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Tomás Ferrufino

Biografía

Ferrufino, Tomás. Sevilla, s. m. s. XVI – Buenos Aires (Argentina), 12.VI.1617. Contador de la Administración de Ultramar.

Era sobrino de Francisco de Alfaro, conocido por sus Ordenanzas, y primo de Juan Jácome de Ferrufino, tesorero de la Real Hacienda en el Río de la Plata. Su carrera de funcionario se inició en 1603 al ser designado alguacil mayor de la ciudad de Buenos Aires.

Tiempo más tarde era nombrado contador de azogues en Potosí, cargo que desempeñó hasta su promoción de contador de la Real Hacienda de Buenos Aires, en 1609. El gobernador Hernandarias sospechaba de la extraña conducta del oficial real Hernando de Vargas, y, como había recibido una cédula que lo autorizaba a visitar las cajas reales, decretó la intervención de la contaduría. Faltaba dinero y abundaban las deficiencias contables. Por ello se conminó a Vargas a informar dentro del plazo de ocho días, al término de los cuales, por no haberlo hecho, se le remataron los bienes y la casa en que vivía. Al enterarse de lo ocurrido, el virrey del Perú nombró en su reemplazo a Tomás Ferrufino.

En el desempeño de sus funciones, le tocó a éste intervenir al doctor Francisco Pérez, que de paso por Buenos Aires entabló una gran amistad con el entonces gobernador de Buenos Aires, Fernando de Zárate.

El gobernador le acordó toda su privanza como consejero en las causas de justicia, que Pérez supo aprovechar para ganarse la confianza del magistrado y conseguir el ansiado permiso de embarque. El gobernador, prescindiendo de los servicios de los funcionarios reales, asignó la visita de ciertos navíos a su amigo Francisco Pérez. La visita se traducía en pingües beneficios, pues casi todos los navíos conducían contrabando, y al que lo descubría se le asignaba el tercio del valor de la mercancía. Los oficiales reales Simón de Valdez y Tomás de Ferrufino protestaron contra una práctica que, además de perjudicarlos, era ilegal. El conflicto de jurisdicción fue finalmente resuelto por el visitador Francisco de Alfaro a favor de los oficiales reales.

Una larga enfermedad le impidió a Tomás Ferrufino atender debidamente su oficio y se vio envuelto en la pesquisa que sobre los desórdenes del puerto inició el gobernador Hernandarias en 1615. A pesar de haberse solidarizado con su compañero Simón de Valdez, a quien se halló culpable de los cargos imputados, Ferrufino fue declarado inocente. En ese mismo año, Luis de Salcedo lo reemplazó en sus funciones.

 

Bibl.: V. Sierra, Historia de la Argentina. Consolidación de la labor pobladora (1600-1700), Buenos Aires, Unión de Editores Latinos, 1957, págs. 49, 57 y 133; R. A. Molina, Diccionario biográfico de Buenos Aires (1580-1720), Buenos Aires, Academia Nacional de la Historia, 2000, pág. 246.

 

Sandra Fabiana Olivero

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