Marié, Juan Bautista. Francia, p. m. s. XVIII – s. m. s. XVIII. Vidriero.
Con Diego de Naygón, fueron ambos maestros azogadores y de óptica de la Real Fábrica de Cristales.
Juan Bautista Marié y Diego Naygeón llegaron en julio de 1746 a San Ildefonso procedentes de París por mediación de Antonio Berger, y acompañados de Guillot. Los tres artífices se establecieron en el almacén general de Madrid de la Carrera de San Francisco en las recién creadas salas de azogado, óptica y batir hojas de estaño. Guillot como especialista en batir las hojas de estaño, y Marié y Naygeón como especialistas en asentar las hojas de estaño y el mercurio sobre las lunas (azogado), e incluso en géneros de óptica.
Según el contrato que firmaron en Francia, en abril de 1746, los maestros azogadores quedaron obligados a trabajar en la Real Fábrica por espacio únicamente de nueve años debido a la peligrosidad del azogue, pudiendo permanecer en la sala con iguales derechos al término de sus contratos. Se obligaron también a enseñar a los artífices españoles el secreto de fabricar las hojas de estaño para asentarlas sobre las lunas de los vidrios. Una vez que estos artífices supieron ambos procesos, Marié y Naygeón serían recompensados con 600 doblones de oro.
Además de conocer a la perfección las labores del azogue, Marié sabía trabajar cualquier género relacionado con la óptica, como anteojos para narices, cristales convexos y cóncavos, carlotas, microscopios, cristales de aumento para cajones catrópticos o cámaras oscuras, tubos o barómetros. Naygeón trabajaba, además, como guarnicionero encargándose de armar los anteojos y otras lentes. Maré y Naygeón, junto con los operarios de la sala de azogado, trabajaban por la mañana en la sala de azogado, y por la tarde en la sala de óptica, de esta manera se evitaba la incorporación de nuevos artífices y se disminuía el tiempo de exposición al mercurio de los azogadores.
Al finalizar sus contratos, en 1755, Juan Bautista Marié y Diego Naygeón regresaron a París, después de ser agraciados cada uno con los 600 doblones de oro prometidos.
Entre las obras más significativas que fueron azogadas por ambos artífices cabrían señalar las siguientes: cornucopia de tocador regalada por el intendente Joseph de Galiano a la reina Isabel de Farnesio, 1747; dos espejos grabados para una papelera encargada por Miguel Herrero de Ezpeleta, oficial de la Secretaría del Despacho de Estado, en 1750, grabados con las armas de este último y las de su esposa; seis espejos para las chimeneas del palacio de Aranjuez, 1750; diez espejos para los cuartos bajos del palacio de San Ildefonso, 1749; y dos más para el Gabinete de la Reina, 1755.
Bajo la dirección de Marié, la producción de la sala de óptica fue muy variada, destaca un telescopio “compuesto” y un arca catóptrica encargada por el geógrafo del Rey de Indias “Wendling”, 1750 y 1751, respectivamente.
Obras de ~: Cornucopia de tocador regalada por el intendente Joseph de Galiano a la reina Isabel de Farnesio, 1747; Varios espejos para los cuartos bajos, palacio de San Ildefonso, 1749; Varios espejos para los cuartos bajos, palacio de San Ildefonso, 1749; Pareja de espejos para papelera, 1750; Seis espejos para chimeneas, palacio de Aranjuez, 1750.
Bibl.: P. Pastor Rey de Viñas, Historia de la Real Fábrica de Cristales de San Ildefonso durante la época de la Ilustración (1727-1810), Madrid, Fundación CNV, CSIC, Patrimonio Nacional, 1994.
Paloma Pastor Rey de Viñas