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Demetrio O'Daly Fernández de la Puente

Biografía

ODaly y Fernández de la Puente, Demetrio. San Juan (Puerto Rico), 26.I.1780 – Madrid, 24.X.1860. Mariscal de campo y caballero Gran Cruz de San Fernando.

Fueron sus padres el coronel de Ingenieros Thomas O’Daly Blake, de origen irlandés, y María Gertrudis Fernández de la Puente y Franco. Realizó sus primeros estudios al lado de su familia, hasta que al cumplir los cinco años se trasladó a Sevilla para vivir con su abuelo y continuar formándose en el Colegio de San Telmo, y a los doce años consiguió plaza de cadete en el Regimiento de Infantería de Burgos.

Ascendido a segundo subteniente en febrero de 1793, seguidamente luchó contra los ejércitos de la Convención francesa en la Guerra del Rosellón, hallándose en el mes de mayo en territorio enemigo en las acciones de Argèles, Collioure y San Telmo, que le valdrían, en enero del año siguiente, el ascenso a primer subteniente.

Al término de la campaña, se dedicó a prestar servicios de guarnición en diversas plazas y al estudio de las Matemáticas en la Academia de Ingenieros establecida en Cádiz, a cuya finalización en 1801 pasó a la plaza de Ceuta, donde se encontraba su Regimiento.

En octubre de 1799 había obtenido el ascenso a segundo teniente y en diciembre de 1802 obtuvo el de primero, pasando entonces a servir en el Batallón Ligero de Campomayor, de guarnición en Cádiz, en el que llegó a desempeñar el cargo de maestro de cadetes.

Tras padecer en Cádiz la epidemia de 1804, al año siguiente, por haberse declarado la guerra a los ingleses, fue trasladado al campamento de Buenavista, frente al Peñón de Gibraltar, a las órdenes del general Castaños, manteniéndose en este punto hasta que en 1807 pasó a formar parte del Ejército de Operaciones de Portugal.

Al producirse el levantamiento del 2 de mayo, se integró en las fuerzas del general Castaños, encontrándose en el mes de junio en el ataque y defensa del puente de Alcolea y al mes siguiente en la batalla de Bailén, tras lo cual pasó a combatir a Aragón, donde se halló en octubre en la acción de San Adrián. Ascendido a capitán en el mes de noviembre y trasladado al Batallón de Santa Fe, antes de finalizar 1808 luchó en Agoncillo, Cascante, Briviesca y Tarancón.

Al año siguiente, concurrió a la defensa y retirada de Santa Cruz de la Zarza, en la provincia de Toledo, y a la posterior y desafortunada batalla de Uclés, el 13 de enero, siendo al mes siguiente ascendido a sargento mayor y destinado al Regimiento de las Órdenes Militares, con el que se batió en la acción de Ciudad Real, en la que cayó herido. Una vez recuperado y tras hallarse en las acciones de Valdepeñas, Aranjuez y Almonacid, sufrió la derrota de Ocaña y la posterior retirada hacia Andalucía.

En enero de 1810, trató de impedir la penetración de los franceses hacia tierras andaluzas estableciéndose en el cerro de Matamulas, en Sierra Morena, siendo memorable la defensa que hizo de este punto, en el que la mayor parte de la fuerza de su Regimiento fue puesta fuera de combate o cayó prisionera, al no haber querido atender las órdenes de retirada dadas por el general Vigodet; durante este combate volvió a resultar herido. Seguidamente se replegó a Murcia y de allí pasó a Cartagena, donde se embarcó con destino a Cádiz. En septiembre obtuvo el empleo de comandante en el Regimiento de Irlanda. Ya en Cádiz, en marzo de 1811 se distinguió al recuperar con sólo dos compañías el puente de Sancti Petri, concurriendo al día siguiente a la batalla de Chiclana y en mayo a la de La Albuera. Dio fin al año con el empleo de teniente coronel y el mando del Batallón Ligero de Canarias.

Tras luchar en 1812 en la provincia de Alicante en las acciones de San Juan e Ibi, en diciembre obtuvo el empleo de coronel, conservando el mando de su Batallón. En abril de 1813 se halló en la segunda batalla de Castalla, en agosto en el bloqueo de Tarragona y en mayo de 1814 en el sitio de Sagunto.

