Candalija y Uribe, Antonio. Jaén, 4.XI.1819 – Andújar (Jaén), 27.VII.1903. Abogado, periodista y político, alcalde y gobernador civil.
Hijo de Mateo Candalija Martínez, natural de Llerena (Badajoz), y de Dolores Uribe Samper, de Huércal- Overa (Almería), y segundo de cinco hermanos: Mateo, Felipe, Micaela y Joaquina. Recibió el bautismo en la parroquia de El Sagrario.
Estudió Derecho en la Universidad de Granada.
Comenzó joven a escribir en periódicos, formando parte de la redacción de El Crepúsculo, revista literaria giennense, que vio la luz en el breve espacio de tiempo de agosto a noviembre de 1842. No aparece su firma en ningún artículo o poesía, quizá por ser novel y por pudor dejó de hacerlo en los frecuentes artículos que aparecen como anónimos.
En 1851 contrajo matrimonio en Andújar con Pastora Pérez de Vargas y Castrillo, natural de Écija (Sevilla), hija del marqués de La Merced. Le nacieron dos hijos: Pilar (Marmolejo, Jaén, 1855), y Manuel (Zaragoza).
Fue jefe civil del distrito de Belchite en 1848 y al siguiente año de Caspe, ambas localidades zaragozanas.
En la segunda de éstas fue también corregidor.
Intervino en la lucha contra el alzamiento carlista del Bajo Aragón.
Marchó a Andújar en 1850 para ser alcalde corregidor presidente, y volvió al año a Zaragoza con los mismos cargos, cesando al alcalde constitucional Luis Franco López. Ante los escasos medios económicos del ayuntamiento, Candalija y Uribe poco pudo hacer, salvo esbozar algunos proyectos, como la apertura y prolongación de la calle del Trenque, que aprobó el Gobierno en 1861, lo mismo que el ensanche de la calle Jaime I.
Suprimidos los Corregimientos en 1853 —excepto los de Madrid y Barcelona—, Candalija pasó a la Dirección General de Penales. En 1860 trabajó en Madrid en la redacción del diario moderado La Época.
El 20 de agosto de 1866 retornó a la alcaldía de Zaragoza, cargo que desempeñó hasta el 30 de septiembre de 1868, donde desarrolló una política de mejoras municipales, luchando contra las vicisitudes de una época dominada por la suspensión de garantías constitucionales.
Logró abrir la calle Alfonso I mediante la prolongación y ensanche de la antigua, estrecha y corta calle del Trenque, hasta el Pilar.
Tras dejar la referida alcaldía, Antonio Candalija —que era claramente isabelino— se encontró en una situación difícil, doblemente perseguido por la revolución y por las gentes perjudicadas con la apertura de la calle Alfonso I, por lo que tuvo que huir a Andújar.
Durante la Restauración, en el año 1876, Candalija Uribe fue nombrado gobernador civil de Valencia.
Este mismo año Zaragoza le otorgó el título de hijo adoptivo de la ciudad, y en 1914 se rotuló una calle con su nombre que desemboca en la de Alfonso I, la de la Montera.
Fuentes y bibl.: Archivo Parroquial de Marmolejo, inscripción de P. Candalija y Pérez de Vargas, Libro de Bautismos, n.º 15, fol. 181r.
M. Caballero Venzalá, Diccionario Bio-Bibliográfico del Santo Reino de Jaén, t. II, Maracena (Granada), Instituto de Estudios Giennenses-Diputación Provincial de Jaén, 1986, pág. 73; VV. AA., Gran Enciclopedia Aragonesa Online, Zaragoza, Prensa Diaria Aragonesa, 2000; L. P. Pérez García, Andújar y el largo siglo xix, Andújar, Consejería de Educación y Ciencia de la Junta de Andalucía-Instituto de Educación Secundaria Nuestra Señora de la Cabeza, 2000.
Enrique Gómez Martínez