Sáinz de Baranda y Gorriti, Pedro. Madrid, 1775 – Villaviciosa de Odón (Madrid), 1855. Alcalde constitucional de Madrid en 1812 y 1820.
El suceso que dio relieve a su trayectoria política quedó grabado en la memoria madrileña como ejemplo de patriotismo y virtudes cívicas: tras la huida de las autoridades civiles y militares ante la inminente llegada de las tropas francesas, y habiendo quedado “solo en un Ayuntamiento y ciudad sin gobierno”, escribe J. Mor de Fuentes (1836), tomó las riendas del poder para evitar el caos. Con ánimo resuelto, el hasta entonces “poco conocido” regidor decano P. Sáinz de Baranda garantizó el mantenimiento del orden en la Villa y Corte, la conservación de los edificios públicos y la “transmisión pacífica de la capital a las tropas y a las autoridades francesas”, según narra Mesonero Romanos en sus Memorias. Estas actuaciones fueron motivo de elogio por parte de los citados escritores –al igual que otros cronistas del Madrid decimonónico-, que adjudicaron a Sáinz de Baranda el mote de “monarca accidental” o “régulo”, en virtud del mando universal asumido en un Madrid a punto de resultar desbordado por los acontecimientos.
El legendario alcalde de 1812 provenía de una familia hidalga, originaria de Quintanaedo (Burgos). Su padre, Pedro Sainz de Baranda y Gándara, había emigrado a Madrid a mediados del siglo XVIII, dedicándose al comercio de especiería, ramo este en el que pronto habría de prosperar, entrando a formar parte de los Cinco Gremios Mayores de la capital; años después consolidó su posición en la elite comercial madrileña al convertir su negocio en casa de giros. En 1764 contrajo nupcias con su prima Petronila Gorriti, perteneciente a una familia de comerciantes de paños y también de origen burgalés, consagrando así un modelo de familia basado, fundamentalmente, en las relaciones de parentesco y vecindad (Cruz, 1990); costumbre renovada una vez más en la boda de Pedro, el menor de los hijos del matrimonio Sainz de Baranda-Gorriti, con su prima hermana Josefa San Juan y Santa Cruz en 1796. De esta unión nacieron cinco hijos, entre ellos Pedro (el primogénito), doctor en Derecho Civil y Canónico y miembro de la Real Academia de la Historia desde 1826. Otro de los hijos de Sáinz de Baranda, Isidro, lo acompañó en su exilio en París, donde inició sus estudios mineros, especialización que continuó al retornar a España y que lo llevaría, años después, a ocupar el puesto de Inspector de Minas en Filipinas.
Pedro Sainz de Baranda y Gorriti alcanzó protagonismo en la vida pública madrileña tras su decidida participación en la defensa de Madrid en 1808 y la asunción del mando ante el vacío de poder creado con la disolución del Ayuntamiento Constitucional en octubre de 1812, tras la ocupación francesa. No acabó ahí su actividad política, ya que desde 1816 ostentó el cargo de diputado de la sala de gobierno, en representación de los caballeros hijosdalgo de Madrid. Durante el Trienio Constitucional volvió a estar al frente de la Alcaldía, al haber sido electo primer alcalde por “aclamación popular” -marzo de 1820- en un acto dirigido por el poeta hispanomexicano Manuel Eduardo de Gorostiza desde los balcones de la Casa Consistorial (Ortuño, 1987). El nuevo Ayuntamiento hizo jurar al rey la Constitución, estableciendo de inmediato “rondas de vecinos honrados” para vigilar el orden público, una medida que, como observa Pérez Garzón (1978), fue la típica reacción de la burguesía local encumbrada en el poder por efecto de las “conmociones revolucionarias” del siglo XIX, en prevención de agitaciones populares. Documentos de la época resaltan algunas de las medidas de carácter socio-educativas adoptadas por Sáinz de Baranda en su segunda gestión municipal, tal como el donativo de 54.746 reales y 8 maravedíes (producto de la suscripción de todas las guarniciones de Madrid) al establecimiento de la Inclusa, “asilo de la orfandad menesterosa”, donde también funcionaba una escuela (Memoria expositiva…, 1821). A consecuencia de la intervención de los Cien Mil Hijos de San Luis y del retorno de Fernando VII (1823) Sáinz de Baranda se exilió en Francia, pasando previamente por Nantes y Burdeos antes de fijar residencia en París. En la célebre ciudad de los viñedos frecuentó a personalidades destacadas del exilio español, como Fernández de Moratín o Francisco