Al huir Napoleón de la isla de Elba, se incorporó con su Batallón en el mes de agosto de 1815 al cuerpo de Ejército que, al mando de Castaños, penetró en Francia, interviniendo en la batalla de Waterloo, ya con el empleo de brigadier. Al año siguiente se trasladó con su Batallón a la Isla de León, para pasar a formar parte del Ejército Expedicionario a Ultramar, concediéndosele al llegar el mando de la Brigada Ligera de Infantería y en 1818 el de la 1.ª Brigada. Acusado de conjura, fue detenido en el mes de julio de 1819 en el campamento del Palmar, junto con Arco Agüero, San Miguel y otros generales, a los que se encausó. Al producirse al año siguiente el pronunciamiento de Las Cabezas de San Juan, se encontraba privado de libertad en el castillo de San Sebastián de Cádiz, consiguiendo fugarse días después y presentarse a Quiroga. Triunfante el levantamiento liberal, fue ascendido a mariscal de campo en el mes de abril y nombrado comandante general del Campo de Gibraltar, cargo que ejercería hasta el mes de julio siguiente, en que fue elegido diputado por Puerto Rico.

Reunidas las Cortes, de las que fue nombrado vicepresidente, éstas decidieron en 1822 concederle la Gran Cruz de San Fernando con dispensa de todos los requisitos exigidos por los reglamentos, en atención a la notoriedad de su hazaña, y se le señaló una renta anual de 40.000 reales de vellón, todo ello por su destacada actuación en los sucesos de enero a marzo de 1820. Al terminar la legislatura 1820-1821 fue nombrado comandante general de Huelva y en septiembre capitán general de Castilla la Nueva.

Al aproximarse en 1823 a Madrid el Ejército aliado, salió de Madrid para enfrentarse al general Bessières, pero su inferioridad numérica le obligó a retirarse. Reforzadas sus tropas, persiguió a Bessières hasta Cariñena, pero una vez más el fracaso le obligó a retornar a Madrid, desde donde, al mando de una división, se retiró a Cádiz, donde en el mes de octubre embarcó emigrado con destino a las Antillas. En aquellas lejanas tierras debió residir con su familia hasta que en 1831 se trasladaron a Burdeos, consiguiendo regresar a España en 1834 y quedando en situación de cuartel en Madrid, hasta que en septiembre fue nombrado gobernador militar de Cartagena. Tres años después le sería reconocido el empleo de mariscal de campo.

Fue separado de su cargo en el mes de mayo de 1841 y se le ordenó que pasase a Valencia a esperar el resultado de la causa que se le había abierto por haberse llevado a remolque el bergantín de guerra inglés Fasent y el falucho contrabandista de la misma nacionalidad Delfín, que se hallaba detenido en la plaza de Cartagena por orden del Tribunal de Rentas; sometido a Consejo de Guerra en el mes de octubre siguiente, fue absuelto por unanimidad de votos y puesto en libertad del arresto que sufría.

Poseía las Grandes Cruces de San Fernando (1822) y San Hermenegildo (1835). Estuvo casado en primeras nupcias con Rita Pérez Urbano y en segundas con Antonia Pérez Urbano, hermana de la anterior. Durante su etapa como diputado defendió en las Cortes los intereses comerciales de los criollos y se mostró partidario de otorgar a la isla de Puerto Rico la condición de provincia española, al tiempo que consiguió mayores atribuciones para el gobierno civil de la misma y su completa separación del militar, lo que le valió que se le recordase con afecto y que la capital le dedicase una calle, cuyo nombre todavía conserva.

 

Bibl.: P. Chamorro, Estado Mayor General del Ejército español, Madrid, 1850-1858; J. L. Isabel Sánchez, Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando. Infantería, t. II, Madrid, Ministerio de Defensa, 2001; A. de Ceballos-Escalera y Gila, J. L. Isabel Sánchez y L. Ceballos-Escalera y Gila, La Real y Militar Orden de San Fernando, Madrid, Palafox y Pezuela, 2003.

 

José Luis Isabel Sánchez

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