Navarro y Ramírez de Arellano, Enrique. Madrid, 25.VIII.1877 – Marruecos, 27.VII.1909. Militar y caballero Laureado de San Fernando.
Fueron sus padres Carlos Navarro Rodrigo, periodista y ministro de Fomento en la Primera República y en la Regencia de María Cristina, y Adela Ramírez de Arellano. Ingresó en la Academia de Infantería en agosto de 1894, siendo promovido a segundo teniente en febrero de 1896 y destinado al Regimiento de Saboya.
A los siete meses de conseguir este destino embarcó en Santander para dirigirse a Cuba encuadrado voluntariamente en las compañías de expedicionarias de su regimiento, recibiendo muy pronto su bautismo de fuego. A lo largo de los dos años que estuvo en la isla participó en diecisiete combates y ganó dos Cruces al Mérito Militar, regresando enfermo a la Península.
Tras ocupar destino en el 1er Batallón de Montaña, en los Regimiento de Gravelinas, Ceuta, Canarias y Orotava, en la Caja de Reclutas de Durango y en el Batallón de Reserva de Getafe, en 1908 se incorporó al Batallón de Cazadores de Los Arapiles, con el que el 23 de julio de 1909 embarcó hacia Melilla.
Los días siguientes el general Marina organizó dos columnas con objeto de proteger un convoy destinado a la reconstrucción de las vías destruidas por los moros, pasando el Batallón de Los Arapiles a formar parte de la 2ª Agrupación de la 2ª Columna, cuyos jefes respectivos eran el coronel Páez Jaramillo y el general Pintos, con la misión de estar dispuestos para atacar al enemigo en caso de necesidad siguiendo la dirección del Barranco del Lobo, para caer sobre la Loma de Ait Aixa.
Iniciado el avance, enseguida se vio la columna sometida a un intenso fuego que produjo la muerte del general Pintos. Mientras el capitán Navarro quedó con su Batallón en reserva en Los Lavaderos, los Batallones de Las Navas y Llerena se dispusieron a tomar el Barranco del Lobo, cayendo en una emboscada que obligó a la reserva a intervenir en su apoyo.
El capitán Navarro se puso al frente de sus tropas, a pesar de encontrarse enfermo, avanzando a costa de su indomable energía y del elevado espíritu que tenía del cumplimiento del deber, no cesando de dar pruebas de valor y serenidad, después de ser herido gravemente en la reñida lucha sostenida con el enemigo, hasta perder la vida.
Como recompensa a su heroica intervención recibió el ascenso a comandante por méritos de guerra y la Cruz de San Fernando de 2ª clase, Laureada, por real orden de 22 de enero de 1914. Por el mismo hecho fueron recompensados con igual Cruz el teniente coronel don Tomás Palacio Rodríguez, los comandantes don Ricardo Fresneda Calsamiglia y don Eduardo López Nuño y Moreno, los capitanes don Ángel Melgar Mata y don Rafael Moreno de Guerra y Alonso, el primer teniente don Joaquín Tourné y Pérez Seoane y el segundo teniente don Braulio de la Portilla y Sancho.
El capitán Navarro fue el único de los oficiales muerto en ese día cuyos restos no fueron completamente identificados, aunque estos pasaron al Panteón de Héroes de Melilla y en 1932 trasladados al Osario de Héroes.
Estuvo casado con doña María de la Concepción Farinós y de Rosa.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar de Segovia (AGMS), sección 1ª, legajo N-66, exp.14.
J. M.ª Gárate Córdoba (dir.), España en sus héroes: historia bélica del siglo XX, Madrid, Ornigraf, 1969; J. L. Isabel Sánchez, Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando. Infantería, t. I, Madrid, Ministerio de Defensa, 2001.
José Luis Isabel
