Ayuda

Juan Sanabria Maldonado

Biografía

Sanabria Maldonado, Juan. Alcántara (Cáceres), c. 1587 – Cartago (Costa Rica), c. 1657. Alférez mayor, alcalde ordinario y teniente gobernador de Costa Rica.

Hijo del capitán Gonzalo de Sanabria y de Jerómina Bravo Barrantes, Juan nació en 1587 en Alcántara, Cáceres, y fue bautizado el 17 de enero en la iglesia de Santa María de Almocóbar, en la misma villa. Casó en Cartago (Costa Rica), en fecha desconocida, con Juana de Figueroa Moscoso, hija del capitán Francisco de Ocampo y Golfín y de Inés de Benavides Solano. De esa unión no hubo sucesores. Sin embargo, en su testamento reconoce como hijo al sargento mayor Nicolás Barrantes, quien nació en 1615 en la ciudad de Cartago, dando origen a la familia Barrantes de Costa Rica.

La presencia de Juan Sanabria Maldonado en Costa Rica se remonta a principios del siglo xvii. Llegó procedente de Nicaragua, donde adquirió la mitad de la Corregiduría de Boaco, en Chontales. Para 1633 está en los protocolos de Cartago concediendo poderes y en 1638 funge como procurador síndico. Además, fue corregidor de varios lugares como Turrialba, y desempeñó los cargos de alcalde ordinario, administrador del papel sellado y desde 1638 figura como alférez mayor en esta provincia. En 1640 fue teniente gobernador de Costa Rica.

El historiador Cleto González Víquez señala que Juan fue un hombre de negocios y de fortuna. En efecto, poseía encomiendas en los pueblos de Quircot y Turrialba en Costa Rica y en Granada y Boaco en Nicaragua y alrededor de ocho esclavos negros, según costa en su testamento. Paralelo al desempeño de cargos públicos emprendió negocios de importación y exportación, fundó un molino, el mayor de Cartago, y tuvo siembras de cacaotales en Matina. Además de su propio capital contó con la dote de su mujer, que sumaba 4000 pesos.

El 16 de febrero de 1639 testaron él y su mujer, nombrándose mutuamente herederos. Es interesante notar que ninguno de los cónyuges en este primer testamento tuvo en cuenta a Nicolás. A pesar de que para entonces el sargento Barrantes tenía veinticuatro años de edad. En un segundo testamento realizado en junio de 1657 Juan concedió a su hijo la sexta parte de sus bienes conforme a la ley.

Tras la muerte de Juan Sanabria, su hijo asumió la dirección de todos los negocios con el beneplácito de la madre adoptiva. Sin embargo, el manejo de los negocios no fue el mejor. En 1664 ambos se obligaron a favor de la Cofradía el Rosario y tan sólo un año después hipotecaron el molino de Cartago, vendieron un esclavo y se vieron obligados a vender otras propiedades para enfrentar los gastos del sucesorio. En 1665 Juana Moscoso de Figueroa cedió, en agradecimiento a Nicolás y a su mujer, una esclava negra llamada María de treinta y tres años con tres hijos: Juana de cinco a seis años, Gregorio de tres y Juliana de uno. Se puede deducir que hacia 1665 Nicolás había contraído nupcias. Su esposa fue María Sagaste, hija legítima de Jorge Sagaste y de Ana Martina Jiménez Navarro. De esa unión nacieron tres hijos: Jerómina, Benito y Juana.

Nicolás Barrantes murió en Cartago en 1665 a la edad de cincuenta años. En 1667, su viuda vendió al capitán Juan Álvarez de Ulate, un esclavo llamado Diego Barrantes de veintitrés años de edad. Poco después, su hija Jerómina Barrantes Sagaste se casó con el capitán Álvarez de Ulate y procreó seis hijos. Benito casó en primeras nupcias con Antonia de Segura, en segundas nupcias con Lucía Villalobos y en terceras con Juana Paula Trejos. De esos matrimonios procreó trece hijos y logró amasar una importante fortuna. La hija menor, Juana Barrantes, no se casó ni tuvo hijos y murió a la edad de veintiún años en 1696 en la ciudad de Cartago.

La extensa descendencia de Nicolás Barrantes adquirió propiedades en Barba de Heredia, a lo largo de la quebrada seca y la Bermúdez, aprovechando lo que les había sido legado. Incluso su viuda, María Sagaste, vivió con sus hijos en Barba y para entonces, como tutora de sus hijos, dio libertad en 1675 a Juana de Moscoso, negra esclava donada a su marido. En 1679, María Sagaste se vio enfrentada con Juan Sebastián de Sandoval y Golfín por la posesión de la esclava María. El pleito alcanzó tales dimensiones que llegó a ser conocido por la Audiencia de Guatemala. Sin embargo, María Sagaste no tuvo el dinero necesario para su defensa y cedió a su oponente la propiedad del esclavo Salvador, hijo de María. Lo anterior evidencia que la situación económica de la viuda del sargento Barrantes no fue boyante. Muy distinta fue la situación de su hijo el capitán Benito Barrantes Sagaste, quien hacia 1723 adquirió una caballería de tierra en la Bermuda, al Oeste de la actual población de Santo Domingo de Heredia, por un precio de 25.000 pesos.

 

Bibl.: M. Barrantes Ferrero, Orígenes de los costarricenses. Los Barrantes de Costa Rica, Costa Rica, 1967.

 

Margarita Silva Hernández