Ferrari, Luis. ?, p. s. xviii – f. s. xviii. Secretario de embajada, agente general y comisario de Guerra.
Hijo de un oficial originario de Parma al servicio de la reina Isabel de Farnesio. Nada se sabe de su vida hasta 1742, año de su traslado a Italia bajo las órdenes del lugarteniente general Francisco Pignatelli. El objetivo por parte de las tropas españolas en esa contienda bélica era lograr colocar al segundo de los hijos de la Soberana española en alguno de los estados de la península apenina, hecho que no se consiguió hasta 1748, con la firma de la Paz de Aquisgrán y el nombramiento del infante Felipe como duque de Parma, Piacenza y Guastalla. La conexión personal entre Pignatelli y el joven Ferrari valió para que el primero, tras su nombramiento como embajador en la Corte francesa, solicitase al ministro José de Carvajal llevárselo consigo en calidad de secretario a la mencionada misión diplomática. Luis Ferrari sirvió en ella desde 1749 hasta 1751, año del fallecimiento del embajador.
En París, Ferrari cumplió con su gestión de conducir y colocar en colegios franceses a estudiosos españoles.
En este aspecto llegó incluso a proponer a Antonio de Ulloa y a Agustín Pablo de Ordeñana la necesidad de sistematizar y reglar este plan, ampliándolo para educar en la capital del Sena a jóvenes españoles que aprendiesen todas las artes. Las actividades de Luis Ferrari se extendían también al campo del espionaje industrial.
De él partieron gran parte de los informes que le llegaban al ministro Ensenada sobre los distintos tipos de adelantos en estas actividades; también, numerosos libros prohibidos por la Inquisición y novedades editoriales europeas encontraban en Ferrari un firme cauce para su introducción en España.
Tras el óbito de Francisco Pignatelli, Luis Ferrari cesó en su puesto y regresó a España. El 26 de octubre de ese mismo año fue nombrado oficial de 2.ª clase de la Contaduría de Marina de el Ferrol.
En 1753 retornó de nuevo a la misión diplomática francesa, ahora encabezada por Jaime Masones de Lima, en calidad de agente general destinado a ocuparse de asuntos comerciales. En este nombramiento intervino el marqués de la Ensenada en un intento por no dejar escapar a su control una misión tan delicada e importante como la francesa. Así, Ferrari tuvo comunicación reservada y secreta paralela a la que el diplomático español mantenía con el ministro de Estado. Cuando Ensenada su protector, fue expulsado del poder, la carrera de Luis Ferrari se paralizó, y comenzó a dedicarse a otro tipo de actividades que rozaban la ilegalidad. Tanto es así que incluso el Parlamento de París le impuso una condena por timador. Finalmente, y tras mucho batallar, eludió ingresar en prisión y consiguió regresar, en 1759, a Madrid bajo la protección del marqués de la Ensenada y el duque de Losada. Ensenada le propuso entonces para trabajar al lado del duque de Parma, pero este intento no prosperó. Después, en 1762, fue nombrado comisario de Guerra e intervino en la campaña de Portugal, pero terminó pasándose a luchar del lado de los portugueses. Esta acción le supuso su nombramiento como intendente de la provincia lusa del Alentejo en 1765. Terminó su carrera como autor de varios proyectos y de diversos tratados. Estaba casado.
Bibl.: J. Pradells Nadal, Diplomacia y Comercio. La expansión consular española en el siglo xviii, Alicante, Secretariado de Publicaciones de la Universidad-Instituto de Cultura Juan Gil-Albert, 1992, págs. 280-283; D. Ozanam, Les diplomates espagnols du xviiie siècle. Introduction et Répertoire Biographique (1700-1808), Madrid-Bordeux, Casa de Velázquez-Maison des Pays Ibèriques, 1998, pág. 256; C. González Caizán, La red política del Marqués de la Ensenada, Novelda (Alicante), Distribuidora Don Jorge, 2004, págs. 46, 110, 120, 128 y 142-144; D. Ozanam, “Luis Ferrari y la Agencia General de la Nación española en París”, en G. Franco Rubio y M. Á. Pérez Samper (eds.), Herederas de Clío. Libro de Homenaje a Mª Victoria López-Cordón, Sevilla, Mergablum, 2014.
Cristina González Caizán
