Beltrán Bustos, Luis. ?, 7.IX.1784 – Buenos Aires (Argentina), 8.XII.1827. Sacerdote.
Nació en las proximidades de la ciudad de Mendoza, aunque en su testamento afirma haber nacido en San Juan. Fueron sus padres el francés Luis Bertrand y Manuela Bustos. Estudió en el convento de San Francisco y desde los dieciséis años se inclinó por los hábitos religiosos. Se trasladó a Chile, donde se desempeñó como vicario del coro en el convento de Santiago. Hacia el año 1811 comenzó con la maestranza del ejército chileno junto a Francisco Ramón Vicuña y en 1812, siendo capellán del ejército de Carrera, participó en el combate de Hierbas Buenas, derrota de los patriotas. Se mostró hábil al momento de reparar el material dañado en combate y ello le valió el grado de teniente de artillería. Junto al ejército chileno, asistió al sitio de Chillán y al desastre de Rancagua en 1814. De vuelta en su país, fue incorporado como capellán del ejército de Los Andes que el general San Martín alistaba en el campamento del Plumerillo para cruzar la Cordillera rumbo a Chile.
En 1815 fue designado teniente 2.º del 3.º Batallón de Artillería. Se hizo cargo del montaje del Parque y Maestranza del Ejército y el campamento del Plumerillo contó con una enorme fragua donde trabajaban setecientos hombres preparando todo el material necesario para la magna empresa. Con la supervisión, el trabajo y la dirección de Luis Beltrán se fabricaron cañones, balas, granadas, herraduras para los animales, cureñas, cartuchos de guerra, mochilas y calzado para la infantería, monturas y aparejos, piedras de chispa, fusiles, etc. En el año 1816, San Martín lo promovió a teniente 1.º con grado de capitán, antes del cruce de la Cordillera. La investidura religiosa de Beltrán provocó que este nombramiento fuese cuestionado en Buenos Aires por el coronel José Gazcón, inspector general del ejército de las Provincias Unidas. Sin embargo, la autorizada opinión del canónigo Diego Estanislao Zavaleta facilitó el ascenso de Beltrán que acompañó al ejército de Los Andes y condujo el Parque, la Maestranza y los obreros. Estuvo presente en la batalla de Chacabuco (12 de febrero de 1817), por lo cual recibió una medalla de plata. En Santiago de Chile, el general O’Higgins consiguió que se le entregara a Beltrán la Casa de Ejercicios de Loreto que fue transformada en fábrica de materiales de guerra, donde se alistaba todo el material necesario para la liberación del Perú. El revés de Cancha Rayada obligó al fraile a trabajar con denuedo para reparar y reemplazar el material que posteriormente fue utilizado en el victorioso encuentro de Maipú (5 de abril de 1818). Fue condecorado por el gobierno chileno y declarado por el gobierno de Buenos Aires “heroico defensor de la Nación”. En abril de 1820 pidió el pase a retiro y se estableció en Mendoza por orden de San Martín, donde durante ocho meses reorganizó la maestranza. Acompañó al Libertador como director de la maestranza del ejército de Perú y estuvo trabajando con ahínco llegando incluso a colaborar con Simón Bolívar en las acciones que afianzaron la libertad de Perú y terminaron la guerra de la independencia.
Una injusta amonestación de Bolívar lo afectó al punto de intentar quitarse la vida. Aunque fue auxiliado quedó muy afectado y enfermo. De regreso en Buenos Aires en 1825 colaboró con las fuerzas del general Martín Rodríguez que se alineaba sobre el río Uruguay, proveyó de armas a la escuadra del almirante Brown y participó en la batalla de Ituzaingó, en febrero de 1827. El agravamiento de su salud lo obligó a volver a Buenos Aires, donde retomó la vida religiosa y falleció a los 40 años. Algunas biografías registran su nombre como Beltrand, fray Luis.
Bibl.: L. Córdoba, Fray Luis Beltrán, el fraile soldado, Mendoza, 1935; J. R. Yaben, Biografías argentinas y americanas, t. 1, Buenos Aires, Metrópolis, 1938, pág. 531; A. Larrán de Vere, Titanes del trabajo. Forjadores de la Argentina, Buenos Aires, Atlántida, 1958, pág. 7; V. O. Cutolo, Nuevo diccionario biográfico argentino, t. 1, Buenos Aires, Editorial Elche, 1978, págs. 226-227; P. Pasquali, San Martín. La fuerza de la misión y la soledad de la gloria. Biografía, Buenos Aires, Planeta, 1999.
Andrea María Bau