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Gaspar Ibáñez de Segovia Peralta y Mendoza

Biografía

Ibáñez de Segovia Peralta y Mendoza, Gaspar. Marqués de Mondéjar (IX). Madrid, 5.VI.1628 – Mondéjar (Guadalajara), 1.IX.1708. Aristócrata y potentado, erudito e historiador.

Nació con el nombre de Gaspar Ibáñez de Segovia y Peralta, Arévalo y Cárdenas, de familia formada por hidalgos y caballeros de órdenes militares con intereses en el concejo segoviano y en la aún poderosa Mesta. Su padre, el segoviano Mateo Ibáñez de Segovia, caballero de Calatrava, casó en 1626 con la madrileña Elvira de Peralta y Cárdenas (1608-1647). Su abuelo paterno fue Juan Ibáñez de Segovia y Ribera, señor de Corpa y tesorero de Felipe III. Su bisabuelo materno Urbán de Peralta armó a Gaspar caballero cuando éste obtuvo un hábito de caballero de Alcántara, a la temprana edad de ocho años (1636). Tuvo mala salud de niño y quedó huérfano joven, por lo que tuvo que administrar pronto su abundante herencia y buscar acomodo a sus nueve hermanos y hermanas menores. Supo hallar tiempo para ello y para los estudios, que tan famoso le harían.

Tuvo una hija natural llamada Ángela, y casó en primeras nupcias con Juana de Vega y Acuña en 1651, enviudando al año. Casó nuevamente en 1654 con María Gregoria de Mendoza (1633-1718), hija segunda del marqués de Agrópoli. En 1661 fue nombrado superintendente de las dos Casas de la Moneda de Segovia, encargándose de labrar la nueva moneda creada. Posiblemente debiera este puesto a sus contactos con el valido Luis de Haro.

Por falta de herederos, el marquesado de Mondéjar y el condado de Tendilla pasaron en 1663 a la hermana de María Gregoria, Francisca Juana, quedando para María Gregoria el marquesado de Agrópoli. Ello permitió unir un título a los bienes económicos, que aportaba Gaspar. Pero la muerte de Francisca Juana sin descendencia, en 1677, los puso en primera línea para heredar en 1681 el marquesado de Mondéjar y el condado de Tendilla, tras un corto pleito sucesorio. Ello permitió a Gaspar, como consorte, acceder ahora a un título con la Grandeza de España y el sumar los muchos bienes heredados por su esposa a los propios, también crecidos, así como los títulos de alcaide de la Alhambra y capitán general de la ciudad de Granada y el marquesado de Valfermoso. Asimismo, la sucesión de la casa de Mondéjar hizo que uniera el apellido Mendoza a los suyos, siendo desde entonces conocido como Gaspar Ibáñez de Segovia Peralta y Mendoza. Su rango ascendió apreciablemente dentro de la Corte.

La primera parte de la vida de Gaspar había oscilado entre Segovia y Madrid. La segunda parte lo sería entre Madrid y sus posesiones alcarreñas alrededor de Mondéjar. Su primogénito José de Mendoza Ibáñez de Segovia (1657-1734) se casó en 1687 con María Victoria de Velasco, hermana del noveno y último condestable de Castilla. José y María Victoria tuvieron varios hijos, siendo el mayor Nicolás Luis Íñigo Ibáñez de Mendoza (1688-1742), futuro heredero de la casa de Mondéjar y favorito de su abuelo.

Gaspar se había opuesto en la Corte a Juan José de Austria, que le llegó a desterrar. Pero su verdadera afición fue su biblioteca y la historia, a la que se dedicó completamente en cuanto sus medios económicos se lo permitieron. Dominaba el latín, fue aficionado a la poesía y a las lenguas semíticas, y pronto destacó, en vida, como historiador erudito y concienzudo, experto en la Edad Antigua y Medieval, y en la crítica y metodología histórica. Conocía el italiano y el francés, y se carteaba con estudiosos, como Etienne Baluze, bibliotecario de Colbert, el flamenco Daniel van Papenbroeck y los españoles Luis de Salazar y Castro y Nicolás Antonio.

Fue un miembro de la llamada “protoilustración”, que tuvo una importante tertulia diaria, científica y literaria, en el Madrid de Carlos II de la década de 1680, en la que se discutía, mientras se degustaba el chocolate. Su concienzuda labor le permitió denunciar los “falsos cronicones”, que enmarañaban e impedían una verdadera escritura de la historia española, pues esta pseudo-historia incluía como ciertos a personajes legendarios, sin separar leyenda de historia. Gaspar fue un precursor de la escuela crítica e historicista del siglo xviii. Reunió una importante biblioteca, notoria ya en su época y considerada sólo inferior a la de El Escorial, la cual incluía manuscritos como el Beato de Fernando I y Sancha.

