Roda Antonelli, Cristóbal de. Gatteo (Italia), 1560 – Cartagena de Indias (Colombia), 25.IV.1633. Ingeniero militar e ingeniero hidráulico.
Cristóbal de Roda, miembro de la familia de los Antonelli (hijo de una hermana de Juan Bautista y de Bautista), originarios de Gatteo, fue llamado a España por su tío Juan Bautista hacia 1578, cuando aún no había cumplido los veinte años. Debía integrarse en el grupo familiar que ya se encontraba trabajando en las fortificaciones de la costa levantina y en el norte de África como ingenieros al servicio de Felipe II. Cristóbal se incorporó de inmediato al equipo en calidad de ayudante y aprendiz. Desde 1580 trabajó con sus tíos, Juan Bautista y Bautista, en la navegación del río Tajo y con este último permaneció hasta la muerte del mayor de los Antonelli (Juan Bautista), acaecida en el año de 1588. Roda también trabajó junto a su tío Juan Bautista en obras de acondicionamiento del terreno y caminos para facilitar el movimiento de las tropas y el transporte de pertrechos hacia la frontera portuguesa (incorporación de Portugal a la Corona Hispánica). Sería Cristóbal de Roda quien inaugurara la ruta fluvial, después de dirigir las obras al morir su tío Juan, al mando de las siete barcazas que en quince días cubrieron el trayecto entre Toledo y Lisboa. En esa época, realizaba su intervención, junto a Juan Bautista, en la construcción de la monumental presa de Tibi, en Alicante.
En 1591, su otro tío, Bautista, que se encontraba en La Habana, solicitó su presencia por necesitar de un ayudante que le auxiliara en los varios trabajos que realizaba en Cuba. De igual forma, para que lo sustituyera durante sus viajes de inspección y asesoramiento a Portobelo, Chagre, Panamá, Veracruz, Santiago y Cartagena de Indias. Cristóbal de Roda llegaba a Cuba en el mismo año de 1591, permaneciendo en La Habana hasta que Tiburcio Spannocchi, en agosto de 1607, lo recomendaba para dirigir las murallas y otras fortificaciones de Cartagena de Indias. Con anterioridad, Cristóbal participaba con su tío Bautista en las obras los castillos del Morro y de La Punta hasta el 8 de octubre de 1594, día en el que este último se marchaba definitivamente de La Habana. A partir de ese momento, Cristóbal de Roda quedaba al frente de las obras cubanas hasta 1608. Durante esos años, nunca abandonó los trabajos defensivos de la entrada de la bahía de La Habana, interviniendo, además, en obras urbanas, como la Real Aduana, construida a partir de 1578, según planos de Bautista Antonelli, modificados por Cristóbal, o en la dirección de obra de la catedral y en el asesoramiento para el Morro de Santiago de Cuba.
En 1603, en cuanto a la “Cerca” (muralla) o cerramiento defensivo de la citada plaza (La Habana), el Consejo de Indias ordenaba al gobernador Valdés que pidiera la opinión de Roda. Este, en su informe, consideraba que la ciudad, con tres fortalezas, no necesitaba ser murada, al menos por la zona marítima. También en 1603 llevaba a cabo el levantamiento de la planta del Castillo de San Salvador de la Punta de La Habana. Más tarde estuvo en la Capitanía General de Venezuela, donde, en 1606, proyectaba con Bautista Antonelli el Castillo de Santiago del Arroyo, en la península de Araya (de planta irregular), aunque no sería hasta 1623 cuando de nuevo se enviara a Roda para su construcción.
Roda había llegado a Cartagena de Indias para realizar un Plan General de Fortificación del Caribe. Al dejar Cuba, Roda (nombrado ingeniero y arquitecto militar e hidráulico) visitaba Chagre, Portobelo y Panamá, y el 28 de octubre de 1608 llegaba a la plaza de Cartagena con la orden de reconstruir las murallas, según nueva traza que Tiburcio Spannocchi hizo sobre la anterior de Bautista Antonelli. Llegaba acompañado por su primo Juan Bautista Antonelli, hijo de Bautista, que en esas fechas contaba con 24 años. Permaneció en Cartagena como base de operaciones hasta su muerte en 1633, aunque fueron numerosos los viajes a otras zonas de América para realizar informes o nuevas fortificaciones, pero siempre regresando a la citada plaza.
De acuerdo con el citado plan de fortificaciones correspondiente a Cartagena de Indias, Roda levantaba en 1608 un proyecto para la construcción del baluarte de San Felipe en Bocagrande, realizando años más tarde (en 1617) un nuevo proyecto. En 1614, estando como gobernador de la plaza de Cartagena de Indias Diego de Acuña, Roda iniciaba la construcción de los baluartes de Santa Ana y de San Lucas, cerrando el acceso a la peligrosa avenida formada por la Boquilla y la Cruz Grande en su punto más estrecho. De esta forma daba comienzo la materialización del gran proyecto que había realizado en esa plaza su tío Antonelli para todo el Caribe. Siguiendo con la citada materialización, en 1617 realizaba la construcción de la plataforma de Santángel, de planta pentagonal y en la que construía bóvedas para almacenes, aljibe y una plaza alta para cañones a barbeta. Más tarde erigía el castillo de Santa Cruz (1626) y en la Punta del Judío (siempre en Cartagena) el fuerte del Manzanillo.
Anteriormente, en 1609, en un nuevo viaje, se encontraba en la gobernación de Panamá, donde levantaba un plano de la ciudad vieja, y más tarde, Felipe IV ordenaba que el fortezuelo o castillo de Santiago de la Gloria, en Portobelo, se reparase según el parecer de Roda. Más tarde, entre 1616 y 1619, se le enviaba para que efectuase la reparación y consolidación del castillo de San Lorenzo de Chagre, construido en 1595 y en estado de ruina. Roda informaba al rey a través del Consejo de Indias que era necesario construir una nueva fortaleza, para la que realizaba la correspondiente traza, de planta estrellada, y que no se llevó a cabo.
En 1625 era destinado a Cartagena de Indias el ingeniero Francisco de Murga, gobernador de la ciudad, el cual remitía a la corona un nuevo proyecto para la terminación de las cortinas de la plaza, que en esa fecha no estaba totalmente cercada. A partir de ese momento, las discrepancias entre ambos ingenieros fueron constantes. Roda seguía anclado en los principios de la Escuela de Fortificación Italiana, que había aprendido con su tío, mientras que Murga era defensor del planteamiento de la “profundidad en la defensa”, actitud acorde con los adelantos de la artillería. Poco a poco, Roda sería relegado y condenado al olvido, hasta su muerte en 1633.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, Exp. personal.
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Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño