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Manuel Salces Gutiérrez

Biografía

Salces Gutiérrez, Manuel. Suano (Cantabria), 1861 – Madrid, 1932. Pintor.

Se inició en la pintura de forma autodidacta y tardíamente, puesto que su labor profesional, inicialmente, fue diversa. En 1891, recibió en Reinosa unas primeras clases de Dibujo Lineal. Un año después se trasladó a Santander para estudiar en la Escuela de Artes y Oficios, dirigida por el arquitecto Alfredo de la Escalera, trabajando además como obrero en la construcción del Cuartel Militar de la calle Alta. En 1893, volvió a Campóo (Cantabria). Durante unos años realizó numerosos paisajes representando distintos aspectos de la comarca campurriana. Participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes (1897) consiguiendo una mención honorífica, galardón que obtuvo nuevamente tras su comparecencia en la muestra de 1899, con Paisaje de Fontibre. En 1901, volvió a concurrir presentando sietes paisajes. En 1905 participó en la Exposición de Artes e Industrias de Santander, obteniendo la Medalla de Oro. Hacia 1915 fijó su residencia en Madrid participando en diversas exposiciones colectivas. Formó parte del Certamen de Artistas Montañeses, organizado por el Círculo de Bellas Artes de Madrid, en 1919. Ese mismo año tuvo lugar en el Ateneo de Santander una exposición monográfica del artista.

Su obra se presenta muy compacta, uniforme, impidiendo clasificarla según una lógica evolución. Sí se aprecian claras influencias y poderosas de los paisajes campurrianos de Casimiro Sainz y de algunos de Agustín de Riancho, los dos grandes pintores paisajistas cántabros finiseculares. Las pinturas están tomadas del natural siguiendo una tendencia tardorrealista tradicional de fin de siglo, con algún intento de modernidad en la elección y aplicación de los pigmentos con espátula en los últimos años; sus logros en el paisaje urbano serán muy escasos, aunque apreciables en algún caso. Representa el ferrocarril en algunas de sus obras como tema de actualidad, modernidad, reflejado en los periódicos de la época, Peña de las hoces de Bárcena (hacia 1899) o en Peña de las hoces (1899), pertenecientes al Museo de Bellas Artes de Santander. El paisaje representado es descriptivo pero no abundante en detalles minuciosos, mediante la aplicación del color de forma muy acertada. Asunto recurrente es el de la niebla invadiendo o deslizándose por las laderas de la montaña: Nieblas de Izara (hacia 1900). En el titulado La peña de las Hoces en los Altos del Híjar (1901) se aprecia la muy frecuente composición en uve, tan característica de la pintura de Salces. Como detalle a destacar, es su intento pictórico de modernización que se advierte en las obras de su estancia en Madrid, con una mayor libertad cromática y de aplicación del pigmento, pero manteniendo en las claves tradicionales, respecto a la construcción, articulación, composición, iconografía y concepto.

La repetición de temas y modelos, hace que una buena cantidad de sus obras padezcan de espíritu creativo artístico, prevaleciendo la producción sobre la creación, quedándose en una modestia de interés local y regional. Quizás ayudó a esto el gran éxito popular que gozó en vida, éxito de ventas que incluso oscureció a otros grandes artistas cántabros, como fue el caso de Riancho. Aún así, Salces sí tuvo buenas facultades artísticas que demuestra en un buen puñado de obras, destacando, entre otras, la obra maestra titulada Turbonada, perteneciente al Museo del Prado. En todo caso, falta un estudio riguroso sobre Salces, investigación que se torna especialmente delicada y problemática, por cuanto abundan las obras no salidas de su pincel. Por otro lado, es necesario destacar la mímesis inicial en la obra campurriana de Casimiro Sainz y Saiz, especialmente en lo que al Desfiladero de las Hoces se refiere, así como a la muy conocida articulación general de un paisaje hacia lo panorámico o el muy tratado rincón o recodo de río. Salces se da cuenta de la valía e importancia de Sainz y no tiene problemas a la hora de dejarse llevar, inspirarse directamente del gran pionero artístico campurriano. Con el tiempo, irá personalizando su percepción paisajística, pero siempre subyace el espíritu de Sainz. El traslado y residencia en Madrid es decisivo, ya que hace que su concepto pictórico se revolucione, crezca y se libere de tanto débito hacia formulaciones de colegas.

Se encuentra con otro paisaje, radicalmente distinto al de su tierra. También debe advertir por fuerza que muchos colegas en Madrid caminan por otros derroteros conceptuales, más modernos o simplemente modernos. Y es en este caldo en donde reacciona. Sin constituir una drástica ruptura, sí que se evidencia una aplicación del color mucho más matérica y desenfadada, empastes de pigmento más jugosos, otro tipo de perspectivas, una iconografía nueva para él como es la urbana, una luz más clara y potente a la que estaba acostumbrado y que —sin llegar a pintarla diáfana y potente— le hace llegar a otra luz siempre tamizada y más castellana. Sus obras se localizan dispersas en colecciones particulares de Cantabria y Madrid, fundamentalmente, y en colecciones públicas: Museo de Bellas Artes de Santander, Colección del Banco Santander Central-Hispano o en el Casón del Buen Retiro de Madrid. Por último, merece la pena destacar las exposiciones post mortem organizadas en su recuerdo, en el Museo de Bellas Artes de Santander en 1953 y en Reinosa en 1962.

 

Obras de ~: Peña de las Hoces, 1899; Turbonada, f. s. xix; Nieblas de Izara, 1900; La Peña Recanil en los altos del Híjar, 1901; El río Híjar en la alta sierra, 1909; Paisaje de Madrid, c. 1925.

 

Bibl.: J. Simón Cabarga, Manuel Salces Gutiérrez, Santander, Librería Moderna, 1955; J. J. Cobo Barquera, Manuel Salces o la vocación sin mancha, Santander, Diputación Provincial, 1956; A. Martínez Cerezo, La pintura montañesa, Madrid, Ibérico Europea de Ediciones, 1975; L. Rodríguez Alcalde, Retablo biográfico de montañeses ilustres, Santander, Estudio, 1978; F. Zamanillo Peral, Museo de Bellas Artes de Santander, Santander, Librería Estudio, 1981; S. Carretero Rebés, Guía del Museo de Bellas Artes de Santander, Santander, Museo de Bellas Artes de Santander, 1993; M. Alonso Laza, Cantabria en la pintura española de fin de siglo, Santander, Ayuntamiento, 1995.

 

Salvador Carretero Rebés

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