Contreras Muñoz, José Marcelo. Granada, 16.I.1827 – Madrid, 29.XII.1889. Pintor y decorador.
Hijo del arquitecto José Contreras Osorio y de Ana María Muñoz Fernández, estaba inicialmente orientado a la carrera de Comercio para ayudar al sustento de su familia, si bien pronto la abandonó para aprender pintura en el taller de Francisco Enríquez.
Estuvo vinculado al taller de vaciados que su padre había instalado en la Alhambra, en calidad de dibujante, junto a sus hermanos Rafael y Francisco. Entre 1840 y 1847 cursó estudios en la Escuela de Bellas Artes de Granada, bajo el magisterio del pintor Agapito López de San Román, al que sustituyó como teniente director honorario entre 1846 y 1847, gracias a sus excepcionales dotes. Expuso por vez primera en 1840 en uno de los certámenes organizados por el Liceo Artístico y Literario de su ciudad natal, siempre destacó por su corrección en el dibujo, y obtuvo un Premio Extraordinario de la Junta Protectora de la Academia granadina. Pese a la dispersión y gran desconocimiento de su obra, Contreras cultivó los distintos géneros pictóricos dominantes en la segunda mitad del siglo xix.
Se inició en trabajos escenográficos con el diseño del telón del Teatro Principal de Granada en abril de 1847, como resultado de una polémica que atribuía en exclusiva al pintor Luis Muriel la capacidad de hacerlo. Ante la falta de perspectiva profesional y los fallidos intentos paternos por vincularlo al real patrimonio, decidió completar su formación en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde fue alumno de Federico de Madrazo y Juan Antonio de Ribera, entre 1847 y 1853. De este período data el Retrato de Isabel II con destino al Ayuntamiento de Granada, copia del que hiciera el propio Madrazo en 1844 para la Academia de Madrid.
Tras un periplo por diversas ciudades españolas, se instaló en Córdoba en 1854, donde fue nombrado director del Museo Provincial de Pintura (1858-1861) y realizó el catálogo general de obras existentes en el mismo. Fue comisionado en 1858 para el examen y calificación de las obras que habían de participar en las exposiciones nacionales de Bellas Artes, al no existir en la capital cordobesa institución académica facultada para juzgarlas. De igual manera inició el inventario de objetos artísticos de aquella provincia con objeto de proponer a la Diputación de Córdoba la formación de una galería monográfica, trabajo que compaginó con la actividad privada atendiendo fundamentalmente el encargo de retratos de cierta frialdad romántica —género que ya por entonces era su especialidad—, para el marqués de Cabriñana, el duque de Almodóvar o el conde de Torres-Cabrera. Por estos años regresó a Granada con motivo de su matrimonio con Francisca Vílchez, unión marcada de continuo por la enfermedad.
En 1860 opositó en Madrid a la cátedra de Colorido y Composición en los Estudios Superiores de la Escuela de Bellas Artes de Cádiz, que obtuvo frente a doce rivales. Tomó posesión al año siguiente de su nuevo destino, y participó en 1862 en la exposición de historia convocada por la Academia gaditana con una pintura que alcanzó el segundo premio. De igual manera sirvió gratuitamente la cátedra de Dibujo Natural de forma interina. Con aquella cátedra logró el traslado a la Escuela de Bellas Artes de Valencia en 1863, puesto en el que se mantuvo hasta que se produjo la muerte de su esposa en 1865. Durante el bienio valenciano participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1864 —comisionado por la Academia de San Carlos— con un cuadro de temática sacra que le valió una Medalla de Oro de 2.ª clase, lo cual acrecentó su reputación entre la burguesía local.
Así sobresale su participación en el equipo de pintores que decoraron las estancias nobles del palacio del marqués de Dos Aguas entre 1856 y 1867.
Una vez permutada su cátedra por la de Estudios Elementales en la Escuela Superior de Pintura, Escultura y Grabado de Madrid permaneció afincado en la Corte hasta el fin de sus días, si bien regresó temporalmente a Granada para completar el telón de boca del nuevo teatro Isabel la Católica. Volvió a participar en la exposición nacional de 1866 con una pintura de asunto histórico con la que obtuvo consideración de Medalla de Oro de 2.ª clase y la crítica favorable de ser “un buen artista que debía todo a su propia aplicación, pues nunca había salido fuera de España”. La obra fue adquirida por el ayuntamiento y depositada en el museo municipal. Volvió a concurrir a la nacional de 1868 con un retrato por el que obtuvo una cruz sencilla de María Victoria, y a la exposición de la Platería Martínez de 1876. El claustro de profesores del Conservatorio de Artes le nombró presidente de la comisión organizadora de la exposición de dibujos que se expusieron en Berlín en 1874.
Aún debió concurrir a otra exposición nacional con la obra titulada Alma en pena, adquirida por el Estado para el Museo de Arte Moderno y depositada en el provincial de Bellas Artes de Granada.
Compaginó su labor docente como catedrático de Dibujo de Adorno y Figura de la Escuela Central de Artes y Oficios, desde 1871, con la de decorador escenógrafo, realizando el telón de embocadura del Teatro Novedades y el techo y telón del Teatro Lara, ambos en Madrid. Además ejecutó los techos del salón de baile del palacio de Portugalete, del Café Madrid y del gran salón de la Escuela Nacional de Música. El trabajo de mayor envergadura acometido en estos últimos años fue la dirección de las labores de decoración de la basílica madrileña de San Francisco el Grande (1880-1886), donde elaboró un complejo programa de ornato y de pintura religiosa que debía armonizar el conjunto. Así, adoptaría el estilo greco-romano para la gran cúpula central y el coro, y el bizantino —“obra excelente” en opinión de José Ramón Mélida—, barroco y plateresco para otras tantas capillas laterales. Del mismo modo, y en calidad de pintor estuvo bajo las órdenes de Carlos Luis de Ribera realizando los arcángeles de la cúpula, las cabezas de santos de las pilastras, la capilla mudéjar, el dorado y pintado de las esculturas, los techos de la antesacristía, sacristía y sala capitular, así como varios lienzos para las capillas, como el Bautismo de San Juan, el Entierro de la Virgen o Ángeles con alegorías de la Pasión. Con una avanzada ceguera aún compondría un vía crucis, el cual no se estimó procedente colocarlo en la basílica y se propuso enviarlo a la iglesia de Tánger.
Fue académico de número de las academias de Bellas Artes de Cádiz (desde 1861) y de San Carlos de Valencia (desde 1864) y comendador de la Orden de Isabel la Católica.
Obras de ~: Retrato de Isabel II, 1846; Telón del Teatro Principal de Granada, 1847; Retrato de Domingo Ruiz de la Vega, 1852; Retrato del cardenal Juan José Bonel y Orbe, 1853; Retrato de Rafael Aguilar Pulido, c. 1858; La caída de Murillo cuando ejecutaba su última obra en el convento de Capuchinos de Cádiz, 1862; Majos, 1862; Retrato de la señorita C. F. G., 1864; La duda de San Pedro, 1864; Alegoría de la Aurora, palacio del marqués de Dos Aguas, Valencia, 1864-1865; Telón del Teatro Isabel la Católica de Granada, 1865; La madrugada del tres de mayo de 1808 (Fusilamientos de patriotas en el Buen Suceso), 1866; Retrato de una señorita, 1871; Dos damas en un jardín, 1876; Retrato de Aureliano Fernández-Guerra y Orbe, 1882; Bautismo de San Juan, 1885; Entierro de la Virgen, 1885; Ángeles con alegorías de la Pasión, 1886; Capilla bizantina de San Francisco el Grande de Madrid, 1886.
Escritos: Influencia de las artes en la industria (discurso de apertura del curso 1876-1877 del Conservatorio de Artes, Escuela Nacional de Comercio, Artes y Oficios), Madrid, Manuel Tello, 1876.
Bibl.: M. Ossorio y Bernard, Galería biográfica de artistas españoles del siglo xix, Madrid, Imprenta De Moreno y Rojas, 1883-1884; B. de Pantorba, Historia y crítica de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes celebradas en España, Madrid, Imprenta De Moreno y Rojas, 1883-1884; VV. AA., Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana, t. XV, Madrid, Espasa Calpe, 1913, pág. 256; Gobierno Militar de Granada, Informe por el Tesoro artístico de Granada de 1931 a 1936, Granada, Imprenta Paulino Ventura Traveset, 1937; J. A. Gaya Nuño, Arte del siglo xix, t. xix, Ars Hispaniae, Madrid, Plus Ultra, 1966; P. García Barriuso, San Francisco el Grande de Madrid. Aportación documental para su historia, Madrid, Gráfica Letra, 1975; J. M. Javierre (dir.), Gran Enciclopedia de Andalucía, vol. III, Granada, Anel, 1979, pág. 979; E. Arias Anglés, “José Marcelo Contreras”, en J. M. Arnáiz (dir.), Cien años de pintura en España y Portugal (1830-1930), vol. II, Madrid, Antiqvaria, 1988, págs. 122-123; E. V. Galán, Pintura del Romanticismo andaluz, Granada, Universidad, 1994; F. García de la Torre, Dibujos del Museo de Bellas Artes de Córdoba, Sevilla, Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, 1997.
José Manuel Rodríguez Domingo