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Domingo de Idiáquez y Goicoechea

Biografía

Idiáquez y Goicoechea, Domingo de. Astigarraga (Guipúzcoa), c. 1559 – Pamplona (Navarra), 14.IV.1619-16.XI.1619. Militar, gobernador de Melilla.

Fue hijo natural de Francisco de Idiáquez, vecino de Azcoitia (Guipúzcoa), y de Catalina de Goicoechea, natural de Astigarraga, villa y lugar pertenecientes al valle y alcaldía mayor de Arería —junto a las de Aiztondo y Sayaz, una de las tres en que estaba dividida la provincia—, que es donde declaró haber nacido al redactar su testamento. Comenzó a servir muy joven; según su propio cómputo al testar, que supera en cuatro años al calculado por Isasti, lo habría hecho en 1574, con escasamente quince años de edad. La primera noticia documental de su carrera data del 6 de febrero de 1580, siendo alférez de una de las cuatro compañías destacadas del Tercio del Estado de Milán que se hallaban en Gibraltar, junto a otras tres del Tercio de Sicilia, para tomar parte en la campaña de anexión de Portugal. En el verano de 1582 pasó a Flandes como alférez reformado en el Tercio de Pedro de Paz, que había estado acuartelado en Sicilia desde la evacuación de las tropas españolas de aquellos estados en 1580. El 1 de octubre de 1583 recibió una compañía en dicho Tercio, que mandó durante el sitio de Dendermonde o Terramunda (del 4 al 16 de agosto de 1584), donde su compañía permaneció de guarnición durante los siguientes tres años; primero a las órdenes del capitán Juan del Águila (17-27 de agosto) y, cuando éste sucedió como maestre de campo a Pedro de Paz —muerto de un cañonazo durante el asedio de la plaza (13 de agosto de 1584)—, bajo las del también capitán del Tercio Juan de Rivas (Castro del Rio, c. 1551-Cambrai, 1616).

A finales de junio de 1587 todo el Tercio de Juan del Águila (Avila, 1545-La Coruña, 1602) se congregó en Dendermonde para tomar parte en el asedio de Sluis (La Esclusa), al que también fue llamado la compañía de Idiáquez, sustituida en la guarnición por otra del Tercio de Mondragón. El entonces soldado Alonso Vázquez (Toledo, 1556-Andújar, 1615), perteneciente al mismo Tercio, narró diariamente las peripecias de aquel complicado asedio, en el que las trincheras se inundaban de agua, cavando apenas a la altura de las rodillas; aunque, una vez privada la plaza de su comunicación marítima y plantadas las baterías (14 de julio), las dificultades comenzaron a allanarse.

Domingo de Idiáquez se erigió en protagonista directo de su rápida conquista al tomar una esclusa entre las dos puertas de la villa que daban al muro batido por la artillería española, donde consiguió fortificarse y rechazar todos los intentos del enemigo para desalojarle (28 de julio). Una vez reforzado, se tendió un puente entre los diques y pudo apuntarse directamente una pieza contra una de las puertas (2 de agosto), por lo que la guarnición se avino a capitular el día 5. Juan de Rivas, su jefe inmediato en Dendermonde, fue llamado a gobernar la plaza recién tomada y, tras reparar y mejorar sus fortificaciones, el Tercio de Juan del Águila partió hacia Yprès, donde entró el 28 de septiembre. Antes de que finalizara el año, Idiáquez fue recompensado con la tenencia del castillo de Amberes, que gobernó en numerosas ocasiones, dadas las reiteradas ausencias de su castellano, Cristóbal de Mondragón (Medina del Campo, 1514-Amberes, 1596), una de las cabezas rectoras del ejército de campaña de los Países Bajos.

En marzo-abril de 1593 reclutó en Luxemburgo un regimiento de infantería alemana, que pasó su primera muestra en Turnhout a primeros de mayo. Carlos von Mansfeld (Luxemburgo, 1543-Komoron, Hungría, 1595) había invadido Francia con el grueso del ejército y, en mayo, Mauricio de Nassau puso sitio a Geertruidenberg, a orillas del Meer y en el estuario del Mosa. Hubieron de levantarse precipitadamente tropas bisoñas, para enfrentar la amenaza y, aunque el propio Mansfeld vino a mandarlas, no se logró salvar la plaza. El Ejército partió de Turnhout el 27 de mayo y llegó el 30 frente al campo sitiador, pero no pudo forzar ningún paso para introducir socorros, pese a intentarlo por varios lugares, y la guarnición tuvo que capitular el 25 de junio. Muchas de las unidades precipitadamente levadas fueron disueltas, como lo sería también el regimiento de Idiáquez, aunque sirvió en Frisia hasta finales de otoño; es decir, que apenas llegó a superar el medio año de vida. El 17 de diciembre del año siguiente, debido a la promoción de Miguel de Esquivel, tomó posesión del gobierno de la plaza y del castillo de Dendermonde, que fungiría durante los siguientes cinco años.

