Alvarado, José de. Perú, s. m. s. xvii – p. m. s. xviii. Activo en Lima y Huamanga (Perú) entre fines del siglo xvii y comienzos del xviii. Ensamblador.
Probablemente formado en un taller limeño, aún es poco lo que se conoce sobre su trabajo durante esa primera etapa. Hacia 1702 se trasladó hacia Huamanga, donde desarrolló la mayor parte de su carrera.
No obstante, su formación dentro de la escuela de ensambladura limeña, dominada por el estilo de Diego de Aguirre, Alvarado fue adaptando su trabajo a las tradiciones locales de Huamanga. Su primer trabajo en esa ciudad fue un retablo lateral en la iglesia de Santa Teresa, dedicado a Santa Liberata, por encargo del obispo Diego Ladrón de Guevara. A fines de 1703, Alvarado recibía el encargo de levantar el altar mayor del templo de la Compañía. Durante los meses siguientes caería en prisión por deudas —había dejado un retablo inconcluso en Lima—, y a su vez los jesuitas lo hicieron encarcelar después, por haber incumplido su contrato con ellos. Tras superar esta cadena de incidentes, Alvarado sólo pudo dar por concluido el retablo jesuítico a mediados de 1705. Su gran estructura sigue el esquema limeño de dos cuerpos y tres calles, con amplia coronación y columnas salomónicas, al tiempo que anuncia la exuberancia decorativa de los retablos laterales de la catedral huamanguina.
Precisamente para este templo, Alvarado ensambló a partir de 1708 el altar de la Santísima Trinidad y en 1711 se trasladó hasta el santuario de la Virgen de Cocharcas, donde se hizo cargo de la capilla mayor. Además, se ofrecía adicionalmente a trabajar “un retablito de dos baras y media de largo y dos baras de ancho con dos nichos, para poner en el de un medio de Nuestra Señora de Cocharcas y en el otro a mi padre y mi Señor San Joseph y a de llevar el adorno que le corresponde con las molduras, labor y entallado que el retablo principal”. A través de este tipo de obras se descubre el origen de la modalidad portátil de los “cajones de San Marcos”, tan populares en la región.
Obras de ~: Retablo de Santa Liberata, iglesia de Santa Teresa, Huamanga (Ayacucho), 1702; Retablo mayor, iglesia de la Compañía de Jesús, Huamanga (Ayacucho), 1708; Retablo de la Santísima Trinidad, catedral, Huamanga (Ayacucho), 1708.
Bibl.: R. Vargas Ugarte, Ensayo de un diccionario de artífices coloniales en la América Meridional, Burgos, Imprenta de Aldecoa, 1968; R. H. Mancilla Mantilla, “El retablo mayor de la Compañía de Jesús en Ayacucho y el taller de ensambladores en la primera década del siglo xviii”, en Boletín del Instituto Riva-Agüero, n.º 16, Lima, 1989, págs. 197-207; R. H. Mancilla Mantilla, “El altar de Santa Liberata del monasterio de Santa Teresa de Jesús de Ayacucho”, en Boletín del Instituto Riva-Agüero, n.º 17, Lima, 1990, págs. 431-437; A. San Cristóbal, Esplendor del barroco en Ayacucho, Lima, Ediciones Peisa, 1998.
Luis Eduardo Wuffarden