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José de Ortega

Biografía

Ortega, José de. ¿Toledo?, 1597 – Toledo, 1673. Escultor, ensamblador y arquitecto.

La actividad de José de Ortega atañe más a los campos de la escultura y del ensamblaje, siendo, no obstante, imposible prescindir de él en cualquier acercamiento a la arquitectura toledana del siglo xvii, no sólo porque también abordó obras específicamente arquitectónicas, sino en razón de los cargos que fue ocupando durante su larga vida, sucesivamente aparejador de la catedral (1639), maestro mayor de las obras del Alcázar (1653) y maestro mayor catedralicio (1657).

Hacia 1613 figura ya como criado y aprendiz en casa del arquitecto, también ante todo escultor y retablista, Toribio González de la Sierra, con una de cuyas hijas, Catalina Ortiz, terminó casándose; en 1625 el matrimonio era ya un hecho. El aprendizaje con su suegro, al parecer a su vez discípulo de Gaspar Becerra, fue definitivo para Ortega, que siempre aparece apegado a formas y modos tradicionales.

Ya en 1622, y citado como ensamblador de Toledo, contrató la ejecución de un retablo y su custodia para la iglesia de Mocejón, y así hasta mediados de siglo en que abordó obras específicamente arquitectónicas, como cabeza de un activo taller, pujante desde 1628, en iglesias del amplio territorio que entonces comprendía el arzobispado de Toledo, pero también en Ávila o en Teruel. Esculturas en madera policromada, retablos, cajonerías para sacristías, custodias (entendidas como fijas y de madera, asociadas a retablos) y, sobre todo, sillerías de coro, como las que trazó y construyó para los conventos toledanos de los trinitarios calzados (1638) y de las franciscanas de San Antonio de Padua (1640).

De su ingente obra, hay que destacar el retablo colateral de la iglesia del último convento citado, de 1634, cuyo titular colocado en su hornacina principal, fue san Francisco de Asís en escultura de bulto redondo, asimismo realizada por Ortega. También para este convento, en 1647, trazó y dio las condiciones para conformar la custodia del retablo mayor de su templo; custodia que ejecutaron los maestros Pedro Serrano y su sobrino Alonso de Ortega, ambos mencionados, como es propio de la época respecto a esta profesión de ensambladores, como “architetos” de Toledo. Todos estos maestros quedaban jurídicamente dependientes, una vez concluida la estructura, del dictamen del arquitecto franciscano fray Juan Sánchez, seguramente por imposición del Convento de San Antonio de Padua, de religiosas de su misma Orden.

Su actividad en relación con el Convento de la Concepción Benedictina de Toledo fue importante; entre 1640 y 1652, con varias obras de escultura y ensamblaje, y entre 1652 y 1657, al frente de los trabajos arquitectónicos de convento e iglesia, siguiendo las trazas dadas en 1633 por Lorenzo Fernández de Salazar, para finalizar con trazas propias ejecutando la portada pétrea de la iglesia y la plazuela conventual dispuesta ante ésta. Este espacio abierto, con toda su importancia urbana en el laberíntico trazado toledano, fue parte integrante del propio proceso constructivo de este cenobio y, de modo claro y fehaciente, queda sacralizado mediante la mencionada portada, escenográficamente dispuesta sobre el mismo.

En torno a 1663 trazó y ejecutó la obra arquitectónica más interesante y novedosa de que ha noticia. Se trata del más reciente de los tres claustros o patios del Convento de San Clemente el Real de Toledo; es el denominado Segundo Claustro o Claustro Secundario, por distinguirlo del Claustrillo y del Claustro Principal. Realizó aquí Ortega una sabia disposición y combinación de la piedra con el ladrillo visto, de raíz constructiva mudéjar, para lograr unos alzados exteriores, es decir hacia el patio, en que la bicromía de materiales potencian su efecto.

Ya en 1671, por edad y problemas de salud, no podía asistir a las obras, por lo que fue jubilado de la maestría mayor catedralicia y sustituido por Bartolomé Zumbigo y Salcedo; su jubilación tuvo lugar con toda clase de consideraciones, manteniéndosele su sueldo íntegro y, rodeado de gran prestigio, falleció poco después, en 1673.

