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Antonio López Clavijo

Biografía

López Clavijo, Antonio. Ramirito. Jerez de la Frontera (Cádiz), 31.I.1879 – Cádiz, 21.II.1929. Bailaor de flamenco.

Se ignora la procedencia del apodo de este célebre bailaor gitano, el que más tarde se haría llamar en los carteles, Antonio Ramírez; aunque se da por cierto que en su familia nadie se llamó así. Se da la coincidencia de que este artista nació en una vivienda de la calle Álamos, n.º 23, de Jerez de la Frontera, situada frente al n.º 22 de dicha calle, en la que nació otro célebre artista flamenco, igualmente de raza gitana, el cantaor Manuel de Soto y Loreto, más conocido artísticamente como Manuel Torre.

Los comienzos artísticos de Ramirito, siendo aún muy niño, pueden registrarse a partir de 1887, en que se hizo profesional, actuando en los cafés cantantes de su ciudad natal, especialmente en el más importante de todos, el llamado La Primera de Jerez, de la calle Doña Blanca, por el que pasaban las más grandes figuras del género flamenco, y cuyo edificio aún subsiste, aunque hoy día transformado en oficinas.

Se sabe que con once años, en 1889, Ramirito bailaba en otro café jerezano, y según contaba su paisano el guitarrista Javier Molina, su dueño era un tal Pepe el Ronco, “pero éste no tuvo suerte, al poco se cerró. Tenía bailando a Ramirito, y una noche éste le pidió dinero, y El Ronco, que no tuvo ni una noche de ganancias, en lugar de dinero le dio una puñalada”. En 1902 el artista se marchó a Sevilla, donde se dio a conocer en el Salón Concierto Filarmónico, donde cantaba su joven amigo y paisano Manuel Torre, y poco más tarde, ese mismo año, le contrató el Café Concierto Novedades, el más famoso de la capital hispalense; sobresaliendo junto al renombrado Antonio el de Bilbao que, a pesar de dicho nombre artístico, era sevillano y no vasco. Su creciente fama lo llevó a la capital de España, donde en 1904, actuó en el Café de la Marina de la calle Jardines, n.º 21, en el corazón del viejo Madrid, donde triunfó con su célebre baile por farruca.

Desde 1910 el bailaor residió en Sevilla, reincorporado al elenco del Novedades, donde bailaba con su parienta Juana la Macarrona, ambos como primeras figuras de dicho café cantante, inmortalizado en la novela del uruguayo Carlos Reyles, El Embrujo de Sevilla, y pintado por Sorolla y otros grandes del pincel. Ocho temporadas seguidas, inmortalizando su clásico zapateado, al son de unas pequeñas castañuelas, bailando siempre “en hombre”, cosa poco frecuente entre los intérpretes del baile andaluz de la época.

Ramirito, convertido ya en Antonio Ramírez, pasó a bailar como primera figura masculina a El Gran Kursaal, el más moderno café cantante de Andalucía, casi un teatro, que ya existía en Sevilla, desde el 9 de abril de 1914. Aquí también bailaría Ramírez con La Macarrona, y aquí lo contrataría el empresario ruso Diaghilev, acompañado del maestro Falla, para su ballet El sombrero de tres picos, pero el bailaor no aceptó a última hora, después de haber firmado el contrato y recibir un anticipo del sueldo. Volvió a Madrid, en 1922, donde actuó con gran éxito, durante una breve temporada, junto a un jovencísimo Manolo Caracol, en el teatro del Centro de la calle de Atocha, posteriormente llamado teatro Calderón.

Regresó a Sevilla y pocos años después se marchó a Jerez, donde se dedicó algún tiempo a la enseñanza de su arte. Pero un repentino ataque de locura le obligó a ser ingresado en el Manicomio Provincial de Cádiz, donde falleció en 1929, a la edad de cincuenta años, a consecuencia de una congestión cerebral.

 

Bibl.: J. de la Plata, Flamencos de Jerez, Jerez de la Frontera, Jerez Industrial, 1961; D. Pineda Novo, Antonio Ramírez, el baile gitano de Jerez, pról. de J. de la Plata, Jerez de la Frontera, Centro Andaluz de Flamenco, 2005.

 

Juan de la Plata