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Antonio María Pinel Ceballos

Biografía

Pinel Ceballos, Antonio María. Marqués de Ceballos- Carvajal (III), en el Reino de las Dos Sicilias, conde del Asalto (III). Madrid, 13.VI.1780 ‒ 18.I.1848. Gobernador civil.

En Antonio María Pinel Ceballos se concitaron los títulos de conde del Asalto, procedente de la línea paterna, en concreto del que fuera su padrino, Francisco González Bassecourt, y de marqués de Ceballos- Carvajal, proveniente de la materna. Nobleza titulada, por un lado, a la que se restringió el círculo de las relaciones sociales y en la que se enmarcaron sus matrimonios en 1805 y 1823 con las hijas de los marqueses de Echandía. Y, por otro lado, Corte, a la que, siguiendo los pasos paternos y los de su primera mujer (era camarista de la Reina), se dedicó tras estudiar Filosofía y Derecho en las Universidades de Valladolid y Toledo, donde en 1803 alcanzó el grado de doctor en Leyes. Así, al poco, en 1805, era mayordomo de semana supernumerario al servicio del entonces príncipe Fernando. Al concluir la Guerra de la Independencia, durante la que por patriota y fernandino estuvo intermitentemente prisionero de los franceses en Bayona, Madrid y Peñíscola, también fue nombrado por la Regencia segundo introductor de embajadores. A continuación, con la restauración del modelo de Monarquía tradicional, que marcó el comienzo ya efectivo del reinado de ese Monarca, no sólo fue confirmado en ambos destinos, sino que además en 1815 recibió la Cruz del Sufrimiento de la Patria y fue nombrado caballero supernumerario de la Orden de Carlos III, así como en 1820 quedó como capitán agregado de milicias del Regimiento Provincial de Plasencia. Durante el Trienio Liberal entonces inaugurado se mantuvo en los anteriores cargos, pero su abstención ante el régimen constitucional ocasionó que, con el retorno implacable al absolutismo, tuviera que abandonarlos. Trasladado entonces a Parma, donde poseía algunos bienes, cuando regresó en 1827 su situación no se alteró hasta que, lograda la purificación tres años después, fue declarado cesante.

Tuvo que esperar al aperturismo que acompañó a la Regencia de María Cristina para ir recuperando antiguas posiciones. En 1834 le tocó al puesto de mayordomo de semana y el retiro del cuerpo de milicias provinciales, pero como teniente coronel. Y, nada más restablecerse provisionalmente la Constitución gaditana, la suerte llegó al cargo de introductor de embajadores, en el que fue repuesto en agosto de 1836.

Al final del Gobierno de José María Calatrava, entre junio y agosto del siguiente año, lo sustituyó interinamente por la jefatura política de Madrid, prestándose bajo su mando el juramento a la nueva Carta magna y tomándose las primeras medidas defensivas para hacer frente a la expedición real carlista. Recuperado el anterior destino y recompensados en junio de 1838 los servicios prestados con la Gran Cruz de la Orden americana de Isabel la Católica, se abrió una etapa final de licencias y cesantías que, iniciado ya el reinado efectivo de Isabel II, concluyó en 1845 con la jubilación.

Por último, además de ostentar la presidencia de la junta establecida el año anterior para proponer medidas para el embellecimiento de la plaza de Oriente de Madrid, Antonio María Pinel fue, también aquí, vicepresidente de la Academia de Ciencias Exactas de San Isidoro y vocal-contador de la junta gubernativa del Ateneo Científico-Literario, y, en Valencia, socio numerario de su Real Sociedad de Amigos del País.

 

Fuentes: Archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores, Exps. personales, 185/09954; Archivo del Palacio Real, Personal, 831/1.

 

Javier Pérez Núñez

 

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