 1179. En cambio, fue bastante intenso en acontecimientos. En diciembre de 1177 el propio rey Alfonso II de Aragón donó a Pedro López de Luna, en su calidad de maestre de la Orden de San Juan en Aragón y Cataluña, el castillo y la villa de Grisén, con la condición de que fundara allí un convento femenino de la Orden. Seguidamente, en febrero de 1178, eran los mismos habitantes cristianos de Grisén quienes se entregaron con sus casas y heredades a la Orden del Hospital para que ésta les defendiera de reyes y de príncipes. En consecuencia, se comprometieron a pagar a la Orden un censo anual según la tierra que poseían. En su condición de castellán de Amposta, de nuevo fue Pedro López de Luna quien recibió la donación.

Además, Pedro López también realizó una labor colonizadora apreciable en dos villas de señorío sanjuanista. En marzo de 1178 el castellán de Amposta otorgó una carta de población a La Almunia de Doña Godina. Casi simultáneamente, en esos mismos mes y año, concedió otra carta puebla a la villa de Alpartir.

Las dos últimas referencias documentales acerca de Pedro López de Luna se sitúan en 1179. Ese año una mujer llamada doña Toda hizo donación de su heredad de Grisén a sus hijos y éstos, a su vez, la entregaron a la Orden de San Juan. Pedro López de Luna estuvo presente en la operación. Finalmente, en enero de 1179 el castellán de Amposta cambió con Sancho Palacín una viña en Pedrola por un casal en Grisén. A partir de entonces las fuentes de la época dejan de citar a Pedro López de Luna. En 1180 aparece ya otro personaje diferente, Bernardo d’Altes, ejerciendo el cargo de castellán de Amposta. Por su parte, el señorío de Luna en ese mismo año era detentado por Lop Ferrench de Luna, hijo de Pedro López de Luna. En consecuencia, todo parece indicar que Pedro López de Luna debió de fallecer en el transcurso del año 1179.

 

Bibl.: A. Canellas, Colección diplomática de La Almunia de Doña Godina 1176-1395, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 1962; M. L. Ledesma Rubio, “Pedro López de Luna, maestre de la Orden del Hospital en Aragón y Cataluña”, en Estudios de Edad Media de la Corona de Aragón, VIII (1967), págs. 417-427; La encomienda de Zaragoza de la Orden de San Juan de Jerusalén, Zaragoza, Caesaraugustana Theses, 1967, págs. 43-47; “Colección diplomática de Grisén (siglos xii y xiii)”, en Estudios de Edad Media de la Corona de Aragón, X (1975), págs. 691-820; Templarios y Hospitalarios en el Reino de Aragón, Zaragoza, Guara Editorial, 1982, págs. 92-94; F. de Moxó y Montoliu, La Casa de Luna (1276-1348).

Factor político y lazos de sangre en la ascensión de un linaje aragonés, Münster, Aschendorffsche Verlagsbuchhandlung, 1990, pág. 291.

 

Carlos Barquero Goñi

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