Anciano y lleno de achaques, entre ellos la gota, se retiró a Mondéjar. Durante la campaña de 1706, cuando el archiduque Carlos entró en Madrid, muchos nobles le rindieron pleitesía, entre ellos al menos tres de sus hijos: José, Vicente y Nuño. Sin embargo, él no juró al archiduque cuando éste pasó por Guadalajara y Pastrana, aunque, por su estado físico, tampoco pudo apoyar a Felipe V, por el que tomó partido. Murió con ochenta años en su villa de Mondéjar, en medio de la contienda civil sucesoria, en la que sus hijos habían tomado el partido por el bando perdedor de Carlos de Austria. Por ello, en un intento de preservar su herencia, desheredó a sus hijos y nombró heredero a su nieto Nicolás. Sin embargo, Felipe V enajenó sus bienes a su muerte (y en 1718 los de su esposa), hasta que los devolviera a su primogénito tras el Tratado de Viena (1725). Su confiscada biblioteca quedó incorporada a la Biblioteca Real en 1712, pasando luego a los fondos actuales de la Biblioteca Nacional.

Gaspar no se preocupó de dar a la imprenta todas sus obras, varias de las cuales, afortunadamente, fueron impresas por Gregorio Mayans y Siscar (1699-1781) a mediados del siglo XVIII, quien dijo de él que fue “el más perspicaz ilustrador de la historia de España” y que gracias a sus estudios se corrigieron los errores en el cómputo de la Historia de España derivados del uso de la “Era Española”. Leídas por el lector actual, quizá pueda achacarse a algunas obras del IX marqués de Mondéjar una cierta pesadez y farragosidad, pero nadie puede negarle su capacidad como investigador de temas oscuros y controvertidos, de estricta metodología y documentación exhaustiva, que le permitió depurar la historia de fábulas, mitos y supercherías.

 

Obras de ~: Predicación de Santiago en España, Zaragoza, 1682; Examen Chronologico del año que entraron los moros en España, Madrid, 1687; Historia de la Casa de los Marqueses de Mondéxar, dedicada al marqués de Valfermoso por su abuelo, en Biblioteca Nacional de Madrid, ms. 3.315 [1696] (copia en Biblioteca de la Real Academia de la Historia, Madrid, siglo XVIII); Obras Chronológicas de Don Gaspar Ibáñez de Segovia, Peralta I Mendoza, Academia Valenciana, 1744 (ed. facs., Madrid, Visor Libros, 2002); Advertencias a la Historia del P. Juan de Mariana, Valencia, Academia Valenciana, 1746 [reed., Valencia, Universidad, 1995 (microfichas)]; Memorias Historicas del Rei Don Alonso el Sabio. i observaciones a su Crónica, Madrid, 1777 [reed., Valencia, Universidad, 2001 (microfichas)]; Noticia y Juicio de los Principales Historiadores de España, Madrid, 1784.

 

Bibl.: A. Morel-Fatio, “Cartas eruditas del marqués de Mondéjar y Etienne Baluze (1679-1690)”, en VV. AA., Homenaje a Menéndez y Pelayo. Estudios de Erudición española, vol. I, Madrid, Librería General de Victoriano Suárez, 1899, págs. 1-39; D. Gutiérrez Coronel, Historia Genealógica de la Casa de Mendoza, ed. de A. González Palencia, vol. II, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Instituto Jerónimo Zurita- Ayuntamiento de la Ciudad de Cuenca, 1946 (col. Biblioteca Conquense, vol. IV), págs. 343-344; B. del Carril, Los Mendoza, Buenos Aires, Emecé Editores, 1954, págs. 129-131; J. Larios Martín, Nobiliario de Segovia, vol. II, Segovia, CSIC, Instituto Diego Colmenares, 1957, págs. 466-468; J. P. le Flem, “Le marquis de Mondéjar: Un grand seigneur de la Mesta”, en Melanges de la Casa de Velázquez, vol. XI, 1970, págs. 213-225; E. Pastor Mateo, Un erudito: El marqués de Mondéjar, Madrid, Ayuntamiento-Instituto de Estudios Madrileños, 1978.

 

José Luis García de Paz

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