Arceo, Francisco. Fregenal de la Sierra (Badajoz), 1493 – 1560. Cirujano.
Escasos son los datos que se conocen de su vida; el lugar de su nacimiento lo confirma su proclamación de “frexenalensis” que incluye en su obra escrita. Se educó en Alcalá de Henares, donde traba relación, que iba a influir decisivamente en el destino de su obra, con el humanista Benito Arias Montano. La capacitación profesional la adquirió ejerciendo en el importante centro hospitalario del monasterio de Guadalupe, en el que sobresalió por su pericia quirúrgica avalada con suficientes conocimientos anatómicos.
Los estudios en Alcalá, donde obtuvo los grados de doctor médico y cirujano, le facilitaron el conocimiento del idioma académico, no habitual en los cirujanos, y en su formación intelectual debió influir la amistad de Arias Montano, a quien se debe la divulgación en Europa de su obra quirúrgica.
Es autor de un único libro, De recta cvrandorum vvlnerum ratione, publicado en Amberes en 1574. El privilegio de su edición lo firma Felipe II el 5 de junio de 1573; de la misma fecha es el elogioso prefacio escrito por Arias Montano en el que relata su participación en la edición de la obra. Sigue al prefacio un texto de Álvaro Nonio y la explicación previa que del contenido de la obra hace Arceo con referencia a la procedencia de los saberes que expone: “Del largo y arduo uso de curar decide redactar remedios para la curación de las úlceras, heridas y fístulas penetrantes”. Su atenimiento a una experiencia clínica personal justifica la originalidad de la obra. El no editarse en versión castellana debió de limitar su conocimiento por los cirujanos españoles de su tiempo, desconocedores del idioma académico.
El uso del latín en su redacción y su impresión por prestigiosos editores deparó a la obra de Arceo una difusión en Europa, única en la literatura española del siglo. El libro se reedita en su original latino en Amberes (1558) y sus traducciones al inglés (1588), al alemán (1600, 1674, 1717) y al holandés (1667) testifican una difusión europea excepcional para un autor español sin relación cultural con Europa y que mantiene su vigencia en etapas históricas en las que los avances en la cirugía habían privado de actualidad a la práctica totalidad de la literatura quirúrgica renacentista.
La obra de Arceo se compone de dos partes bien diferenciadas. La primera la parcela su autor en dos libros, que tratan, respectivamente, de lesiones craneales y de su cura de padecimientos generales reservados a la actividad curadora del cirujano. Un capítulo independiente explica las alteraciones congénitas del pie en los niños, cuya indudable originalidad la completa con el ofrecimiento para su corrección de una bota ortopédica de su invención y de la que ofrece una imagen gráfica en la obra. Parte importante del texto es la inclusión en la obra de historiales clínicos de su experiencia, a los que avala el rigor expositivo y atestiguan su pericia clínica y la ausencia del todavía habitual recurso a la autoridad grecoárabe, lo que es testimonio de una modernidad que sólo se encuentra en los más representativos profesionales renacentistas.
Uno de estos relatos clínicos se refiere al tratamiento de un familiar del caballero Luis Zapata; otro, que no precisa, debió de ser el que permitió a Arias Montano elogiar la habilidad del cirujano “frexenalensis”. En el texto de Arceo es evidente la influencia del cirujano italiano Giovanni da Vigo, de cuya obra había edición castellana desde 1548.
Capítulo históricamente valioso en la obra de Arceo lo compone su aportación, que incorpora experiencia clínica personal, al tratamiento de las heridas craneales con descripción del trépano y la adecuada técnica para su uso; el recurso a la cicatrización por primera intención de las heridas es modalidad terapéutica totalmente nueva en su siglo y que en España tuvo valedor muy calificado en el cirujano sevillano Hidalgo de Agüero con obra editada en 1584.
La aportación española al tratamiento de la patología craneal se amplía con la obra de Andrés Alcázar, expuesta en un texto también redactado en latín y publicado en 1575. En la obra de Francisco Arceo es, asimismo, original su descripción de la rinoplastia, operación por él realizada en Fregenal, actualizando una tradicional práctica quirúrgica en la India y que a la literatura quirúrgica europea del siglo la incorpora el cirujano italiano Gaspare Tagliacozzi (1597).
Con Francisco Arceo, la cirugía española renacentista alcanza un nivel científico y profesional equiparable al logrado en su tiempo en Europa; la edición latina del texto y su traducción a idiomas hablados le deparó un campo de influencia no alcanzado por ningún otro cirujano español del siglo, a pesar de ser obra de profesional con ejercicio en una región peninsular totalmente alejada de un posible influjo de los avances de la cirugía europea. Su mejor estudioso, el profesor Riera, define a Francisco Arceo, intelectualmente, como “un hombre del Renacimiento que intenta aportar novedades a los conocimientos quirúrgicos de la época y mejorarlos. En su obra reiteradamente se queja del bajo nivel científico de los cirujanos, a quienes califica de inexpertos [...]. Su idea de la cirugía y los cirujanos era elevado, igualándolos a los doctores en Medicina”, aspiración que sólo se lograría en fecha aún lejana cuando concluye el siglo XVI.
Obras de ~: De Recta Cvrandorvm vvulnervm ratione, et Aliis eius artis praeceptis libri II. Francisco Arcaeo Fraxinalensi. Doctore Medici & Chirurgo, auctore [...], Antverpiae, MDLXXIIII [1574].
Bibl.: K. Olmedilla y Puig, Francisco Arceo, ilustre médico español del siglo XVI, Madrid, 1913; J. Riera, “La obra de Francisco Arceo”, en Cuadernos de Historia de la Medicina Española, 3 (1964), págs. 89-98.
Luis Sánchez Grangel
