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Hernando de Soto

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Biografía

Soto, Hernando de. ?, 1568 – ?, 26.IV.1649. Contador y veedor de la Real Casa de Castilla, secretario del consejo real y escritor.

Fue hijo de Hernando de Soto, contino del rey Felipe II, contador y veedor de la despensa y raciones de la casa de Castilla desde 1566 hasta 1580, y Ana de Lizarazu. De acuerdo con los testimonios disponibles, fueron los Soto una familia hidalga originaria de Cogolludo (Guadalajara) –aunque en el momento del nacimiento de Hernando residían en la corte– que venía prestando sus servicios a la casa real desde antiguo. De aquel matrimonio nació también Mateo de Soto, religioso de la compañía de Jesús. Sin duda, los cargos político-administrativos de su padre resultaron determinantes a la hora de fomentar en el joven Hernando una sólida formación humanística, lo que le posibilitaría el acercamiento a personas letradas e influyentes y el acceso a importantes bibliotecas.

A la muerte de su padre, en 1580, Hernando de Soto heredó los cargos de contador y veedor de la Real Casa de Castilla, si bien no pudo ejercerlos hasta su mayoría de edad, en 1593, ocupándose de su labor Juan de Ondarza; desempeñará Hernando, además, el empleo de secretario del consejo de su Majestad.

En 1603 contrajo matrimonio con Ana de Berrio y Angulo, hija de Juan López de Berrio, señor de Valdachuelo y ensayador mayor de la Casa de la moneda en Toledo, y hermana de Juan Luis de Berrio, caballero del hábito de Santiago, contino de la Real de Castilla y I marqués de Castellón. De la unión de Hernando de Soto y Ana de Berrio nacieron siete hijos. El primogénito, Fernando de Soto y Berrio, heredó el cargo de contador y veedor cuando falleció su padre y obtuvo, además, otros honores como los nombramientos de caballero de la orden de Santiago o gentilhombre de su Majestad.

De entre la escasa documentación que hemos podido localizar acerca de Hernando de Soto cabe destacar una ejecutoria de hidalguía que le fue otorgada en 1629, tras más de quince años de litigio, despacho en el que figura el blasón de los Soto como testimonio de la noble condición de su linaje castellano.

Aunque ignoramos si Hernando llegó a alcanzar algún título universitario, existen evidencias palpables de su afición a las letras: formó parte del círculo de amistades de Lope de Vega, y seguramente participó en cenáculos o academias. Fruto de esta relación cortesana y literaria es la publicación de poemas de su autoría en los preliminares de varias obras muy relevantes, como el Isidro de Sevilla y la Arcadia, del propio Lope de Vega, el Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán, o los Proverbios morales de Alonso de Barros. La lectura de los textos que estos autores se dedicaron mutuamente desvela de manera patente una afinidad intelectual vinculada a un movimiento ideológico de reforma social y moral que ha llevado a algunos investigadores a calificarlos como la “segunda generación de tacitistas españoles”. Otra notable muestra de la vocación literaria de Hernando es la composición de un librito titulado Emblemas moralizadas, obra dedicada a don Francisco Gómez de Sandoval, duque de Lerma, publicada en Madrid, en la imprenta de los herederos de Juan Íñiguez de Lequerica, en el año 1599, y que constituye un destacado exponente del género emblemático en nuestro país. Gracias al retrato xilográfico del autor que, acompañado de su divisa personal, fue incluido en los preliminares de dicha obra podemos hacernos una idea de su fisonomía. A la vista de todo ello, Soto, al igual que Lope de Vega, Alonso de Barros o Mateo Alemán, encarna la figura del funcionario cortesano laico no ajeno a ciertas inquietudes literarias.

Hernando de Soto falleció el 26 de abril de 1649, manteniendo todos sus cargos hasta su muerte, fecha en la que los heredó su primogénito.

 

Obras de ~: Emblemas moralizadas, Madrid, imprenta de los herederos de Juan Íñiguez de Lequerica, 1599 (ed. facs., introd. de C. Bravo-Villasante, Madrid, Fundación Universitaria Española, 1983).

 

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Nieves Pena Sueiro y José Julio García Arranz

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