 

Obras de ~: Arca para el Santísimo Sacramento, Catedral de Toledo, c. 1627; Escultura de la Inmaculada para la iglesia parroquial, Valdelaguna (Madrid), 1633; Retablo colateral y escultura de su titular San Francisco de la iglesia del Convento de San Antonio de Padua, Toledo, 1634; Sillería del coro de la iglesia del Convento de la Santísima Trinidad, Toledo, 1638; Sillería del coro de la iglesia del Convento de San Antonio de Padua, Toledo, 1640; Tabernáculo o custodia del retablo mayor de la iglesia del Convento de la Concepción Benedictina, Toledo, c. 1640; Tabernáculo o custodia del retablo mayor del Convento de San Antonio de Padua, Toledo, 1647; Portada de la iglesia y plazuela conventual del Convento de la Concepción Benedictina, Toledo, 1652-1657; Claustro secundario del Convento de San Clemente el Real, Toledo, 1663.

 

Bibl.: J. A. Ceán Bermúdez, Diccionario histórico de los más ilustres profesores de las Bellas Artes en España, Madrid, Imprenta de la Viuda de Ibarra, 1800 (ed. facs., ts. I y II, Madrid, Reales Academias de Bellas Artes de San Fernando y de la Historia, 1965); E. Llaguno y Amírola, Noticias de los arquitectos y arquitectura de España desde su restauración, Madrid, Imprenta Real, 1829 (ed. facs., t. IV, Madrid, Turner, 1977); M. Zarco del Valle, Datos documentales para la historia del arte español. II (Datos de la Catedral de Toledo), Madrid, Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, Centro de Estudios Históricos, 1916; R. Ramírez de Arellano, Catálogo de artífices que trabajaron en Toledo, y cuyos nombres aparecen en los archivos de sus parroquias, Toledo, Imprenta Provincial, 1920; J. J. Martín González, “Arte y artistas del siglo xvii en la Corte”, en Archivo Español de Arte, 122 (1958), págs. 125- 142; C. Torroja Menéndez, Catálogo del archivo del monasterio de San Clemente el Real (1141-1900), Toledo, Instituto Provincial de Investigaciones y Estudios Toledanos, 1973; M. Gutiérrez García-Brazales, Artistas y artífices barrocos en el arzobispado de Toledo, Toledo, Obra Cultural de la Caja de Ahorros Provincial de Toledo, 1982; J. Porres Martín-Cleto, Historia de las calles de Toledo, Toledo, Zocodover, 1982 (2.ª ed., t. I); M. Revuelta Tubino (dir.), Inventario artístico de Toledo capital, I, Madrid, Centro Nacional de Información Artística, Arqueológica y Etnológica, 1983; F. Marías Franco, Arquitectura del Renacimiento en Toledo (1541-1631), t. II, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Provincial de Investigaciones y Estudios Toledanos, 1985; D. Suárez Quevedo, Arquitectura barroca en Toledo: siglo xvii, Madrid, Universidad Complutense, 1988(colección Tesis Doctorales, n.º 489/88), 2 vols.; Arquitectura barroca en Toledo: siglo xvii, Toledo, Caja de Toledo, 1990; Arquitecturas de Toledo, Toledo, Servicio de Publicaciones de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, 1991, vol. II, “El período barroco”, págs. 171-290; “Toledo siglos xvi-xvii: de ciudad imperial a ciudad-convento. Los espacios abiertos como claves histórico-urbanísticas”, en Tiempo y espacio en el arte (Homenaje al profesor Antonio Bonet Correa), t. I, Madrid, Editorial Complutense, 1994, págs. 191-210; “Contrarreforma y reglamentación de cenobios femeninos en el arzobispado de Toledo, siglo xvii. Convento de la Concepción Benedictina de la Ciudad Imperial”, en Anales de Historia del Arte, 15 (2005), págs. 151-178.

 

Diego Suárez Quevedo

Relación con otros personajes del DBE

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