Fernández de Heredia, Antonio. Lima (Perú), p. s. xvii – Saña (Perú), XI.1665. Letrado y oidor.
Hijo de Casilda de Heredia, natural de Toledo y muerta en la villa de Almodóvar del Campo de Calatrava, arzobispado de Toledo. Hermanos suyos fueron María de Heredia, que le acompañó a las Indias, y José Fernández de Heredia, canónigo de la catedral de Panamá (8 de noviembre de 1632). Inició sus estudios en la Universidad de San Marcos de Lima, por la cual se graduó de bachiller y licenciado en Cánones, después de lo cual pasó a España y asistió a la Universidad de Salamanca.
Contrajo matrimonio en España con Domesia de Argárate y Lizarri, natural de San Sebastián, Guipúzcoa, hija legítima del capitán Martín de Argárate y Lizarri, y de Isabel Arrizabalaga, vecinos de San Sebastián, sin que Domesia aportara dote alguna.
Fue nombrado fiscal de la Real Audiencia de Santiago de Chile, oficio del que se le libró título el 4 de abril de 1635 y del que tomó posesión el 10 de junio del año siguiente. Por Real Provisión fechada el 22 de abril de 1645 se le extendió título de oidor en el mismo tribunal, en el que comenzó a despachar el 12 de marzo de 1646.
Hacia 1648, hallándose en Santiago de Chile, tenía muy avanzado el libro titulado De otio, del cual sólo se tiene la noticia que ofrece fray Gaspar de Villarroel en su Govierno eclesiástico y pacífico: “Tuve apuntado mucho para hablar del ocio santo, que toca tan de lleno a la sagrada Dignidad de los Obispos; pero obligóme a cejar en mi resolución, aver visto cabal quanto en esta materia se puede pretender, en un floridíssimo libro, bañado todo de erudición, que está cerca de salir a luz. Ennoblécele el grande crédito el señor Antonio Fernández de Heredia, trasladado del Emporio del mundo, escuelas de Salamanca, a ser Fiscal de esta Audiencia. Intitulale de Otio. Y es prodigio, que sepa tanto del ocio un hombre tan ocupado, y tan atento a su oficio [...]. Trata el señor Fiscal lo que no usa, y suple la experiencia su talento”.
Fue promovido a la fiscalía de la Real Audiencia de Lima, oficio del que se le extendió título el 31 de diciembre de 1651, noticia que recibió a principios de 1632, pocas semanas después de haber enviudado.
Marchó a Lima y allí despachó en la Fiscalía escaso tiempo, pues por Real Provisión de 20 de septiembre de 1653 se le enviaba título de oidor en el mismo tribunal virreinal.
Fue ascendido a la presidencia de la Real Audiencia de Quito, de la que se le despachó título el 16 de septiembre de 1660, empleo que comenzó a servir el 23 de enero de 1662. Finalmente fue ascendido a plaza de oidor decano en Lima, por título de 29 de abril de 1663, pero no llegó a tomar posesión de este oficio.
Obras de ~: De otio, c. 1648 (inéd. y desapar.).
Fuentes y bibl.: Archivo Nacional Histórico de Chile, Escribanos de Santiago, 210, 220; Real Audiencia, 3136 y 3138.
G. Villarroel, Govierno eclesiastico-pacifico, y union de los dos cuchillos Pontificio, y Regio, Madrid, Oficina de Antonio Marín, 1738 (reimpr.), part. I, quest. III, artic. II, n.º 2, fol. 287 y part. II, quest. XVI, artic. VI, n.º 38, fol. 390; M. de Mendiburu, Dicionario Histórico-Biográfico del Perú, vol. III, Lima, Imprenta de J. Francisco Solís, 1878, pág. 48; A. de Silva y Molina, “Oidores de la Real Audiencia de Santiago de Chile durante el siglo xvii”, en Anales de la Universidad de Chile, CXIII (1903), págs. 42-43; E. Madrid Rebolledo, El Ministerio Público en el Derecho Indiano, Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 1950, págs. 47-48; T. Herzog, Los ministros de la Audiencia de Quito (1650-1759), Santafé de Bogotá, 1995, págs. 69-70.
Javier Barrientos Grandon