Lorenzo Benítez, Benito. Fuensalida (Toledo), 1917 – Madrid, 23.II.1937. Soldado del Ejército y caballero laureado de San Fernando.
Hijo de un ganadero, se dedicó desde su niñez al pastoreo. A raíz de la entrada de las tropas nacionales en Fuensalida (Toledo), se incorporó al 1.er Tabor de Regulares de Tetuán, en concepto de falangista.
En el mes de diciembre de 1936, estando descansando el Tabor en Torrijos, se licenció a los falangistas, presentándose en vista de esto al capitán de su compañía diciéndole que él era patriota y que no podía entrar en su pueblo con dignidad si se le licenciaba, pidiendo ser alistado como voluntario en el Tabor por el tiempo de duración de la campaña.
Una vez concedida su solicitud, fue destinado a la Compañía de Ametralladoras, en la que el 23 de septiembre de 1937, ante los continuos ataques que el “Ejército Popular” dirigía a la posición del Pingarrón se reforzó la guarnición de dicha posición, y la máquina en la que figuraba como sirviente fue agregada a la 2.ª Compañía.
A poco de entrar en posición, a consecuencia de la explosión de un proyectil de artillería quedó muerto el cabo de la máquina y heridos varios de sus sirvientes, incluso él mismo, que se negó a ser curado y evacuado, produciendo asimismo la explosión desperfectos en el mecanismo de alimentación de la ametralladora, por lo que fue agregado junto con otros sirvientes de esta máquina a otra de su Compañía.
A poco de estar en su nuevo destino, se dirigió con valor al sitio donde se encontraba su propia máquina. No obstante estar batido con toda clase de fuego, la retiró completa, trasladándola a lugar seguro, donde quedó emplazada, marchando nuevamente y a pesar del intenso fuego que se le hacía, recogió el fusil, dotación y dos granadas de mano del cuerpo de un soldado caído, gesto que causó la admiración de sus jefes y compañeros.
Trasladó todo al parapeto, de donde salió poco después, y se lanzó hacia el enemigo, arrojando granadas de mano, ocasionando la muerte de algunos de éstos y la huida de un grupo próximo, encontrando la muerte.
Por Orden de 18 de marzo de 1939 se le concedió la Cruz laureada de San Fernando, cuya pensión pasó a su madre, ya viuda, quien a la muerte del héroe se había tenido que hacer cargo del mantenimiento de las cuatro hijas que habían sobrevivido a los doce hijos habidos en el matrimonio.
El 20 de octubre de 1968 tuvo lugar en Fuensalida el acto de imposición de la laureada a la madre del soldado Lorenzo Benítez. En la Plaza Mayor se celebró una misa, tras la cual intervinieron el alcalde de la población, que agradeció el homenaje; el presidente de la Hermandad de Alféreces Provisionales de Toledo, que recordó la gesta del héroe; el general Tomás García Rebull, delegado nacional de Antiguos Combatientes y jefe de la División Acorazada, quien manifestó la honda emoción que sentía y, por último, el laureado general Gómez Zamalloa, que destacó la humilde procedencia del héroe y su honda raigambre.
Terminó el acto con la entrega a la madre del héroe de una placa donada por dicha Hermandad, y con la imposición de la Cruz laureada por parte del general Zamalloa, tras lo cual autoridades y público asistieron al descubrimiento de dos artísticas lápidas en cerámica, una dando su nombre a una calle y otra perpetuando su recuerdo en la fachada de la casa donde nació y vivió, obras ambas del renombrado artista toledano José Aguado Villalba.
En 1996 tomó su nombre la Compañía de Instrucción de la Academia de Infantería y el 30 de abril de 1999 tuvo lugar en su Plaza de Armas un solemne acto durante el cual los familiares del soldado Lorenzo Benítez hicieron entrega al centro de la Cruz laureada, una placa conmemorativa de la imposición de la misma en 1968 y un retrato del héroe toledano, que quedaron depositados en el Museo de dicho centro de enseñanza.
Bibl.: J. L. Isabel Sánchez, Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando. Infantería, t. I, Madrid, Ministerio de Defensa, 2001.
José Luis Isabel Sánchez