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Vicente de Borja y Bayo

Biografía

Borja y Bayo, Vicente de. Tudela (Navarra), 20.V.1782 – Madrid, 8.XI.1850. Magistrado, consejero de Órdenes y consejero de Castilla.

Hijo de Vicente de Borja y Manuela del Bayo, fueron sus abuelos paternos Félix y Manuela Resca y los maternos Gerónimo y Javiera Huarte, todos ellos naturales de Tudela. Cursó dos años de Filosofía, concluyendo la carrera de Leyes y Cánones en la Universidad de Zaragoza, donde se doctoró en 1805. Su formación académica le permitió participar en las tareas docentes, llegando a ser titular de la cátedra de Código. En junio de 1807 fue admitido como socio en la Real Academia de Jurisprudencia Práctica de Zaragoza. Un año después aprobó el examen de abogado en el Consejo de Castilla.

Inició su carrera judicial como alcalde ordinario de su pueblo natal, desde donde accedió, el 19 de abril de 1815, a una alcaldía del Crimen en la Audiencia de Valencia. Durante cuatro años compaginó sus funciones de alcalde con el puesto de juez de vagos de la capital del Turia. En este tiempo coadyuvó con el general Elío en la persecución de facciosos, destacando su participación en los sucesos acaecidos en la noche del 2 de enero de 1819, donde no sólo ayudó a atajar la revuelta liberal iniciada en la plaza del Carlet, sino que, además, se encargó de encarcelar e interrogar al reo principal, Joaquín Vidal. Esta colaboración mereció el reconocimiento de Elío, quien recomendó al Gobierno la promoción de Borja. El 20 de marzo de 1819 fue designado oidor de la Audiencia valenciana al ser trasladados Miguel Ramón Modet y Ramón Maciá de Lleopart a las regencias de Mallorca y Canarias, respectivamente. Pese al ascenso, su nombramiento no satisfizo las esperanzas de Borja.

El clima, las costumbres y las condiciones de vida del levante español no sentaron nada bien a su salud. En esta etapa se agravaron sus dolencias reumáticas con continuos achaques que obligaron al magistrado a suplicar en distintas ocasiones al Rey su traslado a otras zonas del interior, como Aragón o la propia Navarra.

Al estallar el movimiento popular de 1820, sus ideas absolutistas y su activa intervención en las acciones del general Elío motivaron su suspensión y su salida clandestina de la ciudad de Valencia. Durante este tiempo vivió retirado en su tierra natal, lugar en el que juró la Constitución gaditana y desde el que solicitó a las autoridades liberales licencia para recuperar su quebrantada salud. Permiso que le fue concedido el 17 de marzo de 1821, prorrogándose sucesivamente hasta la finalización del Trienio.

El 8 de mayo de 1823 asumió interinamente la regencia de la Audiencia de Zaragoza en sustitución de Pedro María Ric. Un año más tarde, por decreto de 20 de abril, fue designado titular de la de Cáceres. En estas fechas se encontraba en Tudela disfrutando una licencia de dos meses para solventar asuntos familiares, circunstancia que retrasó su toma de posesión hasta mediados de julio de ese mismo año. En la Audiencia extremeña permaneció hasta su traslado a Galicia en noviembre de 1825. En esta ocasión fue nombrado por resolución regia de 17 de septiembre sin contar con el parecer de la Cámara que propuso en la terna a Eladio Alonso Valdenebro, Lorenzo Gotarredona y Jaime Perera. A partir de este momento inició una carrera profesional meteórica que le llevaría a ocupar en apenas doce meses, primero, una plaza en el Consejo de Órdenes y después, otra, en el Consejo de Castilla.

En efecto, en la primavera de 1826 accedió al primero de esos consejos. Poco tiempo después, por decreto de 26 de mayo de 1827, fue promocionado al Supremo Consejo castellano. Ahí mantuvo una actitud intransigente hacia los cambios políticos que se avecinaban, llegando, incluso, a respaldar públicamente una petición para el restablecimiento de la Inquisición.

Con la supresión del Consejo en 1834 pasó a tener la condición de cesante. A partir de entonces desempeñó las funciones de juez protector de las memorias fundadas por el embajador Juan Vargas hasta su cese el 23 de septiembre de 1841. Años después tomó posesión de la plaza de vocal de la Junta Superior del Culto y Clero, cargo en el que se mantuvo hasta su jubilación el 15 de junio de 1844. En este tiempo también ejercía las mismas atribuciones en la Junta Suprema de Sanidad, así como en la de apelaciones de Correos y Caminos por nombramiento del Ministerio de la Gobernación.

Este navarro contrajo matrimonio en 1831 con María Estanislada Salamanca Nájera, hija de José, comisario ordenador de los reales ejércitos, y de Cristina, oriundos de Haro y Burgo de Osma, respectivamente.

Fruto de este enlace nacieron tres hijos: Guillermo, Luis y Vicente. Los continuos achaques de salud mermaron la vida del consejero, falleció en su domicilio de la calle Hortaleza el 8 de noviembre de 1850. Su cuerpo recibió sepultura en el cementerio de la sacramental de San Martín.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional (Madrid), Ministerio de Hacienda, leg. 5081; Ministerio de Justicia, Jueces y Magistrados, leg. 4290.

J. Arias Teijeiro, Diarios, vols. I y II, Pamplona, Universidad de Navarra, 1966, págs. 6, 7 y 62 y págs. 32, 125, 391, respect.; M. Ardit Lucas, Revolución liberal y revuelta campesina. Un ensayo sobre la desintegración del régimen feudal en el País Valenciano (1793-1840), Barcelona, Ariel, 1977, pág. 249; J. García González, Prisión, enjuiciamiento y muerte del general Elío (1820-1822), Valencia, Universidad, 1983, págs. 47 y 48; P. Molas Ribalta, La Audiencia borbónica del reino de Valencia (1707-1834), Alicante, Universidad, 1999, pág. 124; Los magistrados de la ilustración, Madrid, CEPC, 2000, págs. 133-134.

 

José Antonio Pérez Juan

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