El 26 de octubre de 1599, el archiduque Alberto le concedió licencia para ir a la Corte “a recibir merced”, suplicando en carta autógrafa al duque de Lerma que “se sirva de hacerle la que merece por sus luengos servicios y buenas partes” (Colección de documentos inéditos para la historia de España, XLII). Fue propuesto para el gobierno de Alejandría de la Paglia, en Italia, vacante por la muerte de Antonio de Olivera (25 de mayo de 1600), que finalmente se proveyó en Rodrigo de Orozco (22 de diciembre), pero no precisó aguardar mucho tiempo para recibir un nuevo y sorprendente destino: por patente real, expedida en Valladolid el 21 de julio de 1601, se le nombraba superintendente “de la fábrica de navíos y arqueamientos de la provincia de Guipúzcoa y de la conservación de los plantíos de los montes de ella” (Museo Naval, col. Vargas Ponce, leg. 3), con un sueldo de 800 reales mensuales; un cargo desempeñado hasta entonces por marinos. Para confiarle tal empleo, Felipe III hubo de cesar a su predecesor, el general Urquiola, a quien se achacaron los defectos apreciados en un galeón botado en Pasajes. Idiáquez carecía de capacitación técnica, pero en su elección había pesado más la necesidad de privar a las juntas provinciales de cualquier intervención en la política de talas y plantaciones, que era preciso subordinar estrechamente a las apremiantes necesidades de la construcción naval. La pugna fue ardua. Tras las quejas formuladas por el valle de Oyarzun, Idiáquez escribió al Rey, desde Lezo (3 de mayo de 1609), que “Guipúzcoa reclama esta Superintendencia” (Goodman, 1997). De hecho, el capitán Juan de Amézqueta, en un memorial del mismo año, la justificaba “por los privilegios otorgados a la Provincia desde los Reyes Católicos” (Fernández Duro, V: 376); sin embargo, en 1611, el triunfo de Idiáquez era incuestionable.

Así lo reconoce Gómez-Rivero (1986), quien afirma que “la resistencia guipuzcoana a la Superintendencia real se evaporó después de 1611 y los bosques no fueron ya materia de responsabilidad provincial” (1986: 622-623); y así lo advirtió en su momento Felipe III, recompensando a su artífice con la Capitanía General de Melilla, que desempeñó desde 1611 hasta 1617.

Se trata del período más opaco de su carrera, apenas rememorado en un memorial de su hijo segundo, Martín, héroe de Nördlingen, que allí recibió el mando de una compañía de caballos que le confirió su padre. En el verano de 1617, coincidiendo con el nombramiento como maestre de campo general de Lombardía y castellano de Milán de Alonso Idiáquez de Butrón y Múgica (Anoeta, 14 de febrero de 1565-Milán, 7 de octubre de 1618), I duque de Ciudad, hasta entonces virrey de Navarra, fue designado castellano de Pamplona, empleo que aparejaba el gobierno “de la gente de guerra del reino” o, en otras palabras, la maestría de campo general de Navarra. Aunque Felipe Ramírez de Arellano, VII conde de Aguilar de Inestrillas, fue designado el 15 de febrero de 1618 para suceder en el virreinato, el duque hubo de partir de Pamplona el 27 de junio de dicho año, sin que su sucesor se hubiera incorporado, ejerciendo Idiáquez las funciones de virrey interino desde dicha fecha hasta su muerte, sobrevenida en Pamplona después del 14 de abril de 1619, fecha en que otorgó su testamento, y con anterioridad al 19 de diciembre del mismo año, fecha en que su hijo Martín, anteriormente citado, redactaba un memorial sobre los servicios paternos para solicitar una pensión en Milán —que le fue concedida el 4 de abril de 1620—, donde refiere que su padre murió ejerciendo el cargo de virrey “por ausencia del Duque de Ciudad Real” (Archivo General de Simancas, Secretarías Provinciales, 1801).

Había casado en Amberes (1590) con María Camarena y San Juan, natural de dicha villa, hija del turolense Juan López de Camarena y de la santanderina María de San Juan, en la que procreó cuatro hijos, dos varones y dos mujeres. Los varones fueron Alonso de Idiáquez y Camarena, que fue, como su padre, superintendente de la fábrica de navíos y plantaciones de Guipúzcoa, y Martín de Idiáquez, famoso maestre de campo de infantería española. Las mujeres se llamaron Úrsula y Ana. Al redactar su testamento (14 de abril de 1619) instituyó un mayorazgo sobre sus bienes en Azcoitia, entre los que se hallaba una casa que todavía se mantiene en pie: la llamada casa torre Idiakaitz, enfrente de la parroquia y del palacio Etxe Beltz, propiedad de la rama legítima de los Idiáquez de Azcoitia, a menudo citados como Pérez de Idiáquez. Algún que otro genealogista, como es el caso de Luis Vilar y Pacual (1860), hace a Domingo hermano entero de Pedro Idiáquez, señor de la casa de Idiáquez de Azcoitia, Yarza, Alcega y Arriola, dando lugar a que Domingo aparezca a veces citado bibliográficamente con los apellidos de Pérez de Idiáquez, que no es sabido que utilizara nunca —como tampoco sus descendientes—, siendo habitualmente mencionado como Domingo de Idiáquez en la documentación coetánea.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, Secretarías Provinciales, Milán, “Consulta a Felipe III sobre la provisión del gobierno de Alessandria della Paglia, vacante por la muerte de Antonio de Olivera”, 26 de mayo de 1600; resuelta el 22 de noviembre de 1600, leg. 1798 n.º 396; “Consulta a Felipe III sobre el memorial del capitán Martín de Idiáquez, solicitando una pensión en el estado de Milán en atención a sus servicios y a los de su padre”, 4 de abril de 1620, leg. 1801 n.º 49; Guerra Antigua, leg. 726 “Domingo de Idiázquez a Felipe III sobre diligencias hechas en la visita a algunos navíos. Azcoitia, 24 de noviembre de 1609; Archivo Histórico Nacional, Estado, leg. 1306, “Relación de servicio del teniente de maestre de campo general Martín de Idiáquez, caballero de Santiago”, 15 de febrero de 1631; Órdenes Militares, Santiago, exp. 4059, “Pruebas para la concesión del título de Caballero de la Orden de Santiago de Cristóbal de Idiáquez y de Gainza (nieto de Domingo de Idiáquez), natural de Azcoitia, capitán de caballos”, 1652; Museo Naval, Colección Vargas Ponce, lib. V, fol. 18, “Nota biográfica sobre Domingo de Idiáquez”; lib. VII, fol. 16, “Tasación de dos galeones de la fábrica de Domingo de Idiáquez”; leg. 3A, fol. 171v., “Nombramiento como superintedente de Guipúzcoa, Valladolid, 21 de julio de 1601”.

L. Vilar y Pascual, Diccionario Histórico, genealógico y heráldico, t. III, Madrid, F. Sánchez, 1860, pág. 387; A. Vázquez, “Los sucesos de Flandes y Francia del tiempo de Alejandro Farnese”, en Colección de documentos inéditos para la Historia de España, ts. LXXIII y LXXIV, Madrid, Ginesta, 1880, págs. 249, 258, 279, 296-298 y 312 y pág. 392 (ms. de 1614), respect.; C. Echegaray, “Documentos curiosos: Domingo de Idiáquez”, en Euskalerriaren Alde, vol. IX (San Sebastián) (1919), págs. 267 y ss., 292 y ss. y 430 y ss.; F. Pérez Mínguez, Don Juan de Idiáquez, San Sebastián, Diputación de Guipúzcoa, 1934, págs. 22 y 328; C. Coloma, Las guerras de los Estados Bajos, desde el año de 1588 hasta el de 1599, Madrid, Atlas, 1948 (Biblioteca de Autores Españoles, t. XXVIII), págs. 61 y 77; L. de Isasti, “Compendio historial de la M. N. y M. L. Provincia de Guipúzcoa, por el Doctor don Lope de Isasti en el año 1625”, en P. Gorosábel, Cosas Memorables o Historia General de Guipúzcoa, t. V, Bilbao, La Gran Enciclopedia Vasca, 1972, págs. 551-552; P. San Pío y C. Zamorano, Catálogo de la Colección de Docuementos de Vargas Ponce que posee el Museo Naval, vol. II, Madrid, Instituto Histórico de la Marina, 1979, pág. 37; R. Gómez Rivero, “La superintendencia de construcción naval y fomento forestal en Guipúzcoa (1598-1611)”, en Anuario de Historia del Derecho Español, n.º 56 (1986), págs. 591-636; H. O’Donnell y Duque de Estrada, La fuerza de desembarco de la Gran Armada contra Inglaterra (1588), Madrid, Editorial Naval, 1989, pág. 76; C. Fernández Duro, Disquisiciones náuticas, vol. V, Madrid, Instituto de Historia y Cultura Naval, 1996, págs. 49, 300 y 376; D. Goodman, Spanish naval power, 1589-1665. Reconstruction and defeat, New York, Cambridge University Press, 1997, págs. 71-72, 95-97 y 115-116; B. Estornés Lasa, Enciclopedia General Ilustrada del País Vasco, San Sebastián, Editorial Auñamendi (http://www.euskomedia.org/aunamendi/ 27234).

 

Juan Luis Sánchez Martín