de Goya, apelando este último a su intermediación para enviar su primera estampa de toros a Joaquín María Ferrer y Cafranga, un político liberal y rico comerciante refugiado en la capital gala. A esta se trasladó Sáinz de Baranda en noviembre de 1825, acometiendo diversas empresas, como la importación de tabaco de Cuba, al tiempo que estrechaba lazos con el círculo de emigrados, entre los que se hallaba Vicente González Arnao, jurisconsulto, miembro de la Real Academia de la Historia y consejero de Estado en los tiempos de José I. Núñez de Arenas (1950) cuenta que por su casa parisina desfilaban personajes variopintos, destacando la condesa de Chinchón, el marqués Viudo de Pontejos, el conde de Toreno y otros aristócratas, así como militares, gente de negocios o “simples emigrados”. González Arnao participó también en el Colegio Español -fundado hacia 1818 en París por iniciativa de un sacerdote español-, del que Sáinz de Baranda fue su director; algunos detalles de la trayectoria de esta institución pueden conocerse a través de la correspondencia epistolar mantenida con el ilustre ingeniero de minas Lorenzo Gómez Pardo, compañero de estudios de su hijo Isidro en Alemania (Legado Gómez Pardo). Estos testimonios epistolares ilustran otros aspectos curiosos de la vida de los exiliados españoles en París y son harto elocuentes, por lo demás, en lo que se refiere al firme ejercicio de la autoridad patriarcal en el seno de la familia Sainz de Baranda. De regreso a España, Pedro Sáinz de Baranda y Gorriti se reincorporó a la vida política, siendo nombrado regidor perpetuo de la Villa. De 1839 a 1840 integró la Comisión de Instrucción Pública Primaria de la provincia de Madrid, renunciando a estas funciones por desacuerdo con los resultados de las pruebas de oposición para la selección de maestros, previa denuncia de las mismas (Cruz, 1990). Producido el pronunciamiento de Espartero, pasó a formar parte de la Junta Provisional de Madrid. Tras el abandono de la actividad pública se retiró a su casa de campo de Villaviciosa de Odón, lugar en el que ocurrió su fallecimiento.
Obras de ~: Carta fresca... a un vecino de esta Corte [23 de agosto de 1813], Madrid, Imprenta que fue de Fuentenebro, [1813]; con V. González Arnao, Colegio español en París o Casa de Educación y Estudios, exclusivamente destinada para jóvenes y niños cuya lengua nativa sea la castellana [bajo la inmediata dirección de D. Pedro Sáinz de Baranda de Madrid], París, Imprenta de Gaultier-Laguionie, 1828.
Fuentes y bibl.: Memoria expositiva de la situación de la Inclusa y Colegio de las Niñas de la Paz en fin de diciembre de mil ochocientos veinte, presentada a la Real Junta de Señoras por su presidente, la Excelentísima Señora Marquesa Viuda de Villafranca, Madrid, Imprenta del Censor, 1821; Biblioteca Histórica de la Escuela de Ingenieros de Minas de Madrid, Legado Gómez Pardo: correspondencia entre ~ y Lorenzo Gómez Pardo (1828-1833); J. Mor de Fuentes, Bosquejillo de la vida y escritos, Barcelona, Imprenta de don Antonio Bergnes, 1836; R. de Mesonero Romanos, Memorias de un setentón, natural y vecino de Madrid, Madrid, Aribau y Cía., 1881; P. Sáinz de Baranda y Aldama, Recopilación de datos relacionados con los méritos de D. Pedro Sainz de Baranda y Gorriti, alcalde de Madrid en 1812 y 1820, Guadalajara, Est. Tipográfico Antero Concha, 1911; M. Núñez de Arenas, “Manojo de noticias. La suerte de Goya en Francia”, en Bulletin Hispanique, t. 52, n.° 3 (1950), págs. 229-273; M. Ortuño, “Manuel Eduardo de Gorostiza, hispano-mexicano, romántico y liberal”, en Aula de Cultura. Ciclo de conferencias: Americanos en Madrid, Madrid, Ayuntamiento, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto de Estudios Madrileños, 1988; S. Pérez Garzon, Milicia nacional y revolución burguesa: el prototipo madrileño, 1808-1874, Madrid, CSIC, 1978; J. Cruz, “Revolucionarios con clase. Vida, cultura y fortuna de la familia Sainz de Baranda, 1750-1850”, en Espacio, Tiempo y Forma (serie V, Historia Contemporánea), t. 3 (1990), págs. 25-50; Los notables de Madrid: las bases sociales de la revolución liberal española, Madrid, Alianza Editorial, 2000; B. Vitar, La pasión científica de un liberal romántico. Lorenzo Gómez Pardo y Ensenyat (1801-1847), Madrid, Iberoamericana-Vervuert / Fundación Gómez Pardo, 2007.
Beatriz Vitar Mukdsi