Acuña, Álvaro de. Península Ibérica, c. 1535 – Cartago (Costa Rica), c. 1602. Conquistador, encomendero de Costa Rica.
Los datos biográficos de Álvaro de Acuña son poco precisos. Todo parece indicar que nació en el año de 1535 en España o en Portugal. En fecha desconocida casó con Catalina de Acuña, de quien tampoco se conocen mayores datos. Tuvo dos hijos: el alférez Juan de Acuña e Isabel de Acuña. Su llegada a América se produjo entre 1558 o 1560 en Perú donde participó en la desastrosa expedición de Pedro de Ursúa en el descubrimiento del codiciado El Dorado, lugar imaginario que se creía inmensamente rico y situado en el Centro de América. Hacia 1560 se encuentra en Panamá y llega a Costa Rica en el año 1564, en tiempo del gobernador Juan Vásquez de Coronado, en momentos en que realizaba su viaje a España.
Al partir hacia España Vásquez de Coronado dejó encargado del gobierno de la colonia a Miguel Sánchez de Guido, en la recién fundada ciudad de Cartago.
La tardanza del regreso y la infausta noticia de la muerte del gobernador Vásquez de Coronado provocaron el abandono paulatino de la ciudad de Cartago, quedando únicamente nueve soldados, siendo uno de ellos Álvaro de Acuña. El sitio de la ciudad impuesto por los pueblos indígenas de Atirro, Turrialba, Corrosí y Tucurrique puso en situación lamentable a estos soldados, quienes, a pesar de la grave situación, lograron esperar la llegada de refuerzos, primero al mando de Pedro Venegas de los Ríos, tesorero de Nicaragua que trajo soldados colonizadores, y posteriormente, de Pero Afán de Rivera, quien puso fin a la rebelión indígena. En la reconquista del territorio don Álvaro de Acuña tuvo un destacado protagonismo.
Como miembro de las huestes colonizadoras al mando de Pero Afán de Ribera participó en muchas expediciones a pueblos indígenas para conseguir alimentos para las tropas. Junto al capitán Juan Solano penetró en el pueblo de Parrita. También recorrió la provincia de Garavito al mando del capitán Antonio Pereyra. No obstante, su más destacada participación fue en la expedición al río de la Estrella dirigida por Perafán de Rivera. En esa infructuosa expedición estuvo encargado de la construcción de un puente cerca del pueblo de Basca donde casi pierde la vida.
Su labor fue recompensada por Perafán de Rivera quien lo dotó en 1568 con encomienda de indios.
En el pueblo de Atirro se le otorgaron trescientos indios y un principal. Además, en las tres diferentes ubicaciones que tuvo la ciudad de Cartago Álvaro de Acuña construyó su casa y cultivó la tierra. En 1580 poseían en Cartago, en el lugar que hoy se conoce como la Lima, una hacienda bien formada, según la descripción realizada por el escribano Luis Escobar.
En la hacienda, afirma Escobar, había ocho casas de paja, corrales y pasto, con gente de indios e indias, ganado y una huerta de árboles de Castilla y hortalizas.
En cuanto a los cargos públicos Álvaro de Acuña se desempeñó como fiel ejecutor, regidor de la ciudad de Cartago y procurador general. Murió en Cartago a la edad de sesenta y siete años, en 1602.
Bibl.: E. Luján, “Acuña, Álvaro de”, en Revista de la Academia Costarricense de Ciencias Genealógicas, t. 1, 1953, págs. 25-31.
Margarita Silva Hernández