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José María de Lardizábal Oriar y Olloqui

Biografía

Lardizábal Oriar y Olloqui, José María de. Señor de Oriar y de Arza-Sempere. Guipúzcoa, VIII.1757 – Madrid, 28.XII.1814. Director de la Reales Fábricas de Armas de Placencia (Guipúzcoa).

La trayectoria profesional de José María, hijo de José Antonio de Lardizábal Oriar y María Ignacia Antonia de Olloqui y Hormaechea, se vio mediatizada por la posesión de los mayorazgos familiares heredados y por el cargo de director de las Reales Fábricas de Armas de Placencia (Guipúzcoa), desempeñado por su abuelo Juan Francisco y por su propio padre, José Antonio.

Cuando José María de Lardizábal Oriar accedió a la dirección de las fábricas de Placencia en 1779, por fallecimiento de su padre, la contrata para el abastecimiento de armas de las fábricas guipuzcoanas estaba en manos de la Real Compañía de Caracas. No le faltaba a José María conocimientos sobre la gestión de aquellos establecimientos, ya que previamente, en 1777, había sido nombrado pagador de las Reales Fábricas de Tolosa (de armas blancas). La llegada de José María a la dirección de las fábricas de Placencia coincidió con la declaración de guerra contra Inglaterra, lo que suponía nuevas necesidades de armamento. Al mismo tiempo, tuvo lugar un cambio sustancial de la política económica española en relación con el comercio ultramarino, lo que supuso el principio del fin de la caraqueña. No obstante, próxima la fecha de la conclusión del asiento de armas, la propia Compañía solicitó, en octubre de 1782, una prórroga, cosa que le fue concedida en marzo de 1783. Las nuevas condiciones fijadas contemplaban la elevación de los precios que debía satisfacer la Real Hacienda en todas las armas e instrumentos de gastadores, por la subida que habían experimentado los materiales, así como por la carestía de los víveres que debían consumir los armeros.

Sin embargo, en 1785 la Compañía Guipuzcoana de Caracas cerró sus puertas. Aquel mismo año se reunieron los gremios armeros y nombraron sus representantes, con el fin de solicitar que se mantuvieran las contratas con la Corona, ya que de ellas dependían sus labores. Mas, clausurada la caraqueña, otra nueva sociedad mercantil, la Real Compañía de Filipinas, absorbió buena parte del accionariado de la anterior y también asumió el asiento de armas en vigor, que finalizaba en 1790. De esta forma, José María Lardizábal Oriar continuó como director de las Reales Fábricas, aún después de 1785, y quedó incluido dentro del organigrama de la Compañía de Filipinas.

La etapa que le tocó vivir a José María como director de las fábricas, primero al servicio de la Compañía de Caracas, y luego de la de Filipinas, fue la más crítica.

No obstante, la labor de José María fue encomiable, ya que buscó cuantas soluciones estuvieron en su mano para facilitar liquidez a los maestros armeros, cuando se producían retrasos en los pagos por su trabajo, lo que era habitual durante aquellos años.

La actividad de José María de Lardizábal como director finalizó con los propios asientos celebrados con la Compañía de Filipinas. En recompensa a su gestión, fue elevado a caballero de la Orden de Carlos III. Libre de la dirección de las fábricas, José María desarrolló una interesante actividad política. Participó activamente en el gobierno de Guipúzcoa. En 1808, fue enviado a la jura de la Constitución de Bayona, en representación de la provincia.

De su matrimonio con María Manuela Martinicorena, celebrado en 1776, tuvo siete hijos: Joaquín María, Manuel Joaquín, Manuel María, Francisca Tomasa, Joaquina, José Javier y Manuela. Sus hijas pudieron gozar de las dotes concedidas por sus progenitores, así como de una parte de la fortuna que les legaron sus familiares residentes en México.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, Secretaría de Hacienda, leg. 799, fols. 106 y 122; Archivo General de Indias (Sevilla), Caracas, 934, Extractos Juntas Generales de 1777 y 1779.

R. Larrañaga, Síntesis histórica de la armería vasca, San Sebastián, Ediciones Caja de Ahorros Provincial de Guipúzcoa, 1981; J. A. Mota Rodríguez, “La Real Compañía Guipuzcoana de Caracas y las Reales Fábricas de Armas de Placencia”, en Los Vascos y América, Bilbao, Fundación Banco Vizcaya, 1989, págs. 431-458; B. de Aguinagalde Olaizola, “La fundación de la Real Sociedad de los Amigos del País, ¿un asunto de familia?”, en VV. AA., Actas del II Seminario de Historia de la RSBAP, San Sebastián, Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País, 1989; M.ª M. Gárate Ojanguren, La Real Compañía Guipuzcoana de Caracas, San Sebastián, Doctor Camino, 1990.

 

María Montserrat Gárate Ojanguren