Castellón y Salas, Jerónimo. Ponzano (Huesca), s. m. s. xviii – Tarazona (Zaragoza), 20.IV.1835. Obispo e inquisidor general.
Cursó estudios en la Universidad de Huesca, de la que fue rector durante muchos años. En los años de la Guerra de la Independencia trabajó por la causa nacional y fue diputado a Cortes en 1813.
Promovido al obispado de Tarazona el 10 de julio de 1815, tomó posesión en octubre de aquel año, llegando a ser uno de los más notables e insignes prelados de España.
El 4 de diciembre de 1808, Napoleón abolía el tribunal de la Inquisición en Chamartín; no obstante, en la época siguió funcionando siempre y cuando las circunstancias lo permitían.
El viernes 22 de enero de 1813, las Cortes de Cádiz abolían el Santo Oficio de la Inquisición por ser “incompatible con la Constitución”. Terminada la guerra contra el francés, este Tribunal fue restablecido por Fernando VII por Real Decreto de 21 de julio de 1814. Tres días antes, Castellón y Salas recibía una real cédula para tomar posesión del cargo de inquisidor general, sucediendo en él al que fuera obispo de Almería, Francisco Javier Mier y Campillo (cabe observar que tanto Mier como Castellón, y esto era bastante significativo, estaban al frente de obispados menores).
Jerónimo Castellón usó siempre este título, si bien ya no se llegó a implantar en la práctica el Santo Oficio, por lo que ni siquiera presentó su dimisión en su momento. La Inquisición sería definitivamente suprimida por un decreto de 15 de julio de 1834.
Durante los sucesos políticos de los años 1820- 1823, hubo de emigrar a Francia y establecerse en Bayona, desde donde escribió una pastoral, regresando a España en 1823. Llevó a cabo notables reformas disciplinarias y académicas en el seminario (1824), que incorporó a la Universidad de Huesca.
Construyó, a sus expensas, el convento de las Salesas de Calatayud, y en 1829 se fundó el convento de los Agustinos Recoletos de Monteagudo que antes, en 1825, se había instalado en Alfaro.
El mismo día de su muerte dictó un escrito, notable por su contenido, enérgico pero correcto, que llamó la atención de cuantos lo leyeron.
Una inscripción, al pie de su retrato, en el Salón de Obispos del Palacio Episcopal de Tarazona (antiguo Palacio de los reyes de Aragón), dice: “Hercensem in Aragonia Dioecesi/pro Episcopo per annos XIV primum rexit/ Oscensis Academiae Preapositus/Quam studiis florentem accepit/florentissiman reliquia/ dum […]”.
Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional (Madrid), Inquisición.
H. Kamen, La Inquisición Española, Barcelona, Editorial Crítica, S.A., 1993; J. M. Walker, Historia de la Inquisición Española, Madrid, Edimat, S.A., 2001; M. Tello Ortiz, “Episcopologio de Tarazona”, en D. J. Buesa Conde (dir.), Aragoniae Ecclesiae Episcopologium. Revista de Investigación, Zaragoza, Comisión Regional del Patrimonio Cultural de la Iglesia en Aragón, 2003, págs. 183-184.
Fernando Gómez del Val