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Francisco Gutiérrez de Escobar

Biografía

Gutiérrez de Escobar, Francisco. Chucuito (Bolivia), 1750 – La Plata (Bolivia), 5.VI.1805. Abogado, funcionario, catedrático, escritor.

Hijo de un homónimo vecino de La Paz que perdió la vida en una sublevación indígena acaecida en 1781.

Desde niño frecuentó las aulas paceñas de la Compañía en las que estudió Latinidad y recibió nociones de Filosofía. A partir de 1768, internado en el Seminario de San Cristóbal de la Plata, rindió cinco exámenes de Teología. Más tarde se dedicó al estudio de la Jurisprudencia hasta graduarse de bachiller en Cánones y Leyes, luego doctor y abogado en octubre de 1779, habiendo asistido durante dos años a la recién creada Academia Carolina de Práctica Forense. En breve es nombrado vicepresidente de dicha Academia durante cuatro años, actividad que combina con el ejercicio de la abogacía. En 1788 es designado relator sustituto de la Real Audiencia, entre 1791 y 1794 ocupa la presidencia de la Academia de Practicantes y en 1795 se opone a la Cátedra de Instituta de la Real Universidad de San Francisco Xavier. No sorprende que poco después de ser recibido de abogado fuera nombrado vicepresidente de la Academia Carolina, ya que casi a los treinta años llegaba a los estrados con una importante experiencia jurídica.

Durante la primera parte de la década de 1770 había asistido como secretario de su mecenas el doctor Isidro José de Herrera, abogado de Real Audiencia de la Plata y catedrático de Vísperas de Cánones de la Universidad de San Francisco Xavier entre 1751 y 1761, teólogo Real, designado por el presidente de la Audiencia de la Plata, para el Concilio Provincial.

Gutiérrez de Escobar habría recibido de su maestro lecciones de derecho canónico y de regalismo.

Entre sus escritos figuran: Instrucción forense (1782- 1791), una obra destinada a los pasantes en práctica que el autor compuso, en su primera parte, como resultado de su labor docente de rutina, y comenzó la segunda durante su vicepresidencia de la Academia, y finalizó la obra por incentivo de los alumnos del Cuerpo y de varios amigos durante 1791, año de su designación como presidente de la Institución.

Como Charcas careció de imprenta durante el virreinato, se multiplicaron las copias manuscritas de la obra que también alcanzó diversos puntos cardinales a través de los graduados extranjeros; y entre 1818 y 1842 se publicó en cuatro países sudamericanos respectivamente: Lima en 1818, Chuquisaca (Bolivia) en 1830, Santiago de Chile en 1832 y Quito en 1842. En segundo lugar, también se conoce la obra Dedicatorias de la “Instrucción forense”, un escrito sucinto de cortesía, que elogia al presidente de la Real Audiencia de Charcas Ignacio Flores, fechado en Plata el 25 de junio de 1783, luego reemplazada por otra más breve de 1793 o 1794 a la Real Audiencia platense alabando la acción del tribunal, particularmente su determinación de establecer la Academia de Práctica Forense y las pertinentes determinaciones para su crecimiento.

La tercera obra es el “Prólogo” a la Instrucción forense de 1793 o 1794, en donde el autor informa acerca de diversos aspectos de su Instrucción: época de elaboración, método empleado y objetivos, utilidad, recepción y difusión de la obra. Este “Prólogo” fue reproducido en la edición de Chuquisaca de 1830; permite ubicar a la Instrucción en su contexto.

José Toribio Medina dio noticia de la existencia en la biblioteca de Andrés Lamas de la obra de Gutiérrez de Escobar titulada Alegato de méritos hecho en la oposición a la cátedra de Instituta de la Real Universidad de San Francisco Xavier de la Plata en la tarde del día diez de marzo del presente año de 1795 por el Dr. Francisco Gutiérrez de Escobar, abogado y relator de esta Real Audiencia, Buenos Aires, Real Imprenta de los Niños Expósitos 1795. Se trata de la exposición oral hecha por el autor ante el rector y el Claustro universitario platense después de haber leído una oposición de 24 horas contestando las réplicas de sus coopositores.

En esta disertación comenta aspectos de su vida privada, de sus estudios, de su desempeño como abogado, relator de la Audiencia y como vicepresidente y presidente de la Academia de Practicantes Juristas.

Por último expresa sus deseos de que se haga justicia en la inmediata votación de candidatos para cubrir la cátedra de Instituta.

Otra de las posibles obras de Gutiérrez de Escobar es la Disertación leída en la Academia Carolina en obsequio del presidente de la Audiencia Ignacio Flores (Plata, ¿1782?). Consiste éste en un texto anónimo plausible de ser atribuido a Gutiérrez de Escobar puesto que para esa época él era vicepresidente de la Academia.

En los temas abordados en la Disertación se refleja una relación con el contexto intelectual y afectivo de Gutiérrez de Escobar, ya que se califica de insolente la rebelión de Tupac Amaru y Tupac Catari y traidores a sus autores; actitud que acertadamente podía provenir de quien nos ocupa por tratarse alguien que perdió su padre y su mecenas y maestro a manos de los indios insurrectos. Igualmente, se deja entrever su autoría, en los alegatos que se hacen a favor de los reyes y sus derechos legítimos en todas las Indias al gobierno secular, tanto como eclesiástico y espiritual.

Se tienen noticias de la biblioteca de Gutiérrez de Escobar por un inventario-tasación iniciado el 22 de noviembre de 1805, por el abogado platense Buenaventura Salinas. Entre sus libros se registran los relativos al ámbito profesional del autor, de Derecho Romano, Derecho Canónico, Derecho Real castellano e indiano, obras de Práctica Forense, diccionarios y repertorios jurídicos. En segundo lugar obras que podían ser de utilidad y complemento del ejercicio profesional: filosóficas, teológicas, literatura política y obras históricas. En tercer lugar textos recreativos de letras clásicas, letras modernas, tratados y ensayos sobre el mundo físico y moral, relatos de viajes, gacetas.

En lo relativo a las obras de filosofía Gutiérrez de Escobar sostiene que “sin la Lógica, no podrá el abogado sacar concertadamente de las Leyes legítimas consecuencias para la diversidad de los casos ni conocer el vicio de las deducidas con falacias”; sin la Física, ignorará la naturaleza de las cosas que le rodean y no se acostumbrará a la conexión que tienen los efectos con sus causas; sin la Metafísica, no se hará su entendimiento a la especulación de las especies abstraídas de las cosas para poder por este medio indagar mas bien la verdad de los objetos”; y, por lo que toca a la Teología, afirma que “sería irracional en un abogado, hombre de un relevante estado, no saber de Religión más que el catecismo de los niños”.

La existencia de un número moderado de autores oriundos de Indias se advierte en los tres ámbitos. En síntesis la biblioteca de Gutiérrez de Escobar responde a lo esperable por parte de un criollo culto de la época y no parece contar con obras prohibidas.

Es considerado precursor de Manuel Antonio de Castro.

 

Obras de ~: Disertación leída en la Academia Carolina en obsequio del presidente de la Audiencia Ignacio Flores, ¿1782?; Instrucción forense (1782-1791); Dedicatorias de la “Instrucción forense, 1783, 1793 o 1794; “Prólogo”, en Instrucción forense, 1793 o 1794; Alegato de méritos hecho en la oposición a la cátedra de Instituta de la Real Universidad de San Francisco Xavier de la Plata en la tarde del día diez de marzo del presente año de 1795 por el Dr. Francisco Gutiérrez de Escobar, abogado y relator de esta Real Audiencia, 1795.

 

Bibl.: D. Rípodas Ardanaz, “En la Chuquisaca universitaria.

Escritos Académicos de Gutiérrez de Escobar (1782-1795)”, en Refacción de ideas en Hispanoamérica colonial, Buenos Aires, Ediciones Culturales Argentinas. Secretaría de la Presidencia de la Nación, 1983, págs. 65-78.

 

Andrea Lydia